De la Amazonía a las Galápagos: cómo Ecuador quiere ser el destino revelación en América

En la segunda parte de la historia, hay un giro de guion aún más curioso. Niels Olsen, de 33 años, creó un pequeño negocio turístico hace ocho o nueve años (hoy es un hotel de siete habitaciones), que durante la pandemia tuvo que cerrar las puertas. «Tengo 24 personas que dependen de ese negocio, así que decidí montar una tienda online para vender en Guayaquil queso fresco, mantequilla, mermelada, dulce de leche, chocolate. Yo era el delivery. Tres veces a la semana hacía un vídeo para las redes sociales para explicar todo esto. Entonces eran las elecciones. Guillermo Lasso, que era candidato, me retuiteó el vídeo, y alguien de su equipo me dijo que Lasso hacía todos los viernes un directo en redes sociales, en Instagram, con un perfil de asistentes emprendedores. En ese directo al que me apunté, con mil personas conectadas, me dijo:

-Bueno, Niels, si gano las elecciones, ¿tú serías mi ministro de turismo?

(«Estábamos cada uno en nuestra casa, no nos conocíamos de nada»).

-Sería un honor para mí, pero creo que hay gente mejor preparada que yo -contestó.

(«Desde entonces, cada vez que se iba a reunir con el gremio turístico, me llamaba… Oye 'ministro', cuéntame… Pensé que era una broma, pero llegaron las elecciones y ganó»).

-¿Me aceptas ser parte del gabinete o no?

-Será un honor para mí acompañarle -le dijo-. Y aquí estoy.

Niels Olsen, el nieto del inmigrante danés, quiere hacer un hueco a Ecuador en el mapa del turismo global. Un paso fue la firma hace unos días, en Fitur, de un acuerdo como país socio de la feria en la edición de 2024. Otro detalle es contante y sonante: el presupuesto para la industria turística de 2022 a 2025 «es mucho más alto que la suma de los últimos diez años», afirma. «El turismo estaba en la posición número 9 de las industrias no petroleras. Hoy es la tercera. Camarón, banano y turismo.

-¿Cuál es la situación del sector?

-Vamos bien, pero queda mucho trabajo por hacer. Hemos recuperado el mercado estadounidense. Con el mercado europeo nos está costando un poco más. Estamos a 15 puntos porcentuales de 2019. Creemos que lo lograremos este año. Por eso estamos presentes en Fitur, en Berlín, en Londres. En 2019 Ecuador tuvo 1,5 millones de viajeros internacionales, con 115.000 españoles. En 2022, 1,1 millones. Esperamos llegar a los 2 millones en 2025.

-¿Cuál es su estrategia para que esa expansión no rompa el equilibrio ecológico en Ecuador?

-El turismo es un vehículo de conservación y desarrollo. Hay muchas áreas remotas que ofrecen experiencias culinarias, de vida silvestre, culturales, que no están siendo aprovechadas para el turismo auténtico y genuino, que es lo que el mercado está buscando hoy en día. Queremos que donde opere el turismo deje un impacto positivo. Lo sostenible es dejarlo igual que está. Nosotros queremos que sea regenerativo, dejarlo mejor que lo encontraste. Por ejemplo, estamos abriendo un proceso de concesiones solo con infraestructura ligera para operar en áreas protegidas y para que los concesionarios sean a su vez custodios de la vida silvestre. Si vas a trabajar en la Amazonía, te conviertes en custodio de 5.000 hectáreas donde no podrá haber deforestación. Si estás en una zona con problemas de vida silvestre, con cóndores, tu trabajo será que cuando termine la concesión, haya una población mayor de cóndores que cuando llegaste. Eso por contrato. Si no lo cumples pierdes la concesión. Y la concesión es solo de infraestructura ligera. no puede haber bloques. Cuando acaba la concesión tienes 30 días para que desaparezca sin rastro.

-El turismo de aventura y naturaleza tiene una fuerte implicación con la economía local.

-Hay haciendas maravillosas en áreas remotas y rurales. Cuando esta propiedad abre sus puertas al turismo todos se dan cuenta de que es lucrativo e inyecta dinero a la economía local, sobre todo si hablamos de emprendimientos de primera categoría o lujo porque esas haciendas compran sus productos en las comunidades locales.

-¿Cuál sería su ruta para recomendar a un español que quiera visitar Ecuador?

-Hay que arrancar en Quito para visitar la catedral, el centro histórico, los museos, con una gastronomía de primera. Para la naturaleza puede ir al norte, a Mindo. Si le gusta algo más remoto puede ir a la Amazonía, al Napo. Para ir al Napo Wildlife Center Ecolodge hay que agarrar una lancha motor durante hora y media para subir por el río, y luego entrar en un estero del río en una canoa sin motor, tres horas más. En ese camino te encuentras papagayos, monos, nutrias, culebras tapires… Puedes hacer senderismo varios días con la comunidad. En la costa puedes recorrer los pueblos junto al mar, maravillosos. Ayampe, Olón o Puerto López, donde van todos los años las ballenas jorobadas. Desde Puerto López a Isla de la Plata vas a encontrar más de 40 ballenas jorobadas saltando por todas partes. Allí se puede nadar junto a mantarrayas. Luego, las islas Galápagos son espectaculares. Solo pueden llegar 72 frecuencias aéreas a Galápagos al mes, y no puede haber más y tampoco se pueden construir más hoteles.

-¿Ecuador es un país seguro?

-Estados Unidos emite alertas de viajes. Ellos califican a los destinos del 1, el más seguro, al 4, menos seguro. Ecuador está en el nivel 2, el mismo nivel que España.

-¿Por qué ir a Ecuador y no alguno de los otros países de la zona?

-Hospitalidad y megadiversidad. En Ecuador puedes tener toda Latinoamérica en un solo país. Te explotan los sentidos, las emociones, por todo lo que ves. Los volcanes, la Amazonía, la costa, las Galápagos, y eso con la gran hospitalidad de los ecuatorianos.