La catedral de Bilbao acoge el primer acto de perdón de España con las víctimas de abusos

A su llegada ha explicado que lo realmente importante era lo que iba a ocurrir en el interior del templo, aunque ha querido detenerse un momento para tener unas palabras para las víctimas. «Lo importante es escuchar lo que nos tienen que decir», ha asegurado.

Segura es plenamente consciente de que el rezo de este viernes, a pesar de ser un evento solemne que tiene lugar en el templo más importante de Bilbao, puede ser «insuficiente» para algunas de las víctimas. «No es el final de nada», ha explicado poniendo en valor los pasos que «poco a poco» van permitiendo a la diócesis vizcaína «reconocer lo que ocurrió». Aunque el de este viernes es un momento «importante» en ese proceso, el obispo se ha comprometido a seguir «adelante en ese diálogo de aprendizaje».

Al evento oracional estaban invitados además de todos los creyentes, todas aquellas víctimas que quisieran asistir a título personal. Uno de los que ha aceptado la invitación del obispado ha sido Alfonso Ruiíz de Arkaute. A su llegada ha alabado la mayor «sensibilidad» de Joseba Segura, en comparación con sus antecesores, y los «pasos» importantes que ha ido dando con las víctimas desde su llegada a la Diócesis bilbaína.

De hecho, una de sus primeras decisiones fue la de crear una comisión de investigación para recoger los testimonios de todos aquellos que hubieran sido víctimas de abusos, aunque sus crímenes hubieran prescrito. Esas investigaciones han permitido recoger el testimonio de 50 víctimas e identificar a 14 sacerdotes que cometieron abusos.

Por todo ello, Ruíz de Arkaute cree que el prelado bilbaíno se merece un voto de «confianza», aunque considera que no es más que el inicio de un camino. Precisamente por eso, declinó participar en la ceremonia, a pesar de que se declara «víctima y creyente». Considera que un rezo de perdón se queda «cojo» para una iglesia que predica la necesidad de «cumplir la penitencia». «Echo en falta una reparación a las víctimas y un compromiso claro de reparación», explica.

También ha querido asistir al acto Juan Cuatrecasas, el padre del niño que sufrió abusos por parte de un profesor en el colegio Gaztelueta, en Vizcaya. En su opinión, aunque el de hoy es un «gesto positivo», todavía queda «mucho trabajo por delante». «Es necesario que se cierre el círculo», ha reclamado, porque «el perdón debe ir acompañado de una reparación».

Se ha referido al caso particular de su hijo. El septiembre del año pasado el Papa Francisco ordenó reabrir la investigación canónica por los abusos que sufrió su hijo y por los que un profesor fue condenado a dos años de prisión después de que el Tribunal Supremo le rebajara una condena de once años de cárcel. «La Iglesia debería colaborar en la investigación», ha concluido antes de acceder al templo.