Cashemere, todo lo que deberías saber sobre el tejido más exclusivo del mundo

Estos mamíferos heredan el nombre del famoso valle de Cachemira, región indopakistaní que es uno de los focos protagonistas de la tensión histórica que viven estos dos países que no hace tanto estaban unidos. Sin embargo, la cabra de cachemira no habita esa zona agreste de Asia, sino que lo hace en montañas más altas del Himalaya, en países como China y Mongolia, y también en las montañas del Tínet, donde el invierno alcanza el umbral de los 40 grados bajo cero. En ese contexto climático los pastores nómadas cuidan de sus rebaños, su tesoro más preciado.

El frío extremo explica lo especial que es el pelaje de estas cabra s, que tienen una capa superior de lana gruesa y ruda que tapa su secreto mejor guardado, el caviar de las lanas, un abrigo inferior de pelusa pegada a su piel que es suave, delicada y cálida como ningún otro material natural, además de sofisticado. Tanto lo es que muchos expertos de la moda hablan del cashmere como el tejido que uno se pone para sí mismo antes que para los demás. Es placentero entrar en contacto físicamente con una prenda elaborada con esta lana.

Con este tejido se hacen los mejores jerséis del mercado textil -no se debe confundir con la lana de tipo pashmina-, pero es fundamental saber diferenciar entre el mejor cashmere del que no lo es tanto, o incluso del “falso cashmere”, que también existe. Esta diferencia, de hecho, es la que explica por qué se pueden encontrar diferencias de precios tan grandes entre todas las prendas elaboradas, según sus respectivas etiquetas, con lana de cachemira.

Cuando hablamos de “falso cashmere” nos referimos a los productos que mezclan lana de este tipo con otra procedentes de animales como el yak o el conejo, por ejemplo. La diferencia salta casi a simple vista incluso para unos ojos no expertos. Y el precio es la prueba definitiva de que no el cashmere exclusivo y lujoso que buscamos.

Tampoco lo es aquel que procede de las cabras de cachemira que no habitan la región montañosa del Himalaya. En la actualidad, países como Nueva Zelanda o Irán exportan esta lana porque tienen este tipo de ganado en su territorio, al que se han adaptado bien, pero hay dos grandes diferencias con la lana de cashmere proveniente de los rebaños nómadas de la cordillera donde están las montañas más altas del planeta: la forma de recolectar la lana y el frío al que están sometidas las cabras.

Para que el abrigo interior de pelusa sea de la máxima calidad posible, los animales deben estar expuestos a un frío extremo porque su origen se debe a una proteína que su organismo genera en función de la temperatura existente en el hábitat de cada rebaño. Cuanto más frío, y por ende, cuanto más cerca de las cumbres vivan, mayor es la finura de dicha capa de pelo.

En cuanto al método para extraer el tejido, la diferencia también es abismal puesto que la mayoría esquila a las cabras, pero no así los pastores del Himalaya que abogan no solo por la calidad, sino también por la sostenibilidad y el respeto a sus animales.

Estos pastores cardan a sus cabras, las peinan, y así extraen la lana cuidadosamente separando el pelo y retirando la parte más erizada. Lo hacen cuando llega la primavera, porque es en invierno cuando los animales desarrollan la lana de mayor calidad en consonancia a lo argumentado anteriormente. Se trata, lógicamente, de un tratamiento muy artesanal de la materia prima, y eso es otro de los motivos por lo cual su precio es tan costoso. No en vano, se necesitan al menos dos cabras para conseguir un jersey fino al año, aproximadamente.

Además de ser un tejido aislante de alta eficacia a lo que añade las cualidades estéticas propias de una lana tan suave , el cashmere tiene la virtud de tener una composición rizada que facilita mucho convertirla en hilo. Por supuesto, hablamos del cashmere exclusivo, ese al que no se le ha dañado la fibra durante el proceso de recolección. Por eso, y por su diámetro, es un tejido que brilla especialmente cuando es bueno de verdad. Brillo, por cierto, que se mantiene con el tiempo pese a los lavados, que en las prendas de punto se pueden hacer a mano o en lavadora -aunque conviene seguir las instrucciones del fabricante al respecto-.

Como te puedes imaginar teniendo en cuenta el dato que te hemos dado sobre la lana que obtiene de cada cabra de cachemira, un suéter del mejor cashmere no está al alcance de cualquier bolsillo. Por ejemplo, un diseño básico, más bien fino, de Loro Piana, una de las firmas de lujo que más utiliza esta materia prima, ronda los 1 000 euros .

Si quieres conocer más acerca del cashmere, el tejido de lujo que debes tener en tu armario, puedes visionar el magnífico documental ‘Cashmere - El origen de un secreto’, rodado en colaboración con Loro Piana para demostrar el origen de su exclusiva lana, y la sostenibilidad en su proceso de producción.