Juan José Borrero, patólogo del Virgen del Rocío, ha participado en CETUPANC, un estudio nacional sobre cáncer de páncreas -liderado por el hospital sevillano- que abre una puerta a nuevos tratamientos que pueden ayudar a salvar vidas en una patología cuya tasa de mortalidad ... es muy elevada. «Los patólogos hacemos el diagnóstico del cáncer de páncreas sobre biopsias muy finas y sobre el estudio de las piezas quirúrgicas que se quitan como bazo, páncreas, hígado, etcétera -explica-. Hacemos estudios microscópicos y macroscópicos en los que valoramos el tamaño, hasta donde se infiltra, cómo están los ganglios linfáticos, o si tiene una infiltración a través de pequeños nervios y hemos comparado todo eso con los estudios del grupo del doctor Javier Padillo. Es un paso más de lo que venimos haciendo hasta y en futuro tendrá relevancia para personalizar tratamientos«, explica.
La denominada «biopsia líquida Intraoperatoria« (BLI) busca detectar la presencia célula tumoral de una forma que antes no era posible. «Es algo novedoso y puede ser importante para mejorar la superviviencia de este tipo de tumores. También puede ayudar a prever la evolución de los pacientes con tumores en el páncreas, si será de un tipo o de otro, y para poner en marcha tratamientos más eficaces. El adenocarcinoma de páncreas causa una mortalidad elevada y es precisamente el que los patólogos vemos con más frecuencia, aunque también nos llegan tumores de páncreas menos malignos y otros tipos de neoplasias que se pueden curar con cirugía«.
La incidencia de todo tipo de cánceres sigue aumentando en todo el mundo pero se nota especialmente en el caso de los tumores localizados en el páncreas. «A los patólogos nos llegan cada vez más cáncer de páncreas, que en muchos casos son muy agresivos. Ahora vemos todas las semanas dos o tres«, cuenta.
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