Así es «El Escorial de La Mancha», el monasterio que fue la casa central de la Orden de Santiago

El Monasterio de Uclés comenzó a construirse en el siglo XVI y no se terminó hasta el XVIII. Debido a ello, en él se unen tres estilos fundamentales de la arquitectura española: el plateresco, el herreriano y el churrigueresco. En el primero de los tres, que encontramos en el ala este del monasterio, destaca el imponente artesonado del techo del antiguo refectorio, que incluye 36 medallones tallados con efigies de diversos personajes, entre ellos caballeros de la Orden de Santiago, el emperador Carlos I y hasta la mismísima Muerte , representada como una calavera coronada.

De estilo herreriano (de hecho, obra de un discípulo del propio Juan de Herrera, Francisco de Mora) es la iglesia, en las que se conservan las obras de arte originales más destacadas que quedan en el monasterio: un cuadro sobre el retablo y los frescos de los gajos del techo, realizados por Francisco Rizi .

La fachada principal es la que corresponde al churrigueresco, con la intrincada ornamentación escultórica típica del mismo. Precisamente a partir de estos elementos de la fachada, la Fundación Fernando Núñez ha realizado una instalación que ocupa las antiguas capillas de la iglesia, con proyecciones en las que los elementos constructivos evocan las virtudes cardinales y las figuras esculpidas, pecados como la avaricia y la lujuria.

El monasterio se alza sobre un altozano que domina el paisaje de este rincón de Cuenca , hasta el punto de que al atardecer la sombra del monumento cubre todo el pueblo de Uclés , como puede verse en uno de los vídeos instalados en sus salas. Esa estratégica ubicación ya había sido ocupada mucho antes de que se construyese el actual edificio, primero por un castro celtíbero y luego por una fortaleza árabe, que durante la Reconquista se convirtió en castillo de la Orden de Santiago . Si bien con la llegada de la paz y el paso de castillo a monasterio se perdieron la mayor parte de esas construcciones, aún se encuentran elementos defensivos -muros y torres- dando testimonio del pasado.

Pero incluso el monasterio en sí mismo escondía sorpresas que se van descubriendo. Por ejemplo, la puerta entre el refectorio y la sacristía, tapiada durante siglos y que los trabajos realizados por la Fundación Fernando Núñez han redescubierto y vuelto a abrir.

Una de las misiones que se han marcado en esta nueva etapa del monasterio es el dar a conocer rincones a los que hasta ahora no solían acceder los visitantes. Tradicionalmente no se iba más allá de la iglesia, el claustro y -si acaso- el refectorio. Pero (aunque todavía queda mucho del monasterio por reacondicionar y sumar al recorrido), ahora se puede acceder a otras estancias; por ejemplo, la biblioteca, que sirve para hacer exposiciones, como actualmente «Caballeros en la mar» , dedicada a los miembros de la Orden de Santiago que alcanzaron gloria como marinos u oficiales de la Armada Española, entre ellos Fernando de Magallanes . También se ha aprovechado otra estancia -y algunas tallas y cuadros que estaban desperdigados por el monasterio- para recrear un taller de artista o de restaurador, homenaje a los que a lo largo de los siglos fueron pasando por Uclés para decorar el edificio. Y las antiguas estancias privadas del prior del monasterio permiten, entre otras cosas, una singular vista de la iglesia.

Esta puesta en valor del edificio se complementará con una serie de acciones que irán destacando diversos elementos arquitectónicos del edificio. La primera es la recién inaugurada «Marco y luz en constante cambio» , que mediante luz y sonido destacará varias de las ventanas y balcones del monasterio, contando de una forma original e inmersiva aspectos de la historia del lugar.

La Orden de Santiago acumuló a lo largo de los siglos una de las bibliotecas más importantes de Europa, que estaba conservada en Uclés, aunque desgraciadamente se fue perdiendo paulatinamente con la Guerra de la Independencia y la desamortización de Mendizábal . Pero una parte especialmente singular de esa biblioteca que sí se conserva -si bien hoy por hoy se encuentra en la biblioteca del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid- es la Colección de Uclés, una importantísima recopilación de música polifónica del siglo XVI.

Para recuperar el espíritu de esa colección, la música es un pilar fundamental del nuevo programa cultural que la Fundación Fernando Núñez está desarrollando en Uclés. Ya se han celebrado en el monasterio varios montajes de gran nivel, como una versión del «Carmina Burana» de Carl Orff o un espectáculo inspirado en la exposición «Caballeros en la mar». Y ya está previsto el estreno -el próximo 3 de abril, Sábado Santo- de la experiencia multimedia «Lux in Tenebris», basada en el «Officium hebdomadae sanctae» de Tomás Luis de Victoria. Y el próximo verano se estrenará otro espectáculo musical, titulado «Zaida».