VIAJAR huelva
Niebla, la capital del reino que descubrió la pólvora
La localidad onubense atesora un patrimonio monumental impresionante con uno de los mejores recintos amurallados de España
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A. Barea
Huelva
Cuenta la leyenda que cuando Alfonso X El Sabio sitió Niebla para rendirla por hambre, sus habitantes abrieron las puertas de la ciudad amurallada y le enviaron un buey como señal de la opulencia que existía tras sus muros. La leyenda, leyenda es, pero ... ese buey que nadie sabe si existió o no da nombre a una de las puertas de ese recinto que permanece íntegro en lo que hace 800 años llegó a ser la capital de un reino taifa independiente de Al Andalus. Niebla es una joya que vale la pena descubrir.
Es un lugar especial habitado de forma ininterrumpida desde hace más de dos mil años cualquiera que llegue lo comprenderá rápidamente. Erguida sobre un promontorio en un recodo del Tinto que a sus pies dibuja curiosas formas, sus murallas, el castillo o el puente evocan los tiempos de gloria pasada de la que los iliplenses presumen con orgullo. De la misma época de la historia del buey es la vinculación de la localidad con la pólvora. Niebla tiene a gala ser considerada la cuna de la artillería española. Fue en este momento de la historia cuando castellanos y musulmanes luchaban por la villa cuando se utilizó por primera vez con fines militares.
Niebla es un conjunto monumental espectacular. Posee uno de los recintos amurallados más importantes de Andalucía aunque su historia como capital de reino fue efímera. Lo fue durante tres cortas épocas tras la desintegración del califato en el siglo XI, con la caída de los almohades en el XII y finalmente sobrevivió unos años a la toma de Sevilla como vasalla de Castilla. En su época de mayor esplendor llegó desde el Aljarafe al Guadiana. Alfonso X el Sabio la conquistó de forma definitiva en 1262. Su último rey murió en Sevilla acogido por el monarca castellano.
Visitarla es recorrer la historia. Si el viajero llega desde Sevilla por el camino natural que durante siglos comunicó las romanas Ilipla con Itálica tendrá que cruzar el puente de la época. Hoy reconstruido sobre pilares medievales, su cimientos vieron pasar sobre él las legiones de Roma. Al otro aparece imponente el castillo de los Guzmán, señores de la villa. De hecho, el Condado de Niebla heredero del reino taifa sirvió de título para el primogénito de la casa durante siglos y residencia señorial.
De fortín romano a castillo cristiano
Por sus calles pasearon romanos, visigodos, musulmanes y castellanos. Ocupó, siempre un papel destacado en lo que hoy es la provincia de Huelva como cabecera de la comarca. El castillo que hoy podemos visitar alberga en verano un prestigioso festival de teatro en su patio de armas. El edificio fue fortín romano, alcazaba almohade y posteriormente castillo cristiano que sufrió con el terremoto de Lisboa de finales del XVIII y fue volado por los franceses en su retirada en 1812. No obstante fue objeto de una profunda restauración que permite al visitante disfrutar de su imponente porte.
Junto al castillo, el gran atractivo de Niebla son sus murallas. Cubren una extensión de 16 hectáreas con una altura máxima de 16 metros. Su perímetro aproximado es de 2 Kms. de longitud, en el que se reparten 48 torres cuadradas, 5 rectangulares, que albergan las diferentes puertas: de Sevilla, del Socorro, del Agua, del Buey y del Embarcadero; por último, cuenta con dos torres octogonales en el frente de levante.
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Dentro del recinto amurallado, destaca el Castillo de los Guzmanes, del s. XV, de gran atractivo turístico e histórico. Además, Niebla cuenta con importantes elementos patrimoniales, como son los restos de la Iglesia de San Martín, que fue mezquita y sinagoga. La Iglesia de Santa María de la Granada, que presenta trazas de los s. X al XV, es un fiel ejemplo arquitectónico del mestizaje de la villa con estilos superpuestos de diferentes épocas. El Hospital Medieval de Nuestra Señora de los Ángeles, original del s. XIV, aunque con modificaciones posteriores. Las calles de este casco antiguo son estrechas, e invitan al paseo para disfrutar de cada rincón de este Conjunto Histórico.
Pero tiene mucho más que ofrecer. Alrededor del perímetro amurallado una zona peatonal aparece jalonada de piezas de artillería de distintas épocas. Es el recuerdo del papel como cuna del arma en España.
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