Algunos de los paisajes más bonitos de Galicia que nos ha descubierto 'Rapa'

La primera parada es obligada, suspendidos a más de 600 metros sobre el agua, en plena Sierra de la Capelada . La niebla que vemos en pantalla no es casual. «Alguna vez se detenía el rodaje porque no se veía nada», cuenta Coira. El viento también está loco. Algunos días no se aguanta, pero cuando brilla el sol el mar se transforma. «En general, la Capelada entera es una gozada. San Andrés de Teixido no sale en la serie, pero es otro sitio mágico, con santuario y un lugar de peregrinación». Hay incluso un dicho sobre la aldea, de apenas 50 habitantes, que le va al pelo a ‘Rapa’: «Vai de morto quen non foi de vivo» (Va de muerto quien no fue de vivo). Dicen también que hay que tener cuidado de no pisar ningún insecto, porque podría ser el alma de alguien que no peregrinó a tiempo.

Hay otro escenario fantástico que no se ve, pero se escucha. Un personaje pregunta si un coche iba hacia Cedeira u Ortigueira, por un camino que termina en Cabo Ortegal : «Es una pasada, un lugar imponente con faro y un paisaje de una fuerza tremenda». Si en la Sierra de la Capelada es fácil toparte en la carretera con los caballos salvajes -«aunque son más peligrosas las vacas que pastan libremente»- en esos acantilados aún más verticales te sueles encontrar cabras saltando por sitios inverosímiles. «Parece la Comarca de ‘El Hobbit’; es de las más bonitas de Galicia , aunque siempre es delicado decir algo así. Como en Escocia, el mar y la tierra se confunden y la ría se transforma entre las horas de marea alta y baja». No llega a los extremos de Saint-Malo y el Mont Sant Michel, en Francia, pero se acerca.

Pese a todo, en ‘Rapa’ predominan los paisajes urbanos. Ferrol no sale tanto, aunque es allí donde vive Tomás (Javier Cámara). «Es un paisaje urbano especial, donde destaca el barrio de la Magdalena, el primero hecho con escuadra y cartabón en España, lleno de sitios modernistas. Es una ciudad con mucho carácter». Si hay segunda temporada, igual lo conocemos mejor.

El espectador disfruta también el sinuoso puente de las Pías , en la ría. Durante mucho tiempo fue la mejor combinación entre Ferrol y La Coruña con el resto de la península. Quien tenga tiempo, puede visitar incluso los montes horadados, llenos de galerías y baterías antiaéreas para protegerse de los ataques en la Segunda Guerra Mundial. En Ares, cuenta Pepe Coira, hay una que conserva dibujos en sus paredes, una especie de chuleta para distinguir si los aviones eran alemanes. No llegaron a avistarse. Tampoco sale en la serie, pero merece la pena desviarse asimismo en Valdoviño , «una playa espectacular con laguna, una zona muy salvaje y poco colonizada».

Y por supuesto, nos queda Cedeira , donde tienen lugar algunos de los acontecimientos más relevantes de la serie. «El pueblo es muy bonito. Dentro de la ría es un mar tranquilo, pero en cuanto giras estás en el mar más bravo que puedas encontrar. Es un lugar recogido, con un casco viejo precioso y lugares como el cementerio, mirando a la ría, y una playa urbana grande y buena». Como dato curioso, también sobresale una tradicion musiscal potente, en la que destaca un instrumento tan singular como el acordeón.

Muy cerca de Cedeira hay un faro digno de dedicarle una tarde, al igual que la ermita de Santo Antonio de Corveiro . No es mala idea probar antes de despedirse alguno de los platos típicos, como el maraxo, un tiburón propio de allí, y el pastelón. Pero mucho ojo: «Les parece fatal que lo llames empanada»