Las últimas palabras que pronunció el Papa Francisco en sus horas finales
Reconstrucción de lo que ocurrió en el segundo piso de Casa Santa Marta, donde está su apartamento, desde que regresó de la plaza de San Pedro este domingo hasta que falleció a las 7.35 de la mañana
El testamento del Papa Francisco: una tumba sencilla sobre la tierra y pagada por «un benefactor» anónimo
Los medios del Vaticano han publicado las últimas horas del Papa y una reconstrucción de lo que ocurrió en el segundo piso de Casa Santa Marta, donde está su apartamento, desde que regresó de la plaza de San Pedro este domingo hasta que expiró a las 7.35 de la mañana ... .
En torno a las 11 de la mañana del domingo, Francisco se había reunido unos minutos con JD Vance, vicepresidente de EE.UU. para felicitarse las Pascuas. Luego había salido al balcón de la plaza de San Pedro. Él mismo tenía algunas dudas, se sentía peor que los días anteriores.
«¿Crees que podré hacerlo?», le había preguntado inquieto a su enfermero, Massimiliano Strappetti. La respuesta era indiferente, pues Francisco quería salir para impartir la Urbi et orbi a cualquier precio. Su enfermero lo tranquilizó, según recoge el testimonio el periodista italiano Salvatore Cernuzzio.
Luego el Papa decidió salir al balcón central de la basílica, 19 minutos, y pidió al maestro de ceremonias Diego Ravelli que leyera en voz alta el largo mensaje pascual. Después, quiso subirse también en el papamóvil. Duró más de un cuarto de hora. Y tenía sabor de despedida de la plaza de San Pedro, de los peregrinos y de todo el mundo. Durante el trayecto, detuvo el coche varias veces, cada vez que veía un niño enfermo o un bebé al que bendecir.
«Gracias por haberme traído de vuelta a la plaza de San Pedro», agradeció a su enfermero cuando regresaron a Santa Marta. Fueron quizá sus últimas palabras. El Vaticano asegura en sus medios que Francisco descansó esa tarde y que también pudo cenar tranquilamente. No había motivos especiales de preocupación.
Este lunes se levantó muy temprano. Parece que en torno a las 5.30 de la mañana empezó a sentirse mal. Sus colaboradores inmediatamente le asistieron. Probablemente se plantearon trasladarlo al Gemelli.
Pasó una hora tumbado en la cama medicalizada que hay en su dormitorio, y se vio que no había nada que hacer. Allí, con un gesto, dijo adiós a Massimiliano Strappetti, luego entró en coma. Quienes lo vieron aseguran que «no sufrió, todo sucedió rápidamente».
Al estilo de los papas, murió igual que trazó su pontificado, buscando estar cerca de la gente, cueste lo que cueste. Desde el principio, puso su vida en peligro circulando sin cristales blindados ni chaleco antibalas. Esta vez, sin importarle su enfermedad. Casi literalmente, el inicio de su papado coincide físicamente con el final, el balcón de la basílica del primer apóstol, Pedro. El mismo balcón al que dentro de entre quince o veinte días se asomará su próximo sucesor.
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