Elmya supera los 100 millones de negocio y crecerá un 30% este año

Elmya logró unos ingresos de 105 millones de euros en 2022, de los cuales el 90% procede de la construcción de parques. Junto a ello, también tiene una rama dedicada a las instalaciones eléctricas y una filial para desarrollar grandes proyectos renovables desde su origen, que ya tiene una cartera de tres gigavatios y es una de las grandes palancas para el crecimiento de la compañía. Su objetivo para el presente ejercicio es superar los 130 millones de facturación.

Pese a que el sector está en auge, tras la pandemia se han vivido etapas muy complejas por la inflación o los problemas en las cadenas logísticas. «La clave para superar las vicisitudes ha sido estar muy cerca del cliente y los proveedores, actualizar precios de forma permanente y ser muy transparentes en todos los eslabones de la cadena para que la volatilidad no hiciera inviables los proyectos», apunta el directivo.

Las dificultades de 2021 y 2022 han forjado empresas más eficientes y ha acelerado cambios en el sector. «Hubo un tiempo en el que había una guerra de precios entre los constructores de proyectos 'llave en mano', ahora se apuesta por relaciones de colaboración de confianza y largo plazo». La firma alcanzó en 2022 los 300 profesionales en plantilla y espera llegar a los 500 a lo largo de este ejercicio.

Los últimos dos años han iniciado la diversificación en tecnologías. Su foco se centró inicialmente en la fotovoltaica, pero ahora ha entrado también en el desarrollo de grandes proyectos de almacenamiento a través de Elmya Energy. «Los parques de baterías son esenciales para garantizar la transición energética: se cargan cuando hay excedentes y están listos para cuando la eólica y la solar no producen; sirven así para balancear la red», afirma Carlos Piñar, director de esta sociedad.

En este momento la firma está desarrollando proyectos en Reino Unido y más recientemente ha entrado en Grecia. «En el mercado británico es donde la regulación está madura, de ahí que se estén construyendo estos parques; y en Grecia han dado los pasos necesarios para el despegue en los próximos meses».

Frente a ello, en España –que aspira a liderar la producción de energía verde en la UE– todavía debe culminar la regulación que garantice la rentabilidad de este tipo de plantas. «Conforme aumenta el grado de penetración de las renovables, las baterías son más esenciales para dotar de flexibilidad al sistema y adaptarlo a los vaivenes que provoca la intermitencia de la solar y la fotovoltaica», remarca este empresario.

El otro ámbito en el que ha diversificado su actividad es en el hidrógeno verde. Para ello, ha entrado en el capital de Sail H2 con un 20%. «Hay numerosas empresas que quieren entrar en el desarrollo de este gas renovable, pero muy pocas con equipos humanos que tengan una larga experiencia en el sector; los fundadores de Sail H2 atesoran más de 30 años de actividad para el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial».

Elmya le aporta su 'know how' en el desarrollo de grandes proyectos energéticos, así que «nuestra entrada ha sido una operación que aporta sinergias». Sail H2 tiene dos proyectos en Sevilla con ayudas concedidas de los fondos Next Generation para generar hidrógeno destinado a consumo industrial. También existe un enorme potencial para hacer iniciativas encaminadas a inyectar este gas renovable en la red de gas natural.

Por último, a través de su filial de instalaciones eléctricas, la firma también ofrece proyectos de autoconsumo para empresas industriales.