Cómo evitar las lesiones típicas que se tienen en el gimnasio

Es más fácil evitar una lesión si se sabe reconocerla. Para ello Fernando Dorrego y Pedro Jiménez, ambos entrenadores personales de Blua de Sanitas, han preparado una lista de las lesiones más frecuents que se producen en las personas que van al gimnasio.

Encabeza la lista este tipo de lesión muscular, las más comunes debido a que muchas veces hacemos un sobreesfuerzo , realizamos mal los ejercicios o simplemente a una falta de descanso. Los músculos dorsales, así como la zona de trapecios son las partes del cuerpo más afectadas por las contracturas. Ambos profesionales recomiendan, para evitarlas, saber qué entrenamiento es el más adecuado para nosotros, así como respetar los descansos y realizar los ejercicios de manera correcta, sin forzar.

La rodilla es la articulación más machacada durante las visitas al gimnasio. Si no tenemos un buen tono muscular en las zonas de los glúteos o el abdomen, todo nuestro peso recae en las rodillas, un impacto altamente negativo para esta zona. Esto puede generar lesiones en las estructuras blandas de la rodilla . Para evitarlo, debemos intentar no forzarlas y repartir el trabajo entre todas las partes del cuerpo.

Esta lesión supone un conjunto de patologías que inciden en el tendón y que nacen con la repetición de un gesto o la sobrecarga de peso. Para evitarlas, debemos calentar bien antes de empezar a entrenar, centrándonos en el objetivo de que los tendones sean más elásticos y aguanten lo que demanden los ejercicios.

La espalda, en cualquier ejercicio, cumple una función esencial, ya que siempre realizamos una contracción muscular postural, tanto para ayudar al movimiento como para hacer de estabilizador de nuestro cuerpo. Si no mantenemos una buena postura, realizaremos un esfuerzo de más que generará más tensión de la necesaria, provocando dolor muscular.

La rotura de fibras puede causar un dolor repentino, denominado «síndrome de la pedrada», así como la incapacidad de mover un músculo. Esto se produce por un calentamiento insuficiente , una carga extra o una tensión excesiva y un mal descanso de un músculo.