El espejismo del éxito educativo del modelo finlandés

A comienzos de la década de 1990 ya se apuntó una disminución de resultados que tardó, sin embargo en manifestarse en PISA. Dicho de otra manera: La mejora de resultados educativos terminó con los nacidos en 1975 y 1978. Tanto es así, que un joven fines de 15 años tiene hoy el nivel de uno de 14-13 años nacido en aquellos años. Sin embargo, nadie hablaba de Finlandia entre 1960 y 1990. Sólo cuando alcanzó la cima de PISA la OCDE la convirtió en referente educativo internacional. Y nosotros picamos con avidez el anzuelo.

Si se aceptan los datos de este informe, parece obvio que el modelo finés no es un buen ejemplo de la prudencia con que hay que actuar en educación.

«Ya no somos la nación más educada. Nuestros jóvenes ya no son los que tienen más conocimientos. Habría que hacer cambios grandes y bastante radicales», afirmó Anita Lehikoinen, secretaria del Ministerio de Educación. «No sabemos exactamente qué factores son responsables del descenso. Por supuesto, esto también plantea dudas sobre hasta qué punto entendemos qué factores llevaron a tan buenos resultados», declara el autor del informe, Aleksi Kalenius.

Los datos del último informe PISA han revalidado los de Kalenius. Por lo que hace a matemáticas, en el 2009, el 22% de alumnos fineses se encontraba en los dos niveles superiores de PISA y un 8% en los dos inferiores. Hoy encontramos un 9% en los superiores y un 29% en los inferiores. Con respecto al 2012 sus resultados medios han descendido 35 puntos.

En unas declaraciones al Financial Times, Andreas Schleicher principal promotor del modelo finés, tras señalar que en los países ricos «los estudiantes se han convertido en consumidores y los profesores en proveedores de servicios», añade que Finlandia relajó sus expectativas académicas, pero que «no tenemos que lograr el bienestar de los estudiantes a expensas del éxito académico, sino a través del éxito académico […]. Ha habido cambios significativos en el sistema educativo finlandés en los últimos años, con materias tradicionales descartadas en favor de un enfoque llamado «aprendizaje basado en fenómenos» [nuestros ámbitos] que requiere que los estudiantes recurran a múltiples materias para resolver problemas». Y como colofón esta confesión: «Cuando apareció [Pisa] por primera vez, pensamos que Finlandia era la receta del éxito, pero 20 años después no sabemos si ha sido parte de la solución o parte del problema».