La fuerte pendiente rompe el relato verde del puente de la SE-40

Por todo ello, este frente contaminante de la opción del puente en lugar de los túneles se enfrentaría de bruces con la teoría que desde el Ministerio de Raquel Sánchez se ha defendido de una 'infraestructura verde' en cuanto a su impacto con el medio ambiente.

A finales del pasado mes de septiembre, el Ministerio Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana anunció, -y así se lo hizo llegar a los alcaldes de Sevilla, Coria y Dos Hermanas- que se había optado por el puente como solución para cruzar el río Guadalquivir en el trazado de la SE-40. Por delante se abría un período de alegaciones para que las administraciones explicaran al departamento de la ministra Raquel Sánchez sus motivos para descartar este anteproyecto de puente y optar por los túneles.

Y el plazo para estas alegaciones acaba este viernes y ya son varias instituciones las que han presentado las suyas, como la propia Junta de Andalucía -a través de la Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda-, el Ayuntamiento de Coria del Río o la Autoridad Portuaria de Sevilla. Y se está a la espera de la decisión que tome hoy el Colegio de Ingenieros de Caminos de Andalucía que, hasta el cierre de esta edición, no la había tomado tras reunirse sus miembros.

En sendos informes enviados a la Demarcación de Carreteras del Estado en Andalucía Occidental cada una de ellas han alegado una serie de cuestiones que debe analizar el Estado ahora, y dentro de un mes más tarde, tras recibir las alegaciones que se hagan, en este caso, ya a nivel particular por parte de la ciudadanía. Una de las principales alegaciones tienen que ver con la altura del puente, hasta 70 metros de gálibo, pues supondría además de un impacto visual, como estima también el Ayuntamiento de Coria, un importante problema de contaminación debido a la pendiente máxima proyectada del 5%.

Así, la Junta de Andalucía advierte que si bien hay una orden ministerial que establece como máximo un 4%, la rasante se podría incrementar un 1% «en casos suficientemente justificados y previa de un estudio económico de los costes de explotación», aunque esta inclinación del 5% provocaría un doble problema. Por una parte, problemas de «funcionalidad, reduciendo el nivel de servicio de la vía, al disminuir los vehículos pesados su velocidad». Por otra, «las emisiones de CO2 crecerían significativamente al aumentar la inclinación de la rasante (con pendientes inferiores las emisiones serían menores) por lo que los vehículos deberían forzar su marcha para superar esa pendiente tan pronunciada.

Por todo ello, este frente contaminante de la opción del puente en lugar de los túneles se enfrentaría de bruces con la teoría que desde el Ministerio de Raquel Sánchez se ha defendido de una 'infraestructura verde' en cuanto a su impacto con el medio ambiente. 

Asimismo, la Junta alega un doble impacto ambiental y paisajístico, coincidiendo con las alegaciones del Ayuntamiento de Coria, y que no se ha redactado un estudio comparativo entre el anteproyecto del puente y la opción del túnel. Se trata del primer punto que ha alegado la Junta sobre este estudio de rentabilidad de la solución tipo túnel.

Y el cuarto punto que alega la administración autonómica tiene que ver con los costes incurridos hasta la fecha y la valoración del objeto económico. Es decir, de las posibles indemnizaciones que las empresas que han iniciado ya las obras, ahora paralizadas, del túnel recibirían por el cese de su actividad. Y el ejemplo que viene a colación que mejor representa este coste incurrido es el de la tuneladora que se compró y que permanece guardada en una nave.

Por su parte, el Puerto de Sevilla ha presentado un informe -el de Coria tiene 128 páginas basado en tres ejes principales- donde defiende que la opción válida sería el túnel en detrimento del puente. Así, explica que «realizar un puente aguas abajo de la esclusa de entrada al Puerto, aun con el gálibo detallado por esta Autoridad Portuaria -de 70,8 metros-, conllevará siempre y en todo caso una limitación sine die a las posibilidades de la explotación portuaria -con la entrada de buques de grandes calados que pondría en peligro el desarrollo de la actual y futura actividad- en todo el ámbito que no encuentran actualmente limitación alguna por situarse al sur del puente del Centenario. Así, se subraya que se trataría de una excepcionalidad, a nivel mundial, que un puerto de interés general tuviese un puente fijo sobre su vía navegable».

Además, el Puerto de Sevilla explica que sería necesario tener en cuenta que las pilas del puente se situaran fuera de la zona de aguas y que no afectara a a proyectos medioambientales -working with nature- en vaciaderos terrestres del Puerto, zona de especial sensibilidad para la avifauna.

Asimismo, las alegaciones del Ayuntamiento de Coria recoge hasta 17 alegaciones basadas en tres ejes. En el primero se muestra la oposición a la propuesta ministerial, que no ha considerado la opción del túnel, a pesar de ser la elegida inicialmente, y a pesar de haberse iniciado las obras. El segundo se centra en la oposición de la opción del puente, dado el impacto visual que va a producir en el entorno; y el tercero gira en torno a la protección de la salud de los vecinos.