¿Es España un país racista? Una «generalización» que no se corresponde a la realidad

En nuestro país existe la figura del delito de odio para castigar las actitudes y comportamientos racistas y xenófobos. Los datos más recientes de la Fiscalía General del Estado, correspondientes a la memoria de 2021, señalan que durante el año pasado se investigaron 199 delitos por incitación al odio (116) y lesión a la dignidad -humillación- (83) frente a los 139 de 2020. De estos casos, 99 casos llegaron a los tribunales y 33 resultaron en sentencias condenatorias (5 por incitación al odio y 28 por lesión a la dignidad).

Unos datos que, por sí solos -como con cualquier estadística-, no ofrecen una imagen clara de la magnitud de los hechos, como señala el catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Juan Diez Nicolás. El cofundador y expresidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) lleva más de tres décadas elaborando estadísticas, siguiendo las tendencias y valoraciones de la población española y de más de un centenar de países respecto al racismo y la xenofobia.

Después de tantos años de investigación, el catedrático destaca en primer lugar el factor de la pobreza y su relación con el racismo y la xenofobia. Dos hechos inseparables con una correlación constatada por el sociólogo. En cualquier caso, Diez aclara que lo que se estudia son actitudes, no valores como tal -en este caso, el racismo y la xenofobia-. «Los valores están ahí, pero no se pueden estudiar. Los sociólogos evaluamos objetos, personas e ideas alrededor de ellos, los juicios», aclara el catedrático.

En su libro 'Las Dos Caras de la Inmigración', Diez recopiló las actitudes de los españoles respecto a la inmigración y la percepción de estos últimos sobre la acogida por parte de los nacidos en territorio español. Los resultados, junto a aquellos obtenidos en otros países bajo los mismos parámetros, determinan que la población española es más abierta y menos xenófoba que los países de nuestro entorno, especialmente con la población latinoamericana, con los que compartimos historia, cultura y lengua común. Todo ello teniendo en cuenta que la Europa occidental es menos excluyente que la oriental y, a su vez, Europa es el continente más abierto.

«Esto no quiere decir que en España no haya racismo, por supuesto que lo hay, pero no se puede generalizar y decir que todos los españoles lo son», sentencia el sociólogo. Tampoco implica que los cánticos que recibió Vinicius sean irrelevantes -»detestables» en palabras de Diez-, pero es imposible entender el impacto y la repercusión de este suceso sin los medios de comunicación y su tendencia a magnificar o reducir la relevancia de determinados hechos.

El racismo y la inmigración van de la mano. En el caso de España, a diferencia de otros países europeos, la apertura al exterior y la intensificación de los flujos migratorios fue más tardía, ya que se remonta a los años 90, cuando pasa a ser un país receptivo ante la inmigración, explica el profesor de filosofía y escritor Pedro Insua.

Asimismo, Ínsula destaca como, remontándose a los últimos siglos, España nunca ha habido una institucionalización del racismo ni acogida masiva por parte de la población de este fenómeno, como sí ocurrió en otros países como Francia, Estados Unidos o Reino Unido. «Aquí nunca pasó de grupúsculos reducidos, frente a movimientos como el Ku Klux Klan en EE.UU. o lopartidarios de la eugenesia en Suecia», añade el escritor.

No por ello menoscaba los comentarios a Vinicius, que no es el primer jugador en sufrir este tipo de ofensas. «En los estadios de fútbol hay más manga ancha», añade, un espacio donde se busca ofender y descalificar al contrario, por lo que no es un fenómeno «exclusivamente machista», concluye Insua.

Si se pregunta directamente a los españoles, existen un claro consenso según los últimos resultados del barómetro del CIS correspondientes al mes de marzo. El 0,1% de los españoles considera al racismo como el principal problema que les afecta personalmente -ninguno la señala como segundo o tercer problema-.

Por otra parte, ante la pregunta de cuál es el principal problema que existe actualmente en España, un 0,1% responde que es el racismo, otro 0,1% lo sitúa como segundo problema por orden de importancia y resulta el tercer problema por importancia para otro 0,1% de la población encuestada.