Ochenta años de la muerte de Santiago Ramón y Cajal, el padre de la Neurociencia

“El aniversario de este año tiene un color especial, pues viene acompañado de una buena nueva, ampliamente esperada por toda la comunidad científica. Según las leyes vigentes, con el paso de estos 80 años, expiran los derechos de autor (copyright) que ostentaban algunos miembros de su familia. En otras palabras, la obra de Cajal pasa a ser del dominio público”, explica Juan A. de Carlos, investigador del Instituto Cajal-CSIC experto en el desarrollo del telencéfalo.

A partir de ahora, adelanta De Carlos, “sus libros podrán reeditarse sin necesidad de tener que solicitar permiso a sus herederos, que no siempre eran muy favorables a concederlos. Ojala muy pronto podamos ver la obras de Cajal en los escaparates de las librerías, sin tener que buscarlos entre los libros usados o en rastros callejeros. Esto, sin duda, va a favorecer a los jóvenes estudiantes que se preparan para ser algún día científicos, ayudará a fomentar vocaciones y nos ayudará a los neurocientíficos en activo a tener a mano la obra de Cajal para consulta constante en nuestros trabajos cotidianos”.

A su vez, desde el Instituto Cajal, “donde se conservamos con orgullo el llamado Legado Cajal, es decir, todas aquellas cosas que el Maestro quiso que se conservasen en su Instituto cuando falleciese, podremos trabajar para exponer y dar a conocer un poquito más todo el legado científico y humano que nos ha dejado. Esto ayudará a sacar de su forzado letargo a la figura de Cajal, haciéndole un poco mas conocido para el público no científico”, señala.

Para conmemorar este importante aniversario, el Instituto Cajal (CSIC), la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) y la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, van a organizar una serie de actos académicos y de difusión de la persona y obra de Ramón y Cajal. “Estos actos se realizarán en la sede de la RANM, donde Cajal fue Académico, ocupando el sillón número 38, de Histología. Al mismo tiempo, hemos organizado en esta misma sede, una soberbia exposición con objetos originales, la mayoría conservados en el Legado Cajal (Instituto Cajal), que nadie debería perderse”, destaca De Carlos.

En la Real Academia de Medicina, desde el martes 21 de octubre, abrirá sus puertas la exposición ‘Cajal: Hombre y Ciencia’ con documentos, objetos personales, óleos originales y obras del Premio Nobel que, a día de hoy, en pleno siglo XXI, sigue siendo el autor más citado en publicaciones médico-científicas. Esta muestra, ubicada en la sede de la RANM, (C./ Arrieta, 12) estará abierta al público hasta el 20 de enero, con acceso gratuito.

Se ha programado una jornada de puertas abiertas en la RANM el 22 de octubre y una lectura continuada de la obra del científico “Recuerdos de mi vida” en la que participarán importantes figuras del mundo de la cultura, la ciencia y la política, el miércoles 23 de este mismo mes, un acto que podrá seguirse en directo vía video-streaming a través de RANM.TV.

Esta Primera Semana Cajal tiene vocación de perpetuarse: “Nos gustaría que tuviese una periodicidad anual y que se celebrase siempre entre el 17 y 24 de octubre, coincidiendo con el aniversario de su fallecimiento, el día 17 de octubre de 1934, y de la concesión del premio Nobel, el 24 octubre de 1906”.

La Academia Sueca concedió su galardón a Ramón y Cajal en 1906 «en reconocimiento por sus trabajos sobre la estructura del sistema nervioso». El premio fue compartido con Camilo Golgi, científico italiano que tenía ideas completamente distintas a las del español, como puede comprobarse en el discurso que pronunciaron ambos con motivo de la entrega del premio.

Golgi, en contra de las evidencias aportadas por Cajal, se resistía a aceptar, como expresa en su discurso, que las neuronas fueran células independientes. Aunque a lo largo del siglo XIX se había aceptado la teoría celular, según la cual los organismos vivos están constituidos por células independientes, el cerebro se creía entonces una excepción. Y precisamente Golgi, junto con Gerlach, defendía que el sistema nervioso estaba formado por una enmarañada red de fibras nerviosas unidas entre sí.

Cajal demostró, sin embargo, que las células nerviosas se disponían unas próximas a otras («contigüidad»), pero eran independientes y por tanto no había entre ellas una «continuidad» como pretendía Golgi. Establecía así la teoría neuronal , que después se atribuyó erróneamente a Waldeyer, con gran disgusto de Cajal.

Estas aportaciones de Cajal han sido esenciales para impulsar el estudio del sistema nervioso y han sentado las bases de la moderna Neurociencia, que le reconoce como "Padre". Pero no fueron las únicas. Otro importante acierto fue proponer que el sistema nervioso no era algo estático como entonces se creía, sino que estaba en constante cambio. Esto se conoce como plasticidad neuronal y gracias a ella podemos adaptarnos a los cambios ambientales.