Manuel Sierra, 27 años, cofundador de Hemper: «Donar no es la manera más efectiva de ayudar»

-Es desalentador y no es cierto. El clima de victimismo y frustración que generan este tipo de mensajes desempoderan a cualquiera.

-También dicen que tus padres te dejan un mundo peor que el suyo.

-Es falso. Tenemos más oportunidades que nunca. Pero también dependemos del liderazgo personal.

-Lo que marca la diferencia.

-Es la actitud de cada uno, más que el lugar de procedencia o el entorno socioeconómico.

-Tenemos internet.

-Y eso nos permite poder aprender lo que queramos y aplicarlo en hacer realidad cualquier proyecto. Hace falta ambición.

-La curiosidad

-Fue el primer motor: leer, trastear. Cuando descubrí los ordenadores e internet fue un mundo nuevo para mí.

-La curiosidad te llevó a montar tus primeras tiendas online en eBay con sólo 12 años.

-Compraba productos tecnológicos en China y los vendía aquí.

-¿Por qué?

-Porque me di cuenta de que aquí eran carísimos y en China estaban mucho mejor de precio. Comprar en China en aquella época era más arriesgado, pero entonces no le di mucha importancia y acabé teniendo relación con los proveedores directamente.

-¿No le decían nada por ser tan escandalosamente joven?

-Aprendí a hablar de una manera más formal y al ser todo por escrito no se notaba. Empecé a coger soltura y no sólo empezó a gustarme, sino que además ganaba dinero.

-Estudiaste ‘Liderazgo, emprendedor e innovación’ (LEINN).

-Es un grado universitario basado en una metodología finlandesa de aprender haciendo. Al entrar montamos una empresa en equipo y durante 4 años tuvimos que llevar a cabo proyectos reales por todo el mundo para cumplir con los indicadores del curso: facturación, visitas a clientes, etcétera.

-La primera empresa.

-Con dos compañeros del equipo creamos una plataforma de servicios domésticos, pero gracias a nuestro paso por BBooster, una aceleradora de empresas en Valencia, nos enfocamos en el sector del perro y creamos Snau, una plataforma para cubrir todas las necesidades de tu perro.

-Entrevisté a tu socio.

-Sí, Dado Díez-Hochleitner.

-Y al mismo tiempo que Snau, fundaste Hemper con otros socios.

-El proyecto nace en un viaje de voluntariado que dos de los socios hicieron a Nepal tras el terremoto.

-El cáñamo.

-Durante su viaje establecieron un vínculo muy estrecho con una comunidad de familias que trabajaban las fibras de cáñamo de manera artesanal desde hacía generaciones. Allí puedes ver productos de todo tipo hechos con esta fibra y ellos decidieron traer mochilas, venderlas en España y mandarles lo conseguido como ayuda.

-El impacto positivo.

-Nos dimos cuenta de que donar no es la manera más efectiva de ayudar. Queríamos hacer algo mejor y que involucrase a estas comunidades. Por eso decidimos crear una empresa que no solo generase riqueza económica, sino también social y ecológica.

-La principal riqueza social es la riqueza económica.

-Es cierto que tiene que haber rentabilidad, porque sin rentabilidad, ni es una empresa, ni es nada. Pero también son necesarios una visión y unos valores para construir un mundo mejor.

-El gran valor es crear trabajo.

-Por supuesto, pero no tener en cuenta nada más allá me parece equivocado. Nosotros involucramos a la comunidad en talleres locales de diseño y fabricación. Trabajos dignos y un plan de crecimiento. El cáñamo es más sostenible que las fibras tradicionales.

-Crece salvaje en Nepal y no requiere pesticidas ni sistemas de regadío.

-Además de hacer lo que hacen las demás empresas, que es ganar dinero, procuramos aportar más, buscamos este impacto positivo. Valores.

-La apelación a los ‘valores’ me ha parecido siempre cursi y afectada. Es una forma de corrección política.

-Es una evolución natural del capitalismo que todos acabaremos viendo normal. Se ha puesto de moda ser sostenible porque los consumidores cada vez demandamos más transparencia y buenas prácticas en nuestro entorno. El capitalismo sigue evolucionando y esta vez no será una excepción.

-Planeta, personas, dinero. ¿Es la nueva ecuación?

-Estamos todavía en ello pero es la dirección correcta. Ganar dinero y contribuir al desarrollo social y ecológico han de ir de la mano. Tenemos que esforzarnos más por hacerlo mejor.

-Esto me gusta más que los valores.

-Por eso te lo he dicho.

-Pero el ecologismo es una microimplosión del marxismo.

-No hace falta llevarlo tan lejos. Yo sólo te digo que cada vez somos más, y que por lo menos tendríamos que intentar no generar más residuos.

-Las cajas de cartón.

-Son mejor que el plástico, pero normalmente son de un solo uso y lo que hace el cliente cuando recibe lo que ha comprado es tirarlas a la basura.

-Mi casa es pequeña. Las cajas o yo.

-En Hemper decidimos dar una segunda vida a las bolsas de arroz de Nepal, que allí son residuos, y usarlas para el ‘packaging’. Son bolsas bonitas, que la gente guarda para reutilizarlas y con cada una ahorramos agua.

-¿Esto le importa a alguien?

-Espero que sí, pero en cualquier caso me importa a mí. Por el agua, por el planeta y porque un empresario tiene la obligación de reflexionar constantemente sobre lo que hace. Hay que darle una vuelta de ingenio y de eficacia a tantas cosas que hacemos por hacer, sin pensar. Emprender es replanteárselo todo constantemente y proponer soluciones.

-Y que te cosan a impuestos.

-El debate del anticapitalismo es absurdo. Pero a la vez que el capitalismo evoluciona hacia una mayor implicación con su entorno, las administraciones tienen que ayudar a generar riqueza en lugar de obstaculizar el proceso con una fiscalidad delirante que hace muy difícil la contratación de equipos jóvenes y con talento.

-Ahí es donde llevan los valores.

-Se distribuye más y mejor riqueza generando valor y puestos de trabajo, y facilitando la reinversión de las empresas en seguir creciendo, contratando y mejorando sus procesos internos.

-Por eso los youtubers se acaban yendo a Andorra.

-Andorra lo ha entendido: hay que competir y ser competitivos.