Futuro Vegetal, al borde de la mediación: «Bilbo ha perpetrado un golpe de poder»

El líder del grupo ecologista, investigado por desviar fondos, niega explicaciones a los suyos

En un comunicado interno, consultado por ABC, «voces disidentes» trasladan su hartazgo de que hable en su nombre

El líder de Futuro Vegetal fabricó facturas falsas para desviar donaciones

Bilbo Bassaterra en el Congreso de los Diputados con la secretaria general de Podemos, Ione Belarra ABC

Un grupo de personas «amplio y diverso» que en su día formó parte del movimiento ecologista Futuro Vegetal (FV) está harto de que la cara visible del colectivo, Eduardo Jesús Rovira, más conocido como Bilbo Bassaterra, hable en su nombre.

Así lo han ... plasmado en un comunicado, consultado por ABC, en el que le acusan de apropiarse de todos los recursos del grupo, incluido el dinero y las cuentas en redes sociales, y le recriminan que, meses después de habérselo pedido, siga sin dar explicaciones por el presunto desvío de donativos a su cuenta particular -hasta 44.000 euros mediante facturas falsas, según la Policía-, que ya investiga un juzgado madrileño.

«En los últimos meses se produjo un golpe de poder en Futuro Vegetal, perpetrado por Bilbo y un pequeño círculo de gente que todavía le es leal», se puede leer. «Consideramos que este grupo y, muy en particular, Bilbo, ha perdido total legitimidad para hablar en nombre de las personas que hemos puesto nuestras energías en Futuro Vegetal», aseveran.

En el escrito, de tres folios y firmado por «las voces disidentes» del movimiento, aseguran que Bilbo y este grupo «siguen adelante como si nada, atrincherándose en un apoyo popular del que se están apropiando» y «hacen pasar por colectivas decisiones suyas propias». Según las fuentes consultadas por este diario, sólo quedan cuatro de los militantes originarios en Futuro Vegetal.

«Bilbo hace entrevistas hablando como si a sus espaldas tuviera un colectivo unido que le respalda, como si la atención mediática que ha tomado por la fuerza le diera la legitimidad para continuar con lo que consideramos una agresión sistemática en toda regla«, denuncian. »Consideramos que su ego desbocado es un problema para todo el movimiento«.

Las discrepancias comenzaron hace meses porque, según los disidentes, Bassaterra y sus afines estaban ejerciendo «posturas abiertamente tránsfobas» y presionaron «para convertir FV en un espacio tránsfobo». Entonces surgieron las primeras salidas del colectivo.

Después estalló la operación Spora, por la que la Policía detuvo a una veintena de activistas acusados de pertenecer a una organización criminal, y a raíz de la cual el resto de miembros de FV tuvo constancia de que parte de las donaciones que habían recaudado -se calcula que más de 76.000 euros- se destinó a sufragar intereses particulares de unos pocos que nada tenían que ver con el activismo climático. Las pesquisas revelan, como adelantó ABC, que Bilbo utilizó el dinero, por ejemplo, para comprarse una caravana o pagar 5.500 euros a su expareja.

El grueso de los militantes, ya en enero, pidieron explicaciones, sin éxito. «Bilbo y su grupo ignoraron dicho comunicado y nos han ninguneado sistemáticamente». Ahora los disidentes quieren sanar las heridas. De ahí que se planteen reorganizarse y recurrir a la mediación: «Estamos planteándonos abrir un proceso de responsabilización en el marco de la justicia transformadora, con la esperanza de que Bilbo y su grupo dejen de abusar de su poder, se disculpen y reparen el daño causado».

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