navarra
El mirador que corta la respiración en la Selva de Irati
Una preciosa ruta en Navarra, sobre todo en otoño, desde el pueblo de Garaioa al Mirador de Zamariain

Una de las mayores sorpresas que brinda el valle de Aezkoa, en el entorno de la Selva de Irati, es el Mirador de Zamariain, que recuerda de alguna manera a la imagen más icónica del fiordo de Geiranger en Noruega gracias a una roca saliente similar de la montaña que «flota» casi en el aire quedando suspendida casi milagrosamente sobre un gran precipicio. El lugar, ya muy popular entre los instagramers, regala una panorámica excepcional a vista de pájaro de este encantador rincón de Navarra pues se observa una de las zonas más frondosas del valle del río Irati con el robledal de Orotz-Betelu en el horizonte. Entre las montañas circundantes destacan el Corona, el Larrogain y cerrando el horizonte la Higa de Monreal y la Peña de Izaga.
El acceso al mirador es sencillo desde el pueblo de Garaioa. Se puede planificar una excursión de media jornada recorriendo un sendero circular de casi siete kilómetros o ascender hasta el final de la pista con el coche, para desde aquí tomar un camino correctamente señalizado que culmina en Zamariain. En una primera parte ascendente la ruta es atractiva pues se marcha entre un hermoso bosque de hayas, aunque no faltan otros ejemplares de robles, helechos, castaños o acebos y una amplia variedad de setas si la experiencia se realiza ahora en periodo otoñal.

La fotografía o el selfi resultan casi inevitables al alcanzar la roca saliente, pero conviene tener cuidado porque la ruta está siendo muy utilizada por familias con niños -dada la sencillez y la buena señalización del camino- y el mirador no dispone de protección anti-caídas.
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