Suscribete a
ABC Premium

Nutrición

El «hambre emocional» ha crecido: nos relacionamos peor con la comida

El estrés o el agobio puede hacer que nos alimentemos de manera irracional

Nuestras elecciones de alimentación se basan en experiencias pasadas Adobe Stock

M. Alcaraz

Encontrar el porqué de lo que comemos no siempre es fácil. Las elecciones van más allá de decantarnos por lo que nos apetece. Podemos elegir algo porque nos gusta su sabor, porque consideramos que es bueno para nosotros o, por ejemplo, porque «sentimos» que ... es lo que necesitamos en ese momento. Tras esto último se encuentra un término cada vez más presente en nuestro día a día: la alimentación emocional.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia