Siete pueblos bonitos para enamorarse de Burgos

Covarrubias

En plena comarca de Arlanza está Covarrubias , en tierras que fueron habitadas por el hombre desde tiempos del Paleolítico y que son hoy una parada imprescindible en una ruta por la provincia de Burgos. El viaje a esta villa, nombrada Conjunto histórico-artístico en 1965 , debe comenzar en el Arco del Archivo del Adelantamiento , considerado como la puerta de entrada principal al pueblo, un monumento de estilo herreriano con decoración renacentista construido en 1575 que acoge en la actualidad la oficina de turismo. Paseando por sus calles se puede apreciar el buen estado de conservación de la arquitectura popular castellana –con fachadas de piedra y adobe enmarcadas con entramados de madera– de la que dan buena fe la antigua casa del boticario o la casa de Doña Sancha.

No hay que perderse tampoco la ex Colegiata de San Cosme y San Damián , un templo gótico del siglo XV que cuenta con un órgano del siglo XVII –el más antiguo de Castilla que sigue sonando–, el Torreón de Fernán González , una obra mozárabe fechada en el siglo X al que envuelve la trágica leyenda del asesinato de la Infanta Urraca, la iglesia de Santo Tomás y la ermita de San Olav, testigo de la relación de este pueblo con Noruega y la princesa Kristina.

Puentedey

Esta localidad de la comarca de Las Merindades con poco más de 50 habitantes ha sido la última en sumarse a la lista de ‘Los pueblos más bonitos de España’ . Puentedey se asienta sobre un puente de piedra natural creado por el río Nela y dispone de un interesante conjunto urbano con casas solariegas y construcciones populares. Entre sus monumentos destacan la iglesia de San Pelayo , templo de estilo románico en el que llama la atención su portada, el palacio fortificado de los Brizuela , levantado entre los siglos XV y XVI en el punto más elevado del arco natural del pueblo, y los edificios rehabilitados en los últimos años: un antiguo horno de pan, un molino, un potro de herrar y un pequeño museo de bolos. Para obtener la mejor panorámica de este destino hay que acudir al nuevo mirador de San Andrés.

Frías

Citada por primera vez en la segunda mitad del siglo IX, Frías es una villa medieval ubicada en la Comarca de las Merindandes, a orillas del río Ebro, que ostenta el título de la ciudad más pequeña de España –tiene poco más de 250 habitantes– concedido por el rey Juan II en el año 1435.

El castillo , situado sobre una peña que domina el Valle de Tobalina, es su principal monumento, una fortaleza cuyo origen se sitúa en el siglo X, pero cuyo esplendor y actual aspecto se debe a los siglos posteriores (del XII al XV) y de la que destaca su torre del homenaje, punto que regala las mejores vistas del lugar. La iglesia de San Vicente , situada en el otro extremo, compite en belleza con el castillo. La traza primitiva fue románica, pero ha llegado hasta la actualidad con una mezcla de estilos de los que sobresale el barroco. El puente medieval , de origen romano y reconstruido varias veces en la Edad Media, la iglesia de San Vitores, los conventos de San Francisco y de Vadillo y el mirador del Valle de la Tobalina son otros puntos que hay que tener en cuenta en nuestra ruta. Su pintoresca imagen se completa con sus casas colgadas, que nada tienen que envidiar en belleza a las de Cuenca.

Peñaranda de Duero

Esta villa, cuyo casco viejo fue declarado Conjunto histórico-artístico en 1931, se encuentra al sur de la provincia. Su imponente castillo de planta alargada, que destaca por su buen estado de conservación y que se adapta a la perfección al escarpado roquedo sobre el que se asienta, es lo primero que llama la atención de este destino. Pese a que su aspecto actual se corresponde a finales del siglo XIV y principios del XV, sus orígenes se remontan a los tiempos de Fernán González, allá por el siglo XI. En el interior de la torre del homenaje está el Centro de Interpretación de los Castillos .

Visto esto es momento de echarse a andar por su casco histórico. Situado en la plaza Mayor está el palacio de Avellaneda , una de las edificaciones renacentistas de uso privado más importantes de España de la que destaca su portada plateresca y sus salones con motivos mudéjares y platerescos. Es en este punto donde hay que ver también el antiguo rollo de justicia de finales del siglo XV y la ex colegiata de Santa Ana , un imponente templo barroco terminado a principios del siglo XVII. Aquí hay que prestar atención a su escalinata con ocho columnas de mármol de estilo renacentista traídas desde Nápoles y a su retablo neoclásico que preside el altar mayor. Si se recorren las calles que la rodean, el visitante se topará también con la que es la farmacia más antigua de España en funcionamiento , fundada en el siglo XVIII. Los amantes del buen vino y la historia encontrarán en este pueblo un importante número de bodegas subterráneas. Aunque la mayoría son privadas, se puede visitar la bodega La Cárcel , eso sí, contactando previamente con la oficina de turismo.

Lerma

Situada sobre un altozano que domina la vega del río Arlanza está Lerma, una villa cuya historia y desarrollo están unidos a Francisco de Sandoval y Rojas, primer duque de Lerma, valido y favorito del rey Felipe III y que fue declarada Conjunto histórico-artístico en 1965.

Su plaza Mayor con sus 6.862 metros cuadrados, 75 columnas y 72 balcones es una de las más grandes de España y uno de sus puntos clave, ya que en ella se encuentra el Palacio Ducal de Lerma , hoy Parador Nacional, un edificio de estilo herreriano construido a principios del siglo XVII sobre un antiguo castillo medieval. La visita a su conjunto monumental se completa con el convento de San Blas, la ex colegiata de San Pedro , construcción de estilo herreriano que destaca por sus grandes dimensiones, su retablo mayor de estilo barroco y sus órganos de 1615-16, los monasterios de Ascensión y Santa Teresa, el Arco de la cárcel , única puerta medieval que queda en pie, y el pasadizo del duque de Lerma , tramo visitable del pasadizo que unía el palacio con la colegiata de San Pedro –pasando por el resto de templos cristianos– y que permitía a los reyes asistir a las misas sin tener que caminar por la calle.

Caleruega

A 75 kilómetros de Burgos está Caleruega , un pueblo cuyos orígenes se remontan a la época de la reconquista, en el siglo X. El patrimonio arquitectónico de este lugar está presidido por el Conjunto monumental de Santo Domingo al que pertenecen: el convento de los Padres Dominicos , edificio que se empezó a construir en 1952 y que cuenta con una capilla presidida por un artístico crucifijo gótico, un museo dominicano y la Bodega de la Beata Juana de Aza, el Torreón de los Guzmán , una torre rectangular de cuatro plantas con 17 metros de altura que data del siglo X y que está situada en el patio del convento y el Real Monasterio de Santo Domingo de Guzmán , cuyos orígenes se remontan a dos años después de la muerte de Santo Domingo. Destacan también la iglesia románica de San Sebastián de principios del siglo XII, de cuya estructura primitiva queda la torre, parte del arco de la puerta de entrada y una ventana biforia, una antigua calzada romana que unía las ciudades de Zaragoza y Astorga y las bodegas tradicionales creadas en cuevas, aunque la más antigua de la Ribera del Duero está situada a unos dos kilómetros del pueblo, en el despoblado de San Martín de Bañuelos.

La Peña de San Jorge , que domina toda la villa y que cuenta con un crucifijo que se ilumina de noche, es el mejor lugar para obtener las mejores vistas e instantáneas.

Orbaneja del Castillo

Inmerso en una zona kárstica, este pueblo de origen medieval con apenas 50 habitantes fue declarado Conjunto histórico en el año 1993 . Aquí convivieron durante siglos mozárabes, cristianos y judíos cuyo recuerdo solo está presente en el nombre de algunas calles. Protagonista de su trazado urbano es la cascada de 25 metros de altura que nace del mismo centro y que le aporta este toque mágico que respira. Esta villa de postal destaca, sobre todo, por la naturaleza que lo envuelve. Así, sus pozas de color azul turquesa son su primera parada y la Cueva del Agua , punto exacto donde brotan, su visita fundamental.

Pasear por sus estrechas y empinadas calles en las que se apiñan sus casas de estilo montañés, fruto de su proximidad con Cantabria, y llegar hasta su iglesia de origen románico es el siguiente paso. En la parte más alta se encuentran las antiguas eras de Orbaneja del Castillo , donde destacan sus chozas de piedra y desde donde se puede obtener una impresionante vista del circo rocoso de Orbaneja, una serie de torreones naturales que forma una especie de muralla moldeada por la erosión.