El teatro con su festival y otros imprescindibles del pasado romano de Mérida
La capital extremeña ofrece un viaje al corazón de la historia romana gracias al que es uno de los conjuntos arqueológicos más espectaculares de toda España y Europa
Un baño en uno de los embalses más antiguos del país

Mérida es uno de los destinos más destacados de toda Extremadura gracias a su conjunto monumental que le valió el título de Patrimonio de la Humanidad en 1993. Esta ciudad ofrece una de las visiones más completas de la antigua vida romana ya que en un paseo por su entramado se pueden encontrar todos los elementos destacados de una metrópolis antigua como son el teatro, el circo, puentes, foros, obras hidráulicas, templos y hasta viviendas. Fundada en el año 25 a.C. para acoger a los soldados de las guerras cántabras y situada estratégicamente en la Vía de la Plata, Augusta Emerita vivió su época de mayor esplendor en los siglos I y II acogiendo a una población de hasta 40.000 personas pero su rica historia siguió escribiendo interesantes páginas en los siglos posteriores. Para aquellos que tengan pensado viajar a la capital extremeña estos son los imprescindibles para seguir la huella que dejó el Imperio Romano.
Teatro romano y festival
El teatro romano es el elemento más representativo del Conjunto Monumental de Mérida. Su construcción, según la fecha inscrita en el propio teatro, se remonta a los años 15 y 16 a.C y el trabajo se llevó a cabo con el patrocinio de Marco Vipsanio Agripa –uno de los estrechos colaboradores del emperador Augusto– cuando la Colonia fue promovida como capital provincial de la Lusitania. Situado parcialmente en la ladera del cerro del San Albín, tiene un diseño basado en los modelos definidos por Vitruvio y es de planta latina que se forma con cuatro triángulos equiláteros inscritos en un círculo estando el frente de la escena en la base del triángulo central.
A lo largo de los siglos fue sufriendo diferentes modificaciones, como por ejemplo la construcción del gran frente escénico –un muro de 30 metros de altura estructurado en dos cuerpos de columnas– realizado durante el reinado de Trajano. El graderío de tres alturas tenía capacidad para 5.800 personas y los espectadores se distribuían de abajo a arriba según su rango social en tres sectores de gradas: caveas suma, media e ima, separados por pasillos y barreras.

La primera representación teatral de la época moderna tuvo lugar en 1933 con la puesta en escena de la Medea de Séneca en versión de Miguel de Unamuno protagonizada por la actriz Margarita Xirgú. Este fue el comienzo del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, el más antiguo de los festivales de teatro que se celebran en España. Actualmente, se puede disfrutar de diferentes representaciones durante los meses de julio y agosto. En esta temporada, la número 71, habrá diez espectáculos, siete de ellos estrenos absolutos.
Anfiteatro
Levantado junto al teatro en el siglo 8 a.C. este anfiteatro, que podía acomodar entre 15.000 y 16.000 espectadores, acogió juegos de gladiadores, cacerías de fieras y lucha entre animales salvajes en escenarios que recreaban bosques, selvas y desiertos. Actualmente solo se conserva en buen estado la cavea ima y algunos sectores de la cava media, pero en la época disponía de cuatro puertas monumentales que desembocaban en la arena, un graderío separado de la arena por un podio de granito, un gran foso donde se asentaban los pilares de madera que sostenían las tarimas y bajo las cuales se ocultaban los ingenios necesario para el desarrollo de los espectáculos más complejos y una tribuna para los magistrados.

Acueducto de los Milagros
Este acueducto, levantado en el siglo I d.C. forma parte de una conducción hidráulica que traía aguas del Pantano de Proserpina a la ciudad Augusta Emerita, más concretamente llegaba a una piscina limaria o depósito en el que se decantaba el agua de las impurezas que arrastraba. Conocido como 'Los milagros' por la fascinación que causaba en los lugareños su gran estado de conservación, esta construcción de granito y ladrillo presenta más de 800 metros y 73 pilares –cuyo fin es salvar el río Albarregas que desemboca en el Guadiana– y alcanza una altura de 25 metros en una de las zonas.

Templo de Diana
El templo de Diana, que presenta un estado de conservación excepcional debido a que sirvió durante siglos como cimiento y armazón al palacio renacentista del Conde de los Corbos, destaca dentro de una gran plaza conocida como 'Foro de la Colonia', espacio que rodeado de importantes edificios públicos fue el centro urbanístico y el principal punto de encuentro entre los habitantes del lugar. De planta rectangular se levanta sobre un podio de granito que concluye en molduras y sobre él se asienta la columnata cuyos tambores de granito estuvieron estucados y pintados. En el frente se pueden ver seis columnas sobre las que asentaba el tímpano.

Pórtico del Foro
El pórtico del foro, que formaba parte del programa propagandístico del antiguo Foro Municipal de August Emerita y que está ubicado en la calle Sagasta, fue levantado a mediados del siglo I a imagen y semejanza del Foro de Augusto en Roma. Este estuvo íntegramente revestido de mármol, visible hoy día en algunas zonas. Los entablamentos están sostenidos por grandes columnas corintias sobre las que descansa un ático con metopas en las que se alternan medallones con cabezas de Júpiter-Amón, Medusa y cariátides portando cráteras.

Puente romano
Conocido en época romana como Anas, este es con sus 792 metros de longitud uno de los puentes de la antigüedad más largo, un elemento crucial para el comercio y la obra que da sentido a la existencia de esta ciudad. Levantado completamente de hormigón forrado de sillares de granito, está compuesto, actualmente, por 70 arcos de medio punto y alcanza los doce metros de alto en sus puntos más elevados. Los robustos pilares sobre los que se asientan estos arcos presentan tajamares redondeados aguas arriba en aquellos tramos que podían ser más castigados por la corriente. Las batallas y las crecidas del Guadiana destrozaron algún tramo, de ahí que se haya reconstruido en varias ocasiones desde la época visigoda hasta el siglo XIX, siendo la más importante la que tuvo lugar en el siglo XVII, cuando se le añadieron cinco arcos en su tramo central.
En su estado original este estaba formado por dos puentes unidos en la isla por un tajamar de gran tamaño sobre el que se celebraba un mercado de ganados y que, a modo de cuña, partía la corriente del Guadiana en dos.

Circo romano
El de Mérida es uno de los circos mejor conservados del Imperio romano, así como uno de los más grandiosos, pues tiene 403 metros de largo por 96 de ancho y podía acoger hasta 30.000 espectadores. Ubicado junto a la calzada de Toledo y Córdoba aprovechando la pendiente del cerro de San Albín, fue construido durante la dinastía de Julio-Claudio, pero sufrió diversas modificaciones a lo largo de los años siendo la última en el siglo IV d.C.

Pasear por su interior, lo que antes era arena, permite hacerse una idea de cómo debían ser los espectáculos. En el extremo noroccidental se ubicaban las jaulas de salida de los carros, mientras que en el otro extremo estaba la puerta por la que salían las aurigas vencedoras.
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