ESCAPADAS
Las Negras, un rincón especial dentro del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar
Se trata de un enclave ideal, con una importante infraestructura turística para disfrutar de la playa y la tranquilidad
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Alberto Flores
Las Negras
El Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar es sin lugar a dudas uno de los lugares más espectaculares de toda la Península Ibérica. Los paisajes que se pueden contemplar en este rincón de España son únicos en toda Europa, en los que ... se combina una naturaleza salvaje, ecosistemas muy singulares y playas de ensueño.
Dentro de este espacio natural de gran valor en todos los sentidos se encuentra el núcleo de población conocido como Las Negras, un lugar ideal para todas aquellas personas que estén buscando un destino en esta zona en el que existan las infraestructuras turísticas necesarias y playas perfectas para disfrutar del Mar Mediterráneo y de unas merecidas vacaciones.
Lo primero que salta a la vista es que nos encontramos en un lugar que cuenta con unos paisajes muy singulares, marcados por una espectacular geología, donde podemos divisar grandes acantilados. Las Negras es un pequeño núcleo urbano, formado por pocas edificaciones, en el que se puede disfrutar de un agradable ambiente pesquero.
A la hora de hacer un poco de historia y entender el desarrollo que ha tenido este enclave almeriense, nos tenemos que situar en una de las más bonitas playas que se encuentran en los alrededores de Las Negras. Se trata de la Cala de San Pedro, convertida hoy en día en un lugar de peregrinaje para los seguidores de la cultura alternativa o para aquellos que quieren disfrutar de un paisaje único.
Orígenes
La Cala San Pedro fue el primer lugar que estuvo poblado en la zona, que contaba incluso con un castillo de vigilancia que después terminó convirtiéndose en un puesto de la Guardia Civil. Se trataba de un lugar de difícil comunicación con el exterior, muy aislado, desde el que sus pobladores tenían que salir a través de embarcaciones o en burro por diferentes caminos en busca de víveres. Se tardaba prácticamente una hora desde la Cala de San Pedro hasta el lugar que hoy ocupa el enclave de Las Negras, por lo que aproximadamente en torno a los años 60 del pasado siglo XX, la Cala se fue despoblando y todo el mundo se trasladó a Las Negras, un lugar mucho mejor comunicado.
En la actualidad la Cala de San Pedro se ha convertido en un lugar idílico para visitar y disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, ya que se trata de un paraje que cuenta con un manantial que lo convierte en un auténtico oasis en el interior de un Parque Natural que destaca por su aridez y falta de agua. Actualmente es una cala nudista, a la que se puede acceder a través de una agradable ruta de senderismo desde Las Negras o en alguna de las excursiones en barco que se organizan en los meses de buen tiempo.
Cada año llegan cientos de personas a la Cala de San Pedro para visitar una gruta en la que es posible en encontrar barro natural, perfecto para aplicar un tratamiento sobre el cuerpo, dejarlo secar y disfrutar posteriormente de un maravilloso baño en las turquesas aguas del Mar Mediterráneo. En la actualidad existe una pequeña comunidad hippie que vive durante todo el año en la zona, ocupando las antiguas casas que existían en este núcleo de población o en tiendas de campaña.
La historia de estas pequeñas poblaciones ha estado siempre vinculada al mar, ya que sus pobladores han tenido que buscarse la vida aprovechando los recursos que tenían a su alcance. Así, incluso una de las leyendas más extendidas que explica porqué se escogió el nombre de Las Negras para este enclave está relacionada precisamente con este aspecto.
Una leyenda que cuenta como el pueblo de Las Negras se fundó justo después de que un grupo de marineros que vivía en la Cala de San Pedro se echase al mar para no regresar jamás a causa de un trágico naufragio. Las esposas de estos marineros, que se dedicaban a labores agrícolas, se quedaron desamparadas y aisladas en un enclave que era de una accesibilidad muy complicada desde tierra. Así, esta historia cuenta que fundaron el nuevo asentamiento que se terminó llamando Las Negras, debido a que estas mujeres mantenían sus ropas de color negro en señal de luto por la pérdida de sus maridos. Un pueblo que en un principio apenas tenía una decena de casas.
Un lugar, en el que por su geografía escarpada, repleto de acantilados, pequeñas playas y calas, también cuenta la leyenda que fue escenario de las andanzas de numerosos piratas, que durante décadas utilizaron estas ventajas que ofrecía la naturaleza para esconderse y llevar a cabo sus actividades.
Al margen de estas historias y leyendas, en nuestros días Las Negras es un lugar muy destacado dentro de la costa de Almería para disfrutar de unas pequeñas vacaciones. Cuenta con todos los servicios necesarios, mucha animación prácticamente durante todo el año y una coqueta playa en la que es posible disfrutar de baños inolvidables. Es una playa urbana, ideal para disfrutar del baño, de aguas completamente cristalinas y que está protegida del viento de poniente. Es el lugar en el que también se encuentran los diferentes transportes marítimos que parten de aquí para visitar el histórico enclave de la Cala de San Pedro.
Sol todo el año
Nos encontramos en uno de los enclaves con mejores condiciones meteorológicas de toda Europa, ya que se trata de uno de los lugares donde se registran un mayor número de horas de sol, por lo que es ideal para disfrutarlo en cualquier momento del año. El pequeño pueblo de Las Negras dispone de restaurantes, hoteles y establecimientos turísticos que van asegurar la buena marcha de la estancia de los visitantes, que tendrán incluso la oportunidad de tomar un refresco o una cerveza casi en la misma playa en alguno de sus establecimientos más singulares.
Se trata también de un lugar ideal, como ocurre en muchos pueblos de la costa de Almería, ideal para los amantes de las actividades al aire libre, entre las que destaca por encima de todas el buceo, ya que son aguas perfectas para la realización de este tipo de deportes. Un rincón andaluz, en el que apenas están censados unos 350 habitantes, y que se convierte en un refugio perfecto para los amantes del sol, la naturaleza, la playa y la autenticidad.
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