Los maestros de Primaria se formarán las mismas horas en diversidad afectivo-sexual que en Matemáticas

El Ministerio de Universidades acaba de publicar la orden que establece los requisitos para la obtención del título universitario que permite ejercer de maestro de Primaria. En dicha orden, ahora en trámite de audiencia pública, los créditos dedicados a la formación matemática «se reducen dos terceras partes», denuncia Rodríguez.

Así, al módulo de «enseñanza de las Matemáticas en Educación Primaria» se le otorgan 6 créditos (60 horas), exactamente el mismo número que se la da al módulo «Género y educación», donde el futuro maestro deberá «identificar los elementos sociales constructores de los géneros posibilitando que en las aulas se reconozcan y respeten las subjetividades»; así como adoptar «un enfoque de igualdad de género a través de la coeducación fomentando la igualdad efectiva de mujeres y hombres, la prevención de la violencia de género y el respeto a la diversidad afectivo-sexual» y, por último, desarrollar «acciones hacia la transformación de las condiciones socializadoras existentes desde una perspectiva crítica de género».

La RSME ha puesto el grito en el cielo por la disminución de horas que ha sufrido una materia que consideran capital y no lo entienden, como dice Rodríguez, cuando existe una clara «conciencia generalizada por parte de todas las administraciones educativas de que la formación matemática de nuestro alumnado tiene que mejorar, como así lo demuestran los bajos resultados en informes como PISA o TIMMS», lamenta Rodríguez. Algo que será difícil de revertir si los profesores tampoco saben de la materia. En este sentido, Rodríguez recuerda también un estudio a nivel internacional, TEDS-M, sobre la formación matemática de maestros de Primaria del año 2012 que ponía de manifiesto que esta era insuficiente, y entonces dicha formación rondaba los 20 créditos.

Un estudio de la Revista Internacional de Formación del Profesorado señala que de media, en España, en las universidades públicas se estudian tres asignaturas de Matemáticas que suman 18 créditos (aunque se puede llegar incluso a los 27) y en las privadas, 14. Estas materias, además, las estudian todos los graduados de Primaria con independencia de que luego hagan especialidad como Música o Educación Física. Con esta orden, las Matemáticas se queda en 6 créditos y en el mejor de los casos, con una optativa, llamada «Desarrollo matemático en educación Primaria», se pueden sumar otros 6 y llegar a 12 (solo 120 horas).

Lo que ocurre con esta orden es que para 'hacerle lugar' a módulos que no son comunes en todas las universidades y que generalmente se imparten de forma transversal, como la ya mencionada «Género y Educación» o «Relaciones interpersonales y habilidades sociales en la comunidad educativa» u «Organización y gestión», se lo han quitado a módulos 'tradicionales' como Matemáticas. De hecho, el mismo número de créditos (6) que se le dedica a las Matemáticas es el destinado a Ciencias Sociales o Lengua y Literatura.

El resultado es una orden restrictiva, que deja poco margen al determinar 222 de un total de 240 créditos que son los que tiene la carrera, «cuando antes estaba mucho más abierto», apunta Rodríguez

Desde la RSME aclaran que no tienen ningún inconveniente con que se enseñe diversidad afectivo-sexual, habilidades sociales u organización y gestión si no que el problema para ellos es que se reduzcan créditos de una materia que consideran capital. Al final, «se introducen nuevas asignaturas con un enfoque muy generalista, por ejemplo, hay una de comunicación y habilidades sociales; otra de género y educación, otra de tecnología educativa. No digo que no sean necesarias; el problema es que esas cuestiones van a lo general y no aterrizan con los contenidos específicos que tiene que enseñar el maestro y se quedan en algo excesivamente abstracto», apunta el catedrático. «Esos temas hay tratarlos pero integrados con lo que ocupa la actividad mayoritaria del maestro que son las asignaturas a las que les quitan créditos ahora».

La abstracción de los contenidos fue algo que criticó en su momento el Consejo de Estado respecto al currículo de enseñanzas mínimas de Primaria elaborado por el Gobierno. El Consejo de Estado elogiaba entonces el trabajo del ministerio pero advertía de la «excesiva complejidad, abstracción y dificultad» que tendrán los docentes a la hora de llevar a la práctica los contenidos.

La 'ley Celaá' deja claro en su preámbulo que «adopta un enfoque de igualdad de género a través de la coeducación y fomenta en todas las etapas el aprendizaje de la igualdad efectiva de mujeres y hombres, la prevención de la violencia de género y el respeto a la diversidad afectivo-sexual». También lo hace la del 'solo sí es sí' de Irene Montero y la del aborto. En este sentido, el informe que hizo el Consejo General del Poder Judicial sobre esta última critica esta insistencia del Ejecutivo «aconseja una vez más al prelegislador que tenga en cuenta» que los temas que pretende introducir ya están en otras leyes recogidos «minuciosamente».

Este periódico se ha puesto en contacto con el Ministerio de Universidades pero no ha obtenido respuesta.