Condenan a un albañil a dos años sin trabajar por destruir nidos de pájaro en un edificio
La presidenta de la comunidad recibió una multa de 1.200 euros
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Una golondrina lleva el alimento en el pico, mientras sus crías están a la espera
El verano se despide una vez más, y con él, las aves migratoriasemprenden su largo viaje de regreso a África, donde pasarán los meses de invierno. Su retorno, al igual que en años anteriores, plantea un desafío crucial para la defensa de la ... biosfera: asegurar que encuentren sus hogares intactos tras la renovación de edificios u otras intervenciones. Y es que la protección de sus nidos es esencial para garantizar su supervivencia.
Según ha informado 'El Periódico de Catalunya', los agentes rurales han detectado este año una preocupante cantidad de nidos de golondrinas, aviones y vencejos obstruidos o directamente destruidos. El motivo principal, explican los agentes, es que muchas fincas aprovechan su larga ausencia para deshacerse de los ponederos.
Como medida preventiva, apuntan al citado medio, se han intensificado las inspecciones, pero cuando los daños ya se han perpetrado, las sanciones son contundentes. No sólo los agentes rurales abren expedientes, la Fiscalía también toma cartas en el asunto, y en ocasiones, los casos culminan en sentencias condenatorias.
Condenado por retirar nidos en un edificio
Según ha informado 'El Periódico de Catalunya', la presidenta de una comunidad de propietarios en Barcelona encargó reparaciones en el sistema de drenaje de aguas pluviales en el techo de un edificio. El albañil a cargo de la obra eliminó todos los nidos de avión común (Delichon urbicum), una especie de golondrina, que se encontraban en la parte superior de la fachada.
La fecha era mayo, y en ese momento, los ejemplares de avión común estaban en pleno proceso de incubación de huevos. Esta acción condujo a la presidenta de la comunidad y al albañil ante un tribunal en Granollers, enfrentando acusaciones de un delito contra la fauna.
Sin embargo, un acuerdo previo con la Fiscalía evitó una condena más severa para ambos, que podría haber alcanzado hasta seis años de prisión, junto con multas y la inhabilitación. Como resultado del pacto, la presidenta recibió una multa de 1.200 euros y la prohibición de ejercer cualquier oficio o profesión relacionada con la construcción o reparación de fachadas y paredes exteriores. Por su parte, al albañil se le impuso una sanción de 1.440 euros y la misma inhabilitación, con una duración de dos años, lo que limita su empleabilidad en el sector.
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