El recóndito museo de lujo de un coleccionista que encierra la sauna finlandesa más exclusiva

El museo Gösta Serlachius fue fundado en 1933 por su sobrino y heredero del negocio, con la idea de albergar en él la voluminosa colección de arte principalmente finlandés que ya poseís la acaudalada familia. En la actualidad contiene más de 13.000 obras , lo que lo convierte en uno de los más importantes de Finlandia y de toda Escandinavia.

El lugar se compone de un edificio antiguo y de una enorme extensión levantada en 2011 para dar espacio a todas las piezas, algunas de gran tamaño, y permitir la realización de otras exhibiciones temporales. Se hizo a través de un gran concurso internacional de arquitectura que ganó la propuesta presentada por Héctor Mendoza, Mara Partida y Boris Bezan y que luego recibió varios premios , como el de arquitectura de España en 2013 , ya que los tres residen en Barcelona.

Este edificio anexo de madera -en el país del norte el material principal en la edificación tradicional, muy presente en su arquitectura y diseño de interiores- se une al original donde hoy funcionan las oficinas de la fundación y la recepción. Ambos están mirando al lago , que en verano despierta sus colores y en invierno conforma una postal absolutamente blanca y congelada de cuento.

Gösta Serlachius murió en 1942 sin ver su sueño terminado completamente, pero su mujer Ruth, que era agrónoma (de hecho, en estos terrenos tenían una granja), se ocupó de continuarlo. El espacio acoge obras ahora de todo el mundo, tras el Monet adquirido en 1956, y de España cuenta con cuadros de Zurbarán y Blas de Ledesma , entre otros artistas.

Hoy son sus herederos los que siguen con la misión, y han conseguido convertir en el lugar en un punto muy visitado por los interesados en arte, pero también en un destino turístico exclusivo , pues al museo le han añadido desde un segundo museo, este dedicado a la historia de la industria nacional, y una isla y bosque para paseos (a pie o en bicicleta) hasta un alabado restaurante, a cargo del chef Henry Tikkanen (cocinero del año 2001 en Finlandia) y su pieza más reciente y exquisita: un sauna de diseño .

Además del arte, la posesión más preciada del museo Serlachius es desde hace unos meses su exclusiva sauna , la única rodeada de arte de tanto valor y volumen del mundo, y de ahí su nombre, ' Art Sauna '. Está junto a las salas del museo, aunque en una zona reservada a la que se puede acudir de manera independiente, y fue diseñada por el mismo trío de arquitectos que el pabellón moderno utilizando hormigón además de madera y piedra con la intención de fusionarse con la magnífica naturaleza que la rodea.

Datos prácticos

• Serlachius museo y 'Art Sauna'
• serlachius.fi
• Mänttä, Finlandia
• Precio Entrada al museo, 10 euros. Entrada a la sauna en sesiones públicas, 10 euros sesión de dos horas máximo. Entrada grupos privados, con experiencia completa, consultar (a partir de 12 mil euros, 24 personas).

Consiste en una zona con entrada independiente que cuenta con dos amplios vestuarios, un comedor, un salón con ventanales y salas privadas para reuniones, todo ello decorado con materiales nobles; muebles creados por nombres como Alvar Aalto, Patricia Urquiola, Oscar Tusquets o Jasper Morrison, entre otros diseñadores de renombre , y cuadros y objetos de la propia colección Serlachius.

El espacio es uno de los más selectos de Finlandia a la hora de organizar eventos privados o reuniones de 'team building' de empresa, por ejemplo. Los grupos tienen -el precio de la reserva parte de varios miles de euros- uso exclusivo del tradicional baño de vapor finlandés y del resto de las instalaciones de esta discreta área, así como un cátering de Tikkanen para tomarse un aperitivo o almuerzo en la sala de grandes ventanales mirando al lago y con estufa de leña en invierno.

La sauna fue construída en un anexo de forma circular , para favorecer la interacción, al que se llega mediante un pasillo exterior, todo ello rodeado de terrazas con vistas al agua, con un jacuzzi, tumbonas y una ducha también de diseño y paredes doradas. En el interior, madera de álamo tratada dan ubicación a los bañistas (caben 20 personas), cubren las paredes y albergan en el centro las tradicionales piedras para el vapor.

Allí los más avanzados o arriesgados combinan ese calor intenso con baños cortos en las frías aguas del lago al que se llega desde el pequeño muelle privado unido a la sauna. En verano, pero también en invierno y en medio de la nieve. El 'shock térmico' o 'winter swimming' puede acompañar perfectamente al impacto que produce este mágico lugar perdido en el norte de Europa.