Covid persistente
Cuando los síntomas del coronavirus se repiten una y otra vez
Más del 10% de los afectados sienten molestias persistentes pese a dar negativos en las pruebas PCR
Estado de alarma por el coronavirus en España en directo
Rafael Ibarra
Existe un número de personas, mucho mayor de lo que los datos reflejan, que después de más de 7 meses siguen teniendo síntomas de covid-19 , la enfermedad que causa el coronavirus Sars-CoV-2. Son los grandes olvidados de esta pandemia ... . «Todas las mañanas cuando me despierto y abro los ojos pienso: ¿tendré hoy dolores musculares o quemazón en la piel?». Beatriz Fernández acaba de cumplir 40 años y lleva conviviendo con el covid-19 desde la primera semana de marzo. Se siente una «afortunada» cuando se compara con algunas de sus compañeras de los colectivos Long Covid Acts, ya que ella se ha podido incorporar a su trabajo, «aunque 120 días después».
Miles de personas en todo el mundo se han conectado a través de redes sociales para compartir sus experiencias sobre los síntomas a largo plazo del Covid-19. Se calcula que más del 10% de las personas que han padecido Covid-19 pueden tener síntomas a largo plazo. Eso daría una cifra en España de más de 80.000 personas, la mayoría mujeres de entre 35 y 50 años. Son «los grandes olvidados de la pandemia».
Anna Kent es una de las impulsoras de esta plataforma en España, que reúne a 2.000 personas. «Somos la punta de un gran iceberg porque las estimaciones son muy conservadoras». Según Pilar Rodríguez Ledo, de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), algunos estudios hablan de un 20% o 30% de los casos, es decir, «1 de cada 5, por lo menos».
Anna comenzó a sentirse mal el 18 de marzo y, tres semanas después, le hicieron su primera prueba PCR en urgencias. El resultado fue negativo, el mismo que 4 semanas después. Desde entonces tiene «niebla mental (brain fog), disnea o agotamiento extremo. Apenas puedo dar 300 pasos sin cansarme ». Toda la familia de esta traductora de 50 años pasó el Covid-19: sus tres hijos adolescentes y su marido, que también tiene síntomas meses después.
Unos días antes, el 6 de marzo, Sonia Bilbao empezó a tener febrícula. Las cosas comenzaron a empeorar a la semana siguiente «sofocos, sensación de alergia…» y se complicaron a partir del 22 de marzo. «Falta de aire, migrañas, pérdida de olfato, diarreas, flemas, falta de apetito. ¡No había faltado al trabajo en 20 años y tuve que pedir la baja! », señala esta veterinaria y montañera vizcaína.
Apenas hace un año estaba en los Alpes practicando su deporte favorito: « corría 20 km sin desayunar, ahora camino 1 y estoy agotada , ¡yo que he subido al Mont Blanc!».
Le siguieron días peores. «En 12 días perdí 4 kilos de masa muscular. Me pasé todo el mes de abril en cama con un estado de confusión mental y estupor que no era ni capaz de sumar 2 + 2. Hasta mayo no me hicieron PCR y me salió negativa. Pero yo seguía mal. Ahora tengo días buenos,con febrícula, y malos, pero intento seguir adelante».
« ¿Imagínate que tengas una gripe 7 meses seguidos? Pues así es cómo me siento», dice esta bilbaína. «No se trata de un dolor o una molestia constante pero, en mi caso- reconoce-, me siento invalidada, personal y laboralmente», aunque, dice, «estoy convencida que volveré a mi amada montaña».
Incapacitante
El Covid persistente no es una situación de riesgo para la salud, comenta Francisco Tejerina, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, «pero es muy incapacitante».
Bea, que comenzó con síntomas a principios de marzo, tuvo que lidiar con la complicada situación sanitaria de esos meses. «En mi centro de salud, tras explicarles los síntomas y que tenía contactos diagnosticados, me dijeron que me quedara en casa 15 días. ¡La primera semana estaba hasta contenta! En casa, con tos y unas pocas décimas, y trabajando . Pensaba, por lo que decían, que ya estaba».
Pero las complicaciones llegaron a los 15 días. «Sentí una quemazón en el pecho, náuseas y diarreas y, como en el 112 no me atendieron, recurrí a mi seguro privado y me hicieron pruebas. Todo normal, dijeron».
Una migraña de nueve días
Y así durante meses: «faringitis, otitis, diarrea durante dos meses o más. ¡No entendía nada y tuve que pedir la baja!». Incluso, «mi médico pensó que no era coronavirus y me hicieron las pruebas de tuberculosis y otros virus. Negativo»
Los días pasaron. «Nueve días en cama por una migraña; a eso le siguieron hormigueos en manos y pies. Los neurólogos tampoco me han visto nada», señala. «Ahora, lo que me ha quedado son dolores musculares, como pinchazos con una aguja, y una hipersensibilidad en la piel. En mi caso no es todos los días, va por semanas, pero no encuentro nada que lo explique . Desde luego que he perdido calidad de vida», cuenta Bea.
A esta pérdida de calidad de vida se suma una cierta incomprensión de la profesión médica . El «muro de incomprensión», como la llama Anna, que nos dice que acaba de llegar de la consulta del neumólogo y ha vuelto a sentir «impotencia». «"No sabemos" o "No puede ser Covid"», me dicen. Además, Anna, como Sonia, tiene el lastre de no tener una «PCR positiva».
Desconocimiento médico
Hay un gran desconocimiento entre los médicos», asegura. Lo reconoce el doctor Tejerina. «Están desesperados y encuentran falta de comprensión. Les decimos que con el tiempo mejorarán. Pero ¿cuánto tienen que pasar para que se recuperen. No lo sabemos».
Para mejorar la atención surgen proyectos como el de la SEMG. Se trata, explica Pilar Rodríguez Ledo, de aportar el conocimiento necesario para mejorar la asistencia de los enfermos con síntomas persistentes por coronavirus en el sistema sanitario.
La colaboración con los colectivos autonómicos de Covid-19 persistente de Andalucía, Cataluña, Madrid, País Vasco y Valencia prevé una investigación, con seguimiento de pacientes durante al menos dos años , la elaboración de protocolos específicos para estos pacientes enfocados en la Atención Primaria y la formación de un grupo de trabajo sobre las bajas e incapacidad temporal.
Porque el aspecto laboral y económico no es baladí. Se produce, lo que Sonia denomina «despido Covid». «Me han despedido hace 1 semana», nos cuenta. « El impacto económico es un desastre porque muchos de ellos no han podido reincorporarse a sus trabajos seis meses después», reconoce Tejerina.
Bea lo logró 120 días después. «Trato de normalizar la situación; trabajo desde casa, con mi pareja, y de vivir día a día, unos mejores y otros peores».
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