El insospechado vegetal que mejora los guisos, caldos y sofritos

Además de su característico aroma, la firmeza de sus tallos y el color verde claro brillante son signos de frescura, y eso es lo que debes observar si quieres llevarte el mejor apio a casa. Su contenido calórico es muy bajo (aprox. 14Kcal./100g.) debido a su alto contenido en agua. También es rico en minerales como el sodio y el potasio y contiene vitaminas como la vitamina E, pro-vitamina A, vitamina C, beta-caroteno y folatos aunque no están presentes en grandes cantidades en comparación con otras hortalizas. Se trata principalmente de un alimento refrescante y regulador con más posibilidades en la cocina de las que os podáis imaginar.

Soy consciente de que el apio no es del agrado de todo el mundo, pero quizás encuentres entre las siguientes opciones alguna que te guste:

-Como parte de tus sofritos, ya sea un sencillo pisto, la base de un guiso o una sopa.

-En tus recetas con mejillones, pochándolo muy finito con cebolla, ajo, zanahoria y perejil picado y dejando que los mejillones se abran al vapor sobre estos vegetales.

-En batidos verdes, el punto refrescante es incomparable y aunque no debería ser la forma habitual de consumirlo, es una alternativa más que se puede incluir de forma esporádica.

-A mordiscos como si fuesen palitos de verduras y acompañando untables saludables como hummus , queso crema, etc...

-¡Relleno! No tienes más que usar esas cremas untables u otras como la crema de cacahuete o anacardos para rellenarlo y servirlo a modo de «barquitas», ¡está delicioso!

-Para mí, resulta imprescindible en el potaje de lentejas vegetales, le aporta un sabor y aroma especial y al ir cocido, su sabor se suaviza muchísimo.

Del apio, no solo aprovechamos sus tallos, también sus hojas como cualquier otra aromática y su raíz. Con esta puedes preparar riquísimas cremas y sopas o elaborar unos chips vegetales asados al horno que se pueden acompañar con salsa romesco.

Hoy te traigo una receta deliciosa, muy agradable al paladar, combinando texturas y sabores que encajan a la perfección: un tabulé de apio y nueces. Es un plato fácil y rápido a la hora de su elaboración en el que el frescor del apio es protagonista.

En una sartén a fuego medio tostar la sémola removiendo con una cuchara de madera hasta que sientas el aroma a cereal tostado. Traspasar a un plato hondo y cubrir con el agua hirviendo. Tapar y dejar que se hidrate, en 10 min estará listo. Mientras tanto, exprimir el limón, picar el perejil, la cebolla, el pepino, el apio y las nueces.

Cuando la sémola haya absorbido todo el agua y se haya enfriado a temperatura ambiente, agregar el jugo de un limón y 2 cucharadas de aceite de oliva. Agregar el perejil picado, la cebolla, el pepino, el apio, las nueces y las aceitunas y revolver bien. Salpimentar al gusto. Acompañar con huevo duro, queso fresco o yogur natural.