Un paseo por Priego de Córdoba, riqueza monumental y cultural en la subbética de Córdoba

Se trata de un enclave que merece una visita sosegada, por ejemplo de un fin de semana completo y que es recomendable conocer en cualquier época del año, aunque los mejores momentos son el otoño o la primavera, cuando el clima es más benigno y las temperaturas suaves permiten pasar un mayor número de horas en la calle. La gran cantidad de monumentos con los que cuenta y el hecho de ser un punto de atracción de visitantes desde hace muchos años, permite que Priego tenga en la actualidad una importante infraestructura turística, marcada por buenos bares y restaurantes, así como acogedores hoteles, hostales y casas rurales.

Lo primero que llama la atención de Priego de Córdoba es su maravillosa situación entre montañas, en el corazón de la Subbética cordobesa, un sistema montañoso que guarda muchas sorpresas y buenos destinos para visitar. La localidad que vamos a recorrer se sitúa a 649 metros de altitud sobre el nivel del mar, en el sureste de la provincia, a unos 100 kilómetros de la capital, pero cuenta con buenas conexiones. Es un centro comercial y administrativo de importancia en toda la comarca, con más de 23.000 habitantes.

El término municipal al completo de Priego de Córdoba se encuentra en el interior del Parque Natural de la Sierra Subbética, con lo cual está plagado de localizaciones de interés, donde podremos encontrar montañas, grandes elevaciones calizas y valles en los que se sitúan encinas y quejigos. Así, además del interés que representa su casco urbano, plagado de monumentos, también existen numerosas localizaciones en este municipio que son ideales para la práctica de deportes como por ejemplo el senderismo.

Nos movemos en lugares de una tremenda importancia histórica, y así lo han demostrado el hallazgo a lo largo de las últimas décadas de numerosos restos arqueológicos de diferentes periodos históricos, un cruce de caminos por el que han pasado diferentes civilizaciones. En cualquier caso los historiadores coinciden a la hora de determinar que el origen de Priego hay que buscarlo en la época romana. En los siglos de dominación musulmana se convirtió en un lugar de importancia hasta que fue conquista por Fernando III en el año 1226.

Es en el siglo XVIII cuando la ciudad se integró en el marquesado de Medinaceli, y es también en este siglo cuando llega un extraordinario desarrollo económico e industrial que se terminó reflejando en un notable embellecimiento de las calles y monumentos de la ciudad, hasta el punto de convertirse en la capital del Barroco cordobés y sin lugar a dudas en el pueblo más monumental de la provincia. En esa centuria se dibuja la configuración de la que es heredera en la actualidad este rincón de la provincia de Córdoba.

A la hora de afrontar un paseo por las calles de Priego, dos van a ser sin lugar a dudas los aspectos que más nos van a llamar la atención. Por una parte se trata de una localidad marcada por la presencia del agua, que nos va a acompañar en todo momento a través de fuentes y acequias. La riqueza del entorno natural en el que se asienta Priego se muestra por tanto en este aspecto. Un paseo que discurrirá a través de casas encaladas, blancas paredes repletas de coloridas macetas y por supuesto el inconfundible sonido del agua.

El otro aspecto que sin lugar a dudas nos va a llamar la atención en este paseo por Priego de Córdoba es la belleza de sus calles y plazas, así como sus valiosos monumentos. No resulta sencillo resumir los lugares que no podemos dejar de visitar, porque estamos en una joya del Barroco, que se convierte en el estilo predominante. En este paseo, en el que tenemos que olvidarnos de reloj y dejarnos llevar por nuestros pasos, tenemos que disfrutar de La Fuente del Rey, la de la Salud, templos como la iglesia de las Angustias, la de San Pedro, la ermita de la Aurora o los conventos de San Francisco o San Juan de Dios. Son sólo algunas paradas del camino, porque la lista en Priego es realmente larga.

Para que podamos disfrutar de panorámicas que sin lugar a dudas van a ser difíciles de olvidar, es importante visitar el balcón del Adarve, que se encuentra a unos 55 metros de altura, contando con una serie de fuentes donde nos relajaremos con el sonido del agua. Se encuentra además junto al conocido barrio de la villa, otro de los rincones que no puede faltar en nuestra visita y que nos va a sorprender por su encanto especial.

Si tenemos tiempo, nuestra visita también puede incluir las Carnicerías Reales, un antiguo matadero y mercado del siglo XVI, que cuenta con una curiosa fachada de estilo manierista. Y si queremos tocar de cerca la historia de Priego, la mejor opción será visitar los restos del Castillo, una fortaleza de origen árabe reformada en los siglos XIII y XIV.

Tanto si nuestro objetivo es pasar un fin de semana de desconexión en parajes naturales valiosos, como si acudimos a la llamada del arte y la belleza, la localidad de Priego de Córdoba es un lugar perfecto para satisfacer a los paladares viajeros más exigentes.