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De 19,23 euros al año a más de medio millón, el canon por Torreciudad que enfrenta al Opus y la diócesis

La Prelatura afirma que, entre las condiciones del obispado, se encuentra el actualizar el pago anual a 600.000 euros, un extremo que niega la otra parte

Torreciudad: el conflicto que puede llevar al Opus Dei y al obispado de Barbastro a enfrentarse en los tribunales

La diócesis de Barbastro toma el control del santuario de Torreciudad, vinculado al Opus Dei desde hace cincuenta años

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El santuario de Torreciudad, en primer término la nueva construcción de 1975, al fondo a la derecha, sobre el pantano, la ermita del siglo XI y la torre musulmana que da nombre al conjunto ABC
José Ramón Navarro-Pareja

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«No es una cuestión de dinero, sino de actualizar y regularizar al siglo XXI un contrato que se firmó en 1962». Es el resumen que hacen para ABC fuentes cercanas al conflicto de Torreciudad, tratando de minimizar las diferencias crematísticas entre ambas partes —la diócesis de Barbastro-Monzón y el Opus Dei— como origen del problema. Y, es cierto que el estatus jurídico del 'santuario' y el modelo de atención pastoral también pesan en la negociación, aunque la cuestión económica ejemplifica a la perfección lo anacrónico del contrato que vincula a ambas partes desde 1962.

El Opus Dei paga en la actualidad la cantidad anual de 19,23 euros al año por el alquiler de la antigua ermita y todos los bienes artísticos que contenía, entre ellos la imagen de la Virgen del siglo IX. Según la Prelatura, la diócesis les reclama ahora que la cantidad se actualice a 600.000 euros. Desde fuentes del obispado reconocen que se ha pedido la actualización de la cantidad, pero no confirman esa cifra.

La cesión de Torreciudad se fundamenta en un acuerdo enfitéutico —a cambio de un canon anual— firmado en 1962 entre el entonces obispo, Jaime Flores y Florencio Sánchez Bella, consiliario en España de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y Opus Dei. El acuerdo, al que ha tenido acceso este periódico, establecía la cesión de Torreciudad «para incrementar el culto a la imagen« y »encomendar la conservación del templo, imagen y edificación« a la sociedad enfiteuta a cambio del pago de un canon anual de 3.200 pesetas. Desde entonces, aquella cantidad sólo se ha actualizado para convertirla en euros a partir de 2002: 19,23€ que cada año el Opus Dei ingresa en la cuenta del obispado.

Lo curioso, es que la sociedad que recibía el dominio útil de la ermita y los edificios anejos era la Inmobiliaria General Castellana S.A. representada por Alfonso Nieto Tamargo, un numerario del Opus Dei, abogado y periodista, que más tarde sería catedrático de Empresa Informativa en la Universidad de Navarra. En el mismo contrato, la Inmobiliaria General Castellana, «dado el carácter de los bienes que recibe en treudo, confía la administración ordinaria de los mismos a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y Opus Dei».

Más allá del desacuerdo económico, ambas partes reconocen que, desde hace unos dos años, tienen abierta una negociación sobre el futuro del lugar de culto. Según el comunicado del Opus Dei, fue la Prelatura la que solicitó al obispo «preparar unos nuevos estatutos, con objeto de erigir Torreciudad como santuario diocesano y establecer un convenio de atención pastoral con la diócesis».

El obispado, más sintético, señala que el nombramiento como rector del santuario de un sacerdote diocesano tiene como objeto que «se responsabilice [junto a los tres curas del Opus Dei que allí viven] del cuidado pastoral y ministerial hasta que se regularice la situación canónica existente entre ambas instituciones».

¿Oratorio o santuario?

El reconocimiento de Torreciudad como santuario pasa así a convertirse en una cuestión clave. Por una parte justifica que el obispo sea quien nombre al rector, según reconoce el Código de Derecho Canónico. Pero, a la par le sirve al Opus Dei para considerar inválido el nombramiento, ya que según señala, en este momento, Torreciudad «tiene la condición jurídica de oratorio de la Prelatura».

Sin embargo, Torreciudad no es un simple oratorio, sino que en la práctica responde a lo que el Código de Derecho canónico define como santuario: «una iglesia u otro lugar sagrado al que, por un motivo peculiar de piedad, acuden en peregrinación numerosos fieles, con aprobación del Ordinario del lugar» (c.1230). Ese reconocimiento del 'Ordinario' —el término canónico para definir al obispo—, es el que ahora está en juego. Sin embargo, la propia Memoria anual del Patronato de Torreciudad de 2022, disponible en su página web, utiliza en 28 ocasiones la palabra santuario para referirse al lugar y ni una sola la de oratorio.

Más allá de esta precisión canónica, otra de las cuestiones puesta sobre la mesa es conocer quién controla realmente el santuario. De acuerdo a la nota de prensa hecha pública por el Opus Dei en contestación al nombramiento del rector, «la propiedad del templo es de la Fundación canónica Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad».

Sin embargo, la web de santuario plantea que el responsable es el Patronato de Torreciudad «una asociación civil sin ánimo de lucro encargada del sostenimiento del santuario de Torreciudad y la promoción de peregrinaciones», según su Memoria anual, que también señala que «la labor pastoral del santuario está encomendada a la Prelatura del Opus Dei, que asume la atención espiritual de los peregrinos y visitantes que así lo desean».

De hecho, es el Patronato —a juzgar por la memoria de actividades anual que publica— quien se encarga de la gestión económica. De acuerdo a los datos que facilita, el 'santuario' tuvo en 2022 un presupuesto de 1.230.957 euros. La mayor parte de los gastos se destinó a personal (676.791 euros), suministros (190.842 euros) y organización de las jornadas y encuentros (107.760 euros). Según el Opus Dei, a pesar de ese volumen de visitas, Torreciudad es deficitario, y la mayor parte de los gastos están sufragados por los convenios con fundaciones (el 42%), las aportaciones de los socios y colaboradores (el 40%) y las ventas en la oficina de turismo (el 12%).

Expertos en derecho canónico cercanos al Episcopado consultados por ABC consideran «extraño» que la gestión de un santuario que recibe 190.000 fieles cada año (según su última memoria) «esté encomendada a una asociación civil, cuando ya existe una fundación canónica que podría asumir esa función». Las mismas fuentes entienden que esta es una de las cuestiones que trata de «poner en orden» el obispo de Barbastro. Por su parte, desde el Opus Dei plantean que «la reciente creación de la fundación canónica, hace un par de años, tiene como objetivo el que se haga cargo de la gestión del recinto, con vista a que sea erigido como santuario diocesano».

Diferencias pastorales

Además de las diferencias económicas y jurídicas, las cuestiones pastorales también están puestas sobre la mesa de negociación. Aunque ninguna de las partes especifica el desacuerdo en este sentido, la aclaración del obispado hace hincapié en que es «la voluntad de ahondar en el camino sinodal y en la comunión de los fieles», la que ha motivado la decisión. El Opus Dei también manifiesta que su «voluntad es la de seguir colaborando con la Diócesis en la labor evangelizadora que se realiza desde Torreciudad», pero lo cierto es que no es la primera vez que existen diferencias en este sentido.

El pasado octubre el actual rector Ángel Lasheras (al que relevará el sacerdote diocesano el 1 de septiembre) anunciaba «en comunión con los planes pastorales del obispo de Barbastro-Monzón», la suspensión de la visita de la imagen peregrina de la Virgen de Torreciudad a diversas poblaciones del País Vasco y La Rioja. El comunicado hecho público en la web del santuario señalaba que el aplazamiento permitiría «preparar en el futuro este recorrido con mayor coordinación con la diócesis, de modo que se optimicen los frutos evangelizadores que esta iniciativa del santuario pretende alcanzar en muchos lugares». Entre los lugares que tenían previsto acoger la imagen se encontraban colegios y centros del Opus Dei, así como varias parroquias.

Otro de los motivos de conflicto es la negativa de la Obra a entregar al obispo una terna para el nombramiento de un nuevo rector. Alega que, al «tratarse de un templo de la Prelatura» no corresponde al obispo llevar a cabo este nombramiento. Mientras, Ángel Pérez Pueyo, ha actuado como si 'de facto', fuera un santuario y «al no recibir esa terna tras varios requerimientos», ha optado por el nombramiento del nuevo rector.

Antes de ello, el último intento de acercamiento entre las partes fue una reunión el pasado 2 de julio, en el obispado de Barbastro, entre el obispo Pérez Pueyo y el prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz. Al no haber acuerdo, el siguiente paso fue, el pasado lunes, el anuncio del nombramiento del nuevo rector de forma unilateral desde el obispado. La noticia ha elevado el conflicto a la opinión pública.

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