Quince respuestas para entender por qué viajar siempre es maravilloso

De esa vida viajera nace esta mirada personal con la que no pretende ganar dinero, sino, quizá, recuperar los instantes favoritos de su memoria. ‘Lugares…” es el libro de viajes de lo que ahora algunos llamarían un 'flâneur', un paseante, alguien que calleja curioso por el mundo sin ningún objetivo concreto. En sus páginas descubrimos otra perspectiva de destinos populares (Nueva York, Roma, Berlín, Jerusalén, Irlanda, Egipto), que adquieren nuevos matices al zambullirnos en sus descripciones, al meternos en su cabeza, al ver sus fotografías, que ilustran estas páginas. Con Carmelo Jordá hemos hablado sobre viajes, claro, pero también sobre periodismo y literatura. Y una idea alimenta la conversación: «Viajar siempre es maravilloso».

¿Por qué elige un destino y no otro cuando tiene unos días para salir de casa? ¿Y cómo hizo la selección de ‘Lugares’: por qué han sido estos y no otros?

Mis razones para viajar son de lo más variadas, pero la principal suele ser la más sencilla: que surja una posibilidad y se pueda aprovechar. Por supuesto hay destinos soñados, pero por desgracia los sueños no siempre se cumplen.

Con la excepción de Madrid, la selección de 'Lugares generalmente distantes' en realidad ha sido algo menos voluntaria de lo que parece, casi diría que los destinos me han elegido a mí más que yo a ellos.

En esas páginas se pregunta, como una interrogación, si viajar es siempre maravilloso. ¿Tiene la respuesta? ¿Lo es?

Sí, siempre que tu actitud se la adecuada y te esfuerces lo suficiente en disfrutar lo que te ofrezca el lugar en el que te encuentres.

Describe más ciudades que montañas o bosques. ¿Ha sido casualidad o lo suyo es la cultura urbana?

Me gusta mucho la naturaleza, pero está claro que soy más urbanita y viendo el índice de 'Lugares generalmente distantes' no lo puedo negar. Supongo también que, más allá de que la naturaleza también me guste, me es más fácil escribir sobre mis experiencias en ciudades.

Tras leer sus textos sobre Jerusalén, Roma, Berlín o Nueva York no sabría decir cuál le gusta más y por qué. ¿Puede despejarnos la duda?

Mi ciudad favorita del mundo, y probablemente mi sitio favorito del mundo, es Nueva York. Pero las otras también me encantan: Roma es bellísima, Berlín es extremadamente interesante y Jerusalén es un lugar único y alucinante, especial de verdad. Y son tan diferentes que para recomendar una u otra debería saber un poco más sobre el viajero.

Hay muchas formas de viajar. Después de toda una vida en danza, ¿cómo es su viaje perfecto? Por ejemplo, ¿solo o en compañía?, ¿estudia los destinos o se deja llevar?

Cuando trabajo creo que viajar sólo es lo mejor, lo más productivo, pero normalmente viajar en compañía es más divertido. En cuanto a la preparación, siempre tengo un poco de mala conciencia porque no me estudio los destinos como debiera, pero la verdad es que me gusta dejarme llevar y sorprenderme.

A partir de lo que ha aprendido y de lo que cuenta en sus ‘Lugares…’, ¿de verdad cree que la pandemia va a cambiar la forma en que viajamos?

Por lo pronto creo que lo ha hecho y ahora lo que está por ver es si ese cambio tarda mucho o poco en revertirse del todo o en qué parte ha llegado para quedarse, que espero que sea pequeña.

¿Y cómo ve el periodismo de viajes? Ha cambiado mucho estos años, sobre todo tras el ‘efecto web’. ¿Para bien o para mal?

Que el periodismo de cualquier tipo atraviesa una crisis importante a muchos niveles no es un secreto, probablemente algunas cosas han ido a peor, pero yo también tengo la sensación de que otras han mejorado y, sobre todo, de que la imagen idealizada de la profesión antes del 'efecto web' probablemente es sólo eso: una imagen idealizada.

¿Hay buena literatura de viajes? ¿O también en eso estamos en crisis?

Yo creo que sigue haciéndose buena literatura de viajes hoy en día, el libro 'Asombro y desencanto', de Jorge Bustos, por ejemplo, me pareció espléndido. Por supuesto, se necesita algo de tiempo para que las cosas más superfluas pasen y lo que verdaderamente vale la pena quede y lo podamos poner junto a los clásicos de nuestra biblioteca.

Lugares…’ es una forma muy personal de mirar y contar los destinos. ¿Cree que ese es el camino?

Siempre he pensado que, teniendo una herramienta tan potente como internet para ofrecer información práctica de los destinos, el periodismo de viajes debía centrarse en otra cosa, no tanto en dar datos como en estimular al lector a viajar y conocer. Eso sí: a mí me gusta hacerlo así y creo que es lo que yo puedo hacer mejor, pero que cada uno enfoque la cosa como mejor le parezca. Ese es mí camino, pero no me atrevería a decir que es el camino.

En su libro no falta un cierto tono crítico hacia algún tipo de viajero o hacia alguna actitud. ¿Qué le molesta de un tipo de turismo o de algunos turistas?

No me molesta ningún tipo de turismo, no tengo una visión elitista del viaje, más bien al contrario. Lo que sí me da algo de rabia es el viajero indolente, el que no aprovecha la maravilla que es viajar y no le saca todo el jugo al lugar en el que está.

’Lugares…’ está lleno de sus fotografías. ¿Los destinos son muy diferentes vistos con los ojos y con el objetivo?

Supongo que es una deformación profesional, pero cuando viajo soy incapaz de diferenciar mis ojos del objetivo de la cámara: casi todo lo que miro lo hago buscando las fotografías que haya para descubrir.

Dedica un capítulo a las carreteras. ¿Por qué le gustan tanto? ¿Cuál es su preferida?

Como decía aquel anuncio: me gusta conducir y, además, me parece que es una forma estupenda de conocer un sitio. Si se dan las condiciones adecuadas la unión entre el paisaje, el asfalto y un coche moderadamente potente es un auténtico placer.

Confieso que me es imposible escoger mi carretera preferida, pero a cambio te diré la primera que me ha venido a la cabeza cuando he pensado en las mejores: la que sigue la costa en la parte norte del anillo de Kerry, en Irlanda.

¿A qué lugar volvería mañana?

A esa carretera, a Nueva York, a cualquier otro de los que aparecen en 'Lugares generalmente distantes'…

¿A cuál no tiene la menor intención de ir o volver?

La verdad es que repito pocos destinos porque el mundo es muy grande, hay mucho que conocer y no tantas oportunidades, pero nunca he estado en ningún sitio en el que me haya arrepentido de haber ido. Si no elijes de una forma muy torpe es difícil acabar en un sitio que no valga la pena.

¿Qué ha aprendido en su vida de viajes? ¿Con qué enseñanza se queda?

Es muy difícil resumirlo en unas frases, por centrarme en algo te diré que quizá lo principal sea que el viaje es una buena metáfora de todo lo demás en la vida: cuanto más pones de tu parte -más atención, interés, esfuerzo, ganas…- más te devuelve, mayor es el premio y el disfrute.

Y, por supuesto, nada puede sustituir a esa experiencia tan enriquecedora de conocer lugares hermosos, gente interesante e historias que es moverse por el mundo.