Europa deja en el aire su plan para erradicar químicos tóxicos de miles de productos cotidianos
La Comisión aplaza un año, a finales de 2023, la revisión del reglamento que evalúa y limita sustancias nocivas
El cambio obligará a lidiar durante el proceso con elecciones europeas y pone en riesgo la continuidad del proyecto
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónPueden encontrarse en productos cotidianos del día a día como pañales, cosméticos, ropa o juguetes y ser nocivos para la salud humana y para el medio ambiente. Por eso, la idea era lograr una Unión Europea libre de cualquier sustancia química dañina a ... través de una estrategia específica. Pero dos años después de esta promesa de la Comisión Europea, el Ejecutivo comunitario ha dejado en el aire una reforma normativa clave para conseguirlo. La presidenta von der Leyen ha retrasado al menos un año, hasta finales de 2023, la revisión del reglamento que evalúa, autoriza o restringe las sustancias químicas. La modificación del calendario obligará a lidiar con las elecciones al Parlamento Europeo e incluso con la propia renovación de la Comisión.
La UE cuenta ya con una de las legislaciones sobre sustancias químicas más exigentes del mundo, pero todavía existen puntos débiles. Según reconoció la propia Comisión cuando presentó su estrategia, es necesario obtener más información de los productores, hacer más ágil la prohibición de sustancias que se saben nocivas y acotar los usos de los productos químicos para proteger a los ciudadanos. Los estudios europeos de biovigilancia apuntan a un número cada vez mayor de diferentes productos químicos peligrosos en la sangre y los tejidos corporales de los seres humanos, incluidos determinados pesticidas, biocidas, productos farmacéuticos, metales pesados, plastificantes y retardantes de llama.
Ahora, el retraso de un año en la tramitación de la reforma del Reglamento de registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias químicas (Reach, por sus siglas en inglés) «es lo mismo que retirarlo», asegura Tatiana Santos, directora de políticas químicas de la Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB), una federación de organizaciones ecologistas. La explicación está en el calendario electoral. Hay elecciones al Parlamento Europeo en mayo de 2024, por lo que, si la propuesta de nuevo reglamento se publica a finales de 2023, «en enero de 2024 no se van a poner a negociar nada», asegura Santos. Un Parlamento, además, que hoy es mayoritariamente proclive a realizar esta reforma y podría cambiar.
También el mandato de von der Leyen acaba en 2024, en octubre. «Incluso si la propuesta se publica durante el último trimestre de 2023, significa que la reforma no estará finalizada en el momento de la renovación de la Comisión, lo que hace que se desconozca el momento de la entrega» de la reforma, coincide Natacha Cingotti, de la Alianza para la Salud y el Medio Ambiente (HEAL).
Fuentes solventes se muestran más prudentes respecto al futuro de la norma, pero apuntan a que el retraso es, cuanto menos, «extraño», aunque todavía habría una posibilidad de que los cambios se estudien o incluso se retomen en un próximo mandato. «La siguiente Comisión tendrá su propia agenda», confronta Santos.
Consciente de las críticas, este martes el vicepresidente de la Comisión, Maroš Šefcovic, intentó calmar los ánimos y aseguró en el Parlamento Europeo que «una vez que este expediente esté listo, no lo dudaremos, lo presentaremos al Parlamento y al Consejo».
Veto masivo
Además, el retraso en la actualización del reglamento tendrá otra consecuencia: complicará la elaboración del mayor veto a productos químicos planteado nunca. La Comisión Europea hizo pública esta propuesta el pasado abril, y la articuló en una hoja de ruta independiente al reglamento. Sin embargo, la hoja de ruta es una ejecución del reglamento, por lo que se podría ver lastrada si no sale adelante.
Este veto era un cambio radical en la gestión de las sustancias químicas, ya que se planteó por grandes familias de sustancias (y se evitó la concreción en una sola), como los retardantes de llama, relacionados con el cáncer, o los bisfenoles, ampliamente utilizados en plásticos pero que pueden alterar las hormonas humanas, o los PFAS, llamados «químicos para siempre», que son prácticamente imposibles de eliminar del medio ambiente y del ser humano. Así se quería evitar que si se prohíbe un compuesto concreto, se modifique ligeramente su formulación para eludir las restricciones.
«La reforma del reglamento es fundamental para permitir restricciones más rápidas y eficientes, incluso cuando se trata de restringir grupos completos de sustancias. Es por eso que el aplazamiento de la reforma, sin cancelar la hoja de ruta, hará que su entrega sea mucho más difícil y prolongada», dice Cingotti. Perjudica la obtención de información sobre las sustancias, algo que muchas veces no es fácil de lograr ni para las autoridades.
Un estudio de EEB cifró en una media de diez años el tiempo que se tarda en detener el uso de productos químicos peligrosos en la UE, según el análisis de 1.109 expedientes. Es decir, que miles de productos químicos pueden seguir en el mercado incluso cuando han sido vinculados a casos de cáncer, infertilidad y otros daños graves.
Presiones
La industria química es la cuarta más grande de la UE y emplea directamente a 1,2 millones de personas. El 59% de los productos químicos se suministran a otros sectores, ya sea salud, construcción, electrónica y textil, por lo que los consumidores están muy expuestos a los productos químicos utilizados en una amplia gama de productos. Puede haber «químicos para siempre» en la crema solar, la ropa o el hilo dental; retardantes de llama en colchones para cunas, muebles y textiles; o bisfenoles en envases alimentarios, entre otros.
Para retrasar la actualización del reglamento la Comisión alega que, en un momento de crisis por la guerra de Ucrania, es el momento de aligerar las cargas a las empresas. La asociación alemana de la industria química (VCI) se ha hecho oír, ya que pidió recientemente que la UE dejara de hundirla bajo requisitos «nuevos e inasequibles».
otras noticias
«Están haciendo esto alegando ayudar a las empresas a superar la crisis energética, pero es solo una cortina de humo. El sector obtuvo excelentes beneficios en la última década y cuenta con generosas reservas, mientras que por otro lado estas reformas tardarán muchos años en entrar en vigor», dice Santos. «Lo de quitar las sustancias químicas de los productos de consumo tendrá que esperar».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete