Descubriendo la Sierra de Aracena: Aroche, el encanto de un conjunto monumental único, enmarcado en los llanos de la belleza

Aunque los romanos dejaron en Aroche numerosos testimonios epigráficos y arqueológicos, como la ciudad romana Arucci Turobriga, emplazada en los Llanos de la Belleza, que según cuentan tuvo el privilegio de acuñar sus propias monedas, en la localidad destaca también la huella musulmana, con el castillo de origen almorávide que se levanta en lo alto de un cerro, en cuya ladera se asienta el blanco caserío arocheno.

La fortaleza, construida en época almohade(siglo XII), sería la alcazaba de la población andalusí. Aroche fue conquistada a mediados del siglo XIII, por la Orden del Hospital de San Juan. A partir de este momento fue reivindicada tanto por Portugal como por España. La firma del tratado de Alcañices zanjó la disputa. Tras la conquista cristiana sufrió diversas reformas, siendo la más importante la conversión de su patio de armas en plaza de toros en 1804.

En las proximidades del castillo se alza la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, que se comenzó a construir en 1.483 sobre una anterior del siglo XIV, de la cual se consevan algunos restos. Se trata de una vasto edificio, de estilo gótico-renacentista, cuyas portadas laterales son obra de Hernán Ruiz II, uno de los arquitectos mayores de la Catedral de Sevilla que dejó la impronta de su estilo en numerosos templos de la comarca.

Dentro del casco antiguo, un conjunto de casas solariegas del XVII, con sus escudos de armas tallados sobre recias portadas, transportan al viajero al esplendor de épocas pasadas. De la misma época, es la capilla del Cristo, edificación popular con un bello porche arqueado, y el convento de la Cilla, que fue residencia de la Orden de los Jerónimos, con dos grandes molinos y sus torres macizas que destacan entre las empinadas calles de piedra.

En el recorrido por los alrededores del castillo, el visitante se encuentra con el popular barrio de La Cota, un lugar que por su tipismo no puede eludirse. Allí, al abrigo del fortín se levanta un conjunto de casas muy antiguas, construidas sobre la piedra, que ofrecen un panorama único en la sierra onubense. Estas estancias bien cuidadas y blanqueadas con cal sobre el fondo pizarroso de la roca recuerda la arquitectura granadina de las cuevas.

Una de las visitas imprescindibles, se encuentra en a la ciudad romana de Arucci Turobriga, situada a 3 kilómetros de Aroche, enclave que fue fundado en tiempos de Augusto a finales del siglo I a.C., donde, tras las múltiples intervenciones arqueológicas realizadas, se puede conocer su foro o plaza pública, su mercado, un campus de uso militar y asociativo, las termas o baños públicos, la muralla y tres edificios domésticos: la Casa de la Columna, la Casa Norte, famosa por el hallazgo de un tesorillo y la Casa del Peristilo, última en excavarse.

Sobre este yacimiento romano, ubicado en las orillas del Chanza, se encuentra la actual ermita de San Mamés, cuya parte más antigua se remonta al siglo XIII. Consta de tres naves principales, ábside y varios añadidos como soportales, campanario o la vivienda del santero. En su entorno, donde las vastas dehesas de encinas se mezclan con la flora propia del río, se celebra la romería del patrón San Mamés, en el mes de mayo.

En este escenario histórico, Aroche celebra un fin de semana a finales de julio, el Festival de Diana, recuperando una antigua festividad dedicada a la diosa de la caza y la naturaleza, Diana, que estaba presente en el templo central del foro de la ciudad de Arucci Turobriga. El primer día, el municipio organiza actividades como teatro clásico, recreaciones de la vida cotidiana romana, talleres, juegos infantiles, música y artesanos, en el yacimiento romano.

Al día siguiente, toda la programación del Festival se traslada al núcleo urbano de Aroche a través de un colorido desfile militar, civil y musical, que discurre por las calles del centro histórico, desde el paseo Ordóñez Valdés hasta la Plaza Juan Carlos I. La parada cuenta con la participación de cientos de figurantes pertenecientes a grupos de recreación histórica llegados desde distintos puntos de Andalucía y Extremadura, y de las asociaciones locales.

El programa incluye además visitas guiadas al museo de Aroche (Convento de la Cilla), pasacalles, un mercado de artesanos y una amplia oferta gastronómica basada en las tapas romanas y la cocina arochena, que se puede degustar en los bares participantes. Para concluir la fiesta, el Paseo de la Iglesia acoge diversas recreaciones históricas a cargo de diversos grupos de teatro, asociaciones de romanos y del grupo local Baebia Aruccitana.

Otra de las fiestas estivales que se pueden disfrutar en Aroche, es la Noche de las Velas, una velada muy especial donde el castillo almohade, que corona el cerro desde donde se desparraman las casas blancas que forma el conjunto histórico de Aroche, declarado BIC, se llena de cientos de iluminarias a cada paso, para que vecinos y visitantes no sólo puedan conocer la Historia, sino también para disfrutar de la variada música, en distintos conciertos.

La iniciativa se integra en el Festival del Territorio Hospitalario, un proyecto de carácter transfronterizo que aúna diferentes propuestas culturales y de recreación histórica en los municipios integrados en la Ruta del Territorio Hospitalario, con una agenda cultural común durante el mes de agosto: la Muestra de Música Antigua 'Castillo de Aracena', la Noche de las Velas de Aroche y la Feria Histórica de Serpa (Portugal).

Aunque las posibilidades del excursionismo en el término de Aroche están muy limitadas, por disponer de espacios protegidos como Sierra Pelada, Peñas de Aroche y Rivera del Aserrador, con unos ecosistemas frágiles, despoblados y de difícil acceso, se pueden visitar los quejigales del Valle de las Torres, próximos a la aldea de Las Cefiñas; el Barranco de los Cubos, con numerosos molinos de cubo o rodezno; los Llanos de la Belleza, así como los Picos de Aroche, batolito granítico cercano a una pista asfaltada que conduce a la finca de La Contienda.

Junto a estos atractivos naturales, el viajero repondrá fuerzas degustando la famosa gastronomía arochena basada en los productos derivados del cerdo ibérico y las setas de temporada, además de los platos tradicionales como «la sopa de peso», «las salchichas arochenas», (condimentadas con aguardiente) y el «adobado», guiso propio de la matanza elaborado con manteca e hígado de cerdo.