Enfoque
La sociedad irracional: Italia se convierte en el 'paraíso' antivacunas
Para el 5,9 por ciento de los italianos, unos tres millones de personas, el Covid no existe. Para el 31,4 por ciento la vacuna es experimental y quienes la aceptan son conejillos de indias. Dar voz o no a los negacionistas ha suscitado un intenso debate en Italia. La razón pelea contra los populismos
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Iniciar sesión«El Covid no existe, nos han engañado durante dos años». La frase, reiterada con insistencia, es del arzobispo Carlo Maria Viganò , de 80 años, exnuncio del Vaticano en Washington, feroz crítico del Papa Francisco y gran gurú de los que niegan el ... coronavirus. Pero la galaxia de los antivacunas y negacionistas alcanza horizontes insospechados, desde Italia a Estados Unidos, pasando por el resto de Europa y de las Américas. Se está convirtiendo en un tema de creciente preocupación , por sus muchas repercusiones sociales, religiosas, económicas y políticas. Los soberanistas y populistas han hecho un guiño a ese mundo, que constituye un granero de votos. El prestigioso diario ‘Financial Times’ ha dedicado un amplio reportaje a la evolución de los populistas durante la pandemia, identificando un elemento concreto de preocupación: la posibilidad de que, teniendo en cuenta que va para largo, la crisis sanitaria empuje a los políticos extremistas a transformar la exasperación de los ciudadanos en su principal fuente de votos y energía para su propia acción política. Ya está sucediendo en diversos países europeos. En Italia, ha suscitado un apasionado debate sobre cómo se debe tratar la información relacionada con los negacionistas y qué espacio merecen.
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El mundo de los movimientos antivacunas y negacionistas es muy heterogéneo, según explica Piero Angela , el más conocido divulgador científico italiano. «Hay algunos que simplemente le tienen miedo a la vacuna y no están convencidos de los resultados científicos. Es el núcleo fuerte. Su reacción es similar a la de los que le tienen miedo al avión: es un sentimiento que prevalece sobre las demostraciones lógicas. El problema es que estos individuos se dejan convencer en internet, donde circulan mensajes de todo tipo. Esos escritos pretenden que los lectores crean que hay algo oculto que revelar. Finalmente, hay gente que se infiltra en las manifestaciones solo para provocar violencia».
Gurús negacionistas
El universo del negacionismo antivacunas tiene un caudaloso afluente en el mundo católico más conservador, que no ve con buenos ojos al Papa Francisco . De regreso de su viaje a Hungría y Eslovaquia, el Sumo Pontífice admitió que «incluso en el colegio cardenalicio hay quienes se niegan a vacunarse, y uno de estos, el pobre [el cardenal estadounidense Raymond Burke ], está hospitalizado en cuidados intensivos».
El Papa no citó al arzobispo Viganò, que se ha convertido en el gurú de los católicos más conservadores, un personaje tragicómico y partidario de Donald Trump. Con un interesante currículum, sus vídeos con anatemas y teorías negacionistas se han convertido en virales en las redes e incluso se han proyectado en alguna manifestación contra las vacunas. Uno fue presentado en un programa de televisión con gran repercusión y escándalo. Después de definir la campaña de vacunación como « una acción satánica contra Dios », negó la existencia del Covid y habló de «psicopandemia»: «Los medios de comunicación del régimen nos han engañado durante casi dos años diciéndonos cosas que no corresponden a la realidad», dijo. Incluso afirmó que «mataban deliberadamente a los infectados para hacernos aceptar mascarillas, encierros y toque de queda. La gente hace bien en protestar».
Los partidos populistas intentan aprovecharse del descontento de la población ante la crisis sanitaria para ganar votos
Al vídeo del arzobispo respondió indignado el director de ‘La Stampa’, Massimo Giannini: «Este monseñor es una persona deshonesta. Respeto a todos, pero no a quien dice mentiras. Él ha dicho que han matado a personas hospitalizadas para hacernos creer que morían de Covid con el fin de imponernos la mascarilla . Es grave. Debemos decir basta y ser intolerantes. Basta con la tolerancia frente a quien miente. No contra quien piensa de otro modo, sino contra los que dicen mentiras».
A medida que crece la frustración ante una pandemia que parece interminable con el surgimiento de nuevas variantes como la Ómicron, el Covid está creando en diversos países un nuevo espacio para los políticos de derecha e izquierda que han pasado la última década tratando de navegar por una ola de sentimiento antisistema. En todo el continente, los partidos populistas están reconsiderando sus estrategias y presentándose como los defensores del escepticismo de las vacunas y del libertarismo contra el confinamiento y las medidas restrictivas. Con miles de asistentes, sobre todo se han producido manifestaciones en las últimas semanas en Austria, los Países Bajos, Bélgica, Alemania, la República Checa, Suiza e Italia.
Arma del populismo
El sentimiento antigubernamental está alimentando movimientos emergentes de derecha e izquierda. El aumento del apoyo a los grupos populistas en Europa está lejos de ser un fenómeno uniforme. Los partidos populistas han tenido hasta ahora un éxito desigual al canalizar el descontento público hacia los votos. En Italia, dos son los que más guiños han hecho a los antivacunas. La Liga de Matteo Salvini fue el primer partido en las elecciones europeas del 2019, con el 34 por ciento de los votos; hoy solo ronda el 20 por ciento. En cambio, Hermanos de Italia –la formación socia de Vox, liderada por Giorgia Meloni –, obtuvo el 6,5 por ciento en las europeas y ahora se aproxima al 20 por ciento. En conjunto, el centro derecha obtendría el 47,4 por ciento de los votos, mientras el centro izquierda alcanzaría el 39,1 por ciento, según un sondeo del instituto Ipsos en diciembre.
«Los últimos tres años pueden haber sido malos para los populistas europeos. Pero ahora es interesante cómo están cambiando su naturaleza y lo que eso significará para el futuro. De repente, los de toda Europa han tenido un bautismo libertario . Creo que vamos a tener una década política muy turbulenta por delante», explicó a ‘Financial Times’ el prestigioso politólogo Ivan Krastev, presidente del Centro de Estrategias Liberales en Sofía.
Hay algunos que simplemente le tienen miedo a la vacuna y no están convencidos de los resultados científicos. Es el núcleo fuerte. Su reacción es similar a la de los que le tienen miedo al avión: es un sentimiento que prevalece sobre las demostraciones lógicas. El problema es que estos individuos se dejan convencer en internet, donde circulan mensajes de todo tipo
Piero Angela
Divulgador científico italiano
El vacío político es grande. En las elecciones municipales de Italia celebradas en octubre, apenas votó más del 40 por ciento de la población. Las periferias de las grandes ciudades son las que más abandonan las urnas. En Roma, los neofascistas de Forza Nouva han intentado capitalizar el descontento de los negacionistas y antivacunas incluso con la violencia en las manifestaciones, como durante el asalto a la Confederación General Italiana del Trajo , el principal sindicato del país. En Milán, han sido los grupos anarquistas de los centros sociales los que han protagonizado los altercados. Además de las páginas de internet por las que corre libremente el odio, y de las noticias falsas e incluso las llamadas a la violencia, en los dos últimos años han aparecido una docena de cabeceras que prometen descubrir la ‘verdad’ y se alimentan con donaciones.
Médicos suspendidos
En esas manifestaciones, algunos médicos negacionistas han tenido un papel protagonista. El más conocido es el doctor Pasquale Bacco , coautor de un libro complotista con el magistrado Angelo Giorgianni . Ambos pregonaban que las vacunas eran «peores que las aguas residuales» y acusaban a los médicos de haberse convertido en «siervos». Según Bacco, los gobiernos intentaban «reorganizar el estado de bienestar» mediante las campañas anticovid, un cambio en gran parte impulsado por «judíos ortodoxos, dueños de compañías farmacéuticas».
Bacco, que fue suspendido del Colegio de Médicos, sorprendió al país al confesar su «arrepentimiento» en su perfil de Facebook y en la televisión. Aseguró que, después de haber visitado la tragedia que se vive en los hospitales, se sentía «culpable». «El virus es muy peligroso. Aconsejo a los antivacunas hacer un recorrido en cuidados intensivos, ahora que afecta principalmente a jóvenes sanos ». Bacco, que era miembro de la asociación ‘El Herético’, añadió: «Me autoacuso, yo formaba parte de un grupo de criminales como Castellino y Fiore (líderes del partido neofascista Forza Nuova) que van a los palcos en las manifestaciones. Me amenazaron de muerte porque salí del movimiento antivacunas. Son peligrosos, usan un método mafioso y explotan a la gente».
Sorprende que Bacco haya descubierto ahora esa violencia. Desde hace dos años, se sabe que algunos negacionistas radicales organizan sus manifestaciones en Telegram con mensajes violentos. En el perfil de ‘Basta de dictadura-Protestas’, aparecieron graves amenazas contra el presidente de la región de Emilia Romagna, Stefano Bonaccini. También las recibió Matteo Bassetti, un famoso virólogo de Génova.
Guido Russo, médico dentista, acudió a vacunarse con un falso brazo de silicona con el fin de obtener el pasaporte covid, obligatorio para trabajar. Le pillaron
Son más de mil los médicos antivacunas italianos que han sido suspendidos por sus respectivos colegios regionales. Algunos se han saltado la suspensión o han urdido alguna estratagema. Un caso singular fue el protagonizado por Guido Russo , de 57 años, médico dentista de Biella. Con el fin de obtener el pasaporte Covid, obligatorio para trabajar y entrar en lugares cerrados, se presentó el pasado viernes en el centro de vacunación de su municipio para que le inyectaran la dosis en un falso brazo de silicona . La enfermera descubrió la trampa y fue denunciado por fraude. De su caso, con enorme repercusión en Italia, se ha hecho gran eco también en la prensa internacional. A los periodistas que se acercan a su chalet para entrevistarlo, les responde indignado: «Me habéis arruinado la vida. Márchese o llamo a los carabineros».
Apoyo de un Kennedy
La pandemia ha acercado a los populistas europeos a sus homólogos del otro lado del Atlántico. El mundo antivacunas ha encontrado un referente internacional en el demócrata Robert Kennedy Jr. , de 67 años, abogado, hijo de Bob Kennedy y jefe de su asociación Children’s Health Defense. El pasado 13 de noviembre, Kennedy Jr. llegó a Milán para participar en una manifestación contra las vacunas. Ante miles de manifestantes, explicó que las pandemias eran como las guerras, que estaban hechas para controlar a la gente. Según él, «el pasaporte Covid es un golpe de Estado global». Días después le respondió su hermana, Kerry Kennedy, de 62 años, la séptima de los once hijos de Bob, llegada a Milán para una gala organizada por la fundación RFK Human Rights: «Estoy totalmente en desacuerdo con mi hermano y con cualquiera que vaya en contra de la ciencia y el interés colectivo. Quienes no se vacunan ponen en riesgo su vida pero también la de otras personas, especialmente las más vulnerables».
En estos días, hay un gran debate en Italia sobre el relieve que se debe dar en los espacios informativos a los negacionistas del Covid. A sus portavoces se les concede voz a diario en programas televisivos. Pero algunos medios comienzan a decir basta.
Monica Maggioni , nueva directora del TG1, el telediario de referencia nacional en la RAI, afirmó el sábado que no les dará voz: «Si la vida de las personas está involucrada, no se puede poner a un científico al mismo nivel que el primer chamán que pasa por la calle. No todas las opiniones tienen el mismo valor». Drástico se muestra también el famoso director y presentador del telediario de La7, Enrico Mentana : «Me honra no dar voz en mi telediario a un representante de los antivacunas. Para mí, confrontar a un científico y un hechicero no es información, y lo mismo digo de un cara a cara entre quien lucha contra la mafia y quien dice que no existe». Por su parte, Milena Gabanelli , una de las periodistas más famosas de Italia, afirma: «No hay que dar demasiado espacio a quien dice que la tierra es plana, salvo que se acoja como nota de color. Pero hay que escuchar el disenso en la voz de quien tiene competencia y credibilidad. Confrontar opiniones diversas es sacrosanto en democracia. Pero creo que es equivocado dar demasiado espacio a esas manifestaciones en las que se rompen escaparates o incendian coches, porque eso es lo que buscan sus promotores. Para informar, se debe utilizar el sentido común».
Si la vida de las personas está involucrada, no se puede poner a un científico al mismo nivel que el primer chamán que pasa por la calle. No todas las opiniones tienen el mismo valor
Monica Maggioni
Directora del telediario de referencia nacional en Italia
El informe anual sobre el estado de la sociedad italiana, el realizado por el centro de estudios Censis, el más prestigioso del país, puede ayudar a reflexionar sobre el fenómeno del negacionismo y el cambio de la sociedad tras dos años de Covid. Con el título de ‘ La sociedad irracional ’, el texto aporta datos increíbles tras una breve introducción: «Una ola de irracionalidad surge junto a la mayoría razonable y sabia. Es un sueño fatuo de la razón, un escape fatal al pensamiento mágico, hechicero, chamánico, que pretende descifrar el sentido oculto de la realidad. El 5,8 por ciento de los italianos (más de tres millones de personas) está convencido de que la tierra es plana. Para el 10,9 por ciento, el hombre nunca desembarcó en la Luna».
Si estos dos porcentajes sobre el negacionismo histórico-científicos son llamativos, más sorprendentes son aún si cabe los que aporta el Censis sobre el Covid: «Para el 5,9 por ciento de los italianos (alrededor de tres millones de personas), el Covid simplemente no existe. Para el 10,9 por ciento (casi seis millones de personas), la vacuna es inútil e ineficaz (los no vacunados en Italia se cifran en unos 6,5 millones de personas). Para el 31,4 por ciento, es un fármaco experimental y las personas que se vacunan hacen de conejillos de indias. Para el 12,7 por ciento, la ciencia produce más daños que beneficios».
El informe de Censis también explica que «existe una disposición irracional a creer en supersticiones premodernas , prejuicios acientíficos, teorías infundadas y especulaciones conspirativas». De las tecnofobias, el estudio destaca que «el 19,9 por ciento de los italianos considera que el 5G es una herramienta muy sofisticada para controlar la mente de las personas».
El sociólogo Giuseppe De Rita, que fundó el Censis en 1964, afirma que en el debate actual y la información priman las emociones de la actualidad: «Este eterno presente no nos hace pensar en el futuro; es necesario razonar, tener ideas y adoptar decisiones interpretando el alcance de los problemas impuestos por un profundo cambio de fase o ciclo de toda la economía internacional: la transición a un mundo ‘posglobal’». Es un sabio consejo, sobre todo para gobernantes que siguen en el túnel del pasado girando alrededor de la memoria histórica, como ocurre en el solar patrio.
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