Un psiquiátrico, una cárcel y la Plaza de Mayo: una multitud camina tras las huellas de Francisco en Buenos Aires

Desde la noche del viernes, cientos de argentinos se dieron cita en distintas parroquias y barrios humildes de Buenos Aires para iniciar una vigilia a la espera del funeral del Sumo Pontífice, que se celebró a las cinco (hora local). Las lluvias que cayeron con fuerza sobre la ciudad durante la madrugada porteña no impidieron a los fieles reunirse con su comunidad para, desde allí, dirigirse a la Catedral Metropolitana. Este sitio, y la mítica Plaza de Mayo, han sido los epicentros de la despedida de Francisco. En la plaza, casi un centenar de fieles resistieron la hostilidad del clima refugiados en carpas a lo largo de toda la noche hasta que el cielo se despejó y salió el sol, poco antes de comenzar la misa.

Si bien la vigilia principal ha tenido lugar en la misma catedral –desde las 22 horas del viernes-, otras iglesias de la capital argentina también se han sumado a la espera nocturna para la misa en Roma. La vigilia ha sido encabezada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP). «Nos movilizamos para despedir a nuestro hermano y padre, Papa Francisco, fiel defensor de las ideas de empoderamiento de los humildes, de los pobres», dijo a la prensa local el titular de la organización, Alejandro Gramajo. La convocatoria oficial invitaba a realizar una «vigilia popular por Francisco», a quien se refería en términos de «protector de los poetas sociales».

También desde los sitios más humildes, las famosas 'villas' donde el Papa hizo un enorme trabajo, se han acercado cientos de personas provenientes de distintos puntos de la ciudad. Muchos de ellos viajaron en autobús hasta el centro de Buenos Aires para dar el último adiós a su querido Francisco.

Desde muy temprano esta mañana, en el centro de la capital se respiraba un aire de tristeza y las imágenes del Papa, fallecido el lunes pasado, inundaban los alrededores de la catedral. Las columnas de la iglesia se han llenado de pancartas e imágenes con la foto de Francisco y algunas de sus frases más célebres.

El centro porteño ha amanecido con unas pantallas gigantes en las cercanías de la Plaza de Mayo que han proyectado en directo el funeral del Papa Francisco. En los alrededores de la plaza, cientos de fieles se han acercado para dejar flores y cartas de despedida al argentino que supo llegar a la cumbre del Vaticano.

La misa en la catedral porteña, a su vez, ha sido oficiada por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, que tomó la decisión de no asistir al funeral en el Vaticano para quedarse a acompañar a los argentinos. Terminada la ceremonia se ha celebrado un almuerzo comunitario para recordar al “argentino más importante de la historia”, como se ha dicho repetidas veces esta semana en su tierra natal. La convocatoria a la actividad llamaba a ‘compartir la mesa’.

No es casual que se haya escogido la histórica Plaza de Mayo como epicentro de la mayoría de las actividades para dar el último adiós al Papa -de allí ha partido la masiva peregrinación-, pues se pensó en un lugar al aire libre por considerar todo el trabajo que Bergoglio hizo en las calles de su ciudad.

Finalizado el almuerzo ha comenzado la caravana, distribuida en seis etapas. Cada una de ellas representa un sitio específico en el que Jorge Mario Bergoglio -antes, arzobispo de la capital argentina- dejó sus huellas debido a su persistente trabajo social. La convocatoria a asistir a la caminata hacía referencia a la historia del Sumo Pontífice: “Pacto de amor a Francisco: recorrido por los lugares del dolor”. La caravana ha sido una iniciativa del equipo de Sacerdotes de Barrios Populares y Villas de la Argentina.

Para que la peregrinación pudiera realizarse sin inconvenientes, varias de las calles del centro de la ciudad han sido cortadas. El objetivo es que los pelegrinos puedan circular sin mayores problemas por los distintos puntos que ofrece el recorrido.

Casi como un Vía Crucis, el camino por los “lugares del dolor” ha recordado el paso del fallecido Papa por los sitios donde la angustia y la tristeza son moneda corriente en su patria natal. La caravana ha incluido entre sus paradas una iglesia, un hogar de niños, una cárcel y un hospital psiquiátrico, en referencia a todos aquellos lugares en los que el Sumo Pontífice dejó su huella cuando era arzobispo de la capital argentina.

Exactamente, los seis puntos del recorrido han incluido Casa de Mamá Antula -la primera santa argentina-, la Plaza Constitución, el Hospital Borda –psiquiátrico-, la Cárcel del Muñiz, el Hogar de Cristo S.A Hurtado y la Parroquia de la Virgen de Caacupé.