El pueblo de Andalucía donde puedes visitar la casa de Papá Noel con los más pequeños: ¿cuál es?
Se llama Pequeña Navidad, está en Bedmar (Jaén), a poco más de una hora de Granada, y ofrece actividades y sorpresas para pequeños y mayores
La empresa que lo gestiona se instaló en 2016 y va viento en popa: el año pasado tuvo cuatro mil visitantes y para este confía en sobrepasar los seis mil
Papá Noel o Santa Claus: ¿Cúal es el nombre correcto?
Guillermo Ortega
Granada
Los niños son los principales protagonistas de la Navidad o, por lo menos, quienes más la viven. Se pasan semanas y meses pensando en qué pedirle a Papá Noel y a los Reyes Magos, calibrando si se han portado lo suficientemente bien ... como para que les traigan todo lo que desean. Para ellos es algo muy serio todo eso. Su verdadera ilusión sería verlos en persona, aunque no en la noche en la que traen los regalos. ¿Es posible eso?
Pues sí que lo es. En Bedmar, un pueblo de la provincia de Jaén pero al que se llega en poco más de una hora desde Granada, está la casa del hombre de la barba blanca y el traje rojo. La comparte con Mamá Noel y por allí también hay elfos que le ayudan en su ingente tarea navideña. A todos ellos se les puede ver hasta el 23 de diciembre, la víspera del Día D.
Lo suyo es llamar o escribir a quienes organizan las visitas, una empresa llamada Pequeña Navidad. Su correo es bedmar@pequenanavidad.com y su teléfono el 910054370. El horario habitual es de diez de la mañana a dos de la tarde, aunque los fines de semana –en este caso sería el viernes 22 y el sábado 23- también funciona por la tarde y hay horarios especiales para grupos. Lo dicho: mejor llamar antes y, si es posible, reservar. La entrada individual cuesta 15 euros pero para los grupos hay descuentos y se despachan a 13 por persona. Los menores de dos años no pagan.
La casa funciona en Bedmar desde 2016 y es un hecho que, sobre todo después de la pandemia, va viento en popa. En 2022 recibió a cuatro mil personas y las previsiones para 2023 son que, entre familias y colegios, se superen las seis mil.
En la misma puerta, justo después de entrar, los elfos reciben a los visitantes con un baile de bienvenida mientras el señor y la señora Noel, muy ocupados en estas fechas, saludan desde un balcón. Después, los recién llegados son divididos por grupos para poder manejarse mejor dentro de las instalaciones y comienza la visita a los talleres. La duración aproximada de la visita es de dos horas.
Los talleres son cuatro: en el primero, niños y mayores pueden subirse a un flotador y deslizarse por una especie de tobogán que tiene una pinta la mar de divertida. Es el preámbulo ideal para algo imprescindible ya que se está ahí: escribir la carta pidiendo los regalos. Queda muy poco pero da tiempo: hay que tener en cuenta que Papá Noel comparte con los Reyes Magos un poder sobrenatural que le permite saber casi de inmediato lo que los niños demandan y atender sus peticiones.
Cumplimentada la lista de peticiones, los niños podrán dársela en persona al mismísimo Papá Noel, que les atenderá gustosamente en su oficina y, además, dará a cada visitante un pequeño obsequio como adelanto de lo que llegará en la madrugada del 24 al 25 de diciembre.
No acaba ahí la cosa. Seguro que los niños también están interesados en saber cómo se fabrican los juguetes y eso también está en su mano, porque en el sótano de la granja escuela está el lugar donde se elaboran. Quien quiera echar una mano, está invitado a hacerlo, que la ayuda nunca sobra en estos días de tanto trajín.
En el cuarto taller, la protagonista es Mamá Noel, que enseñará a los chicos cómo se decoran las famosas galletas de Navidad. Galletas que, naturalmente, podrán comerse allí mismo, acompañadas por zumo o leche. Y para los padres hay café y té. Seguro que las dos horas se hacen cortas, porque hay actividades y diversión desde el principio y hasta el final.
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