No ha trascendido la habitación en la que prendieron las llamas, que se extendieron por todo el inmueble rápidamente arrasando todo a su paso, como demuestran algunas fotos que se han podido ver del interior de la casa. La mayor causa de los incendios fortuitos es una sobrecarga. Algunas fuentes apuntan que en la casa había apiladas cajas de madera para la frutería que regentaba el padre, José Antonio, lo que también ayudó a acelerar la combustión.
Conformen avanzan las horas se van conociendo detalles de esos angustiosos minutos que se vivieron sobre las ocho de la mañana en el entorno del barrio de La Vega. Los testigos directos de la tragedia, los vecinos, han ido narrando a los medios de comunicación lo que vivieron. Así se ha podido conocer que el hijo mayor, de 20 años, llegó a su casa tras salir con sus amigos por la noche cuando el incendio ya se había desatado. No se lo pensó y entró a auxiliar a sus padres y su hermano.
Las autopsias
«El grande fue el último que se recogió y al abrir la puerta se encontró el incendio. Chilló pidiendo auxilio y alertó a los vecinos. Ni se lo pensó ni atinó a llamar por teléfono, sino que se metió de cabeza para dentro para salvar a sus padres y a su hermano. Como cualquier persona», explicaba ayer Inma, vecina del municipio y amiga íntima de la mujer fallecida.
Los cuatros cuerpos sin vida fueron localizado en la planta de arriba, cerca de una pequeña terraza interior que tenía la vivienda, a la que no pudieron acceder porque también tenía reja. Hasta allí lograron llegar algunos vecinos saltando desde las azoteas contiguas, pero el esfuerzo fue en vano. Ayer una vecina relataba que a su llegada uno de los miembros de la familia aún seguía respirando.
Esta misma testigo dijo haber escuchado una explosión la mañana del domingo previa a ver el humo salir de la casa número 18. Se vivieron momentos de angustias porque se escucharon gritos de «socorro» pidiendo ayuda. Intentaron romper las rejas de ventanas.
Las autopsias realizadas en el tanatorio de Nervión a los cuatro cadáveres, que fueron enterrados ayer tras un multitudinario funeral en el pueblo, desvela que murieron por asfixia por inhalación de monóxido de carbono.
La Guardia Civil y el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, señalaron ayer que la investigación continúa su curso de la mano de los miembros de la unidad judicial especializada en incendios del Instituto Armado, que ayer estuvieron 'in situ' en la vivienda, junto a expertos de Bomberos y Policía Nacional, con objeto de determinar cuál ha sido el origen de ese incendio.
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