José Saramago en su centenario en Sevilla: un recorrido del iberismo al deseo

De hecho, los libros del nobel portugués siguen en los anaqueles de las librerías, en reediciones conmemorativas del centenario de su nacimiento este año. A lo que hay que sumar que recientemente se publicó por primera vez en español 'La viuda' , su primera novela.

El encargado de su traducción, el catedrático de la Universidad de Évora Antonio Sáez era precisamente, el primer ponente de las jornadas que ha organizado esta semana la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y la Fundación Cajasol en torno al autor de 'La balsa de piedra' . La inauguración de este martes estuvo presidida por el director de Buenas Letras, Pablo Gutiérrez-Alviz y contó con la presentación del también columnista de ABC Gómez Marín.

Entre el público se encontraban algunos de los intervinientes en los próximos días, como la periodista Mercedes de Pablos , el catedrático y comisario del Centenario del escritor, Carlos Reis , y la propia viuda de Saramago, la periodista Pilar del Río .

Para ella tuvo palabras de agradecimiento el director de esta real academia, por las facilidades ofrecidas para la organización de estas jornadas que se celebrarán hasta este jueves.

Gómez Marín realizó una presentación contextualizando la figura de José Saramago en la gran novela europea de la segunda mitad del siglo XX, por lo que recordó cuánto le «rebelaban» aquellos que no veían el relieve alcanzado por la obra de este escritor, quien «logró levantar una narrativa en la que caben una óptica sociológica , un sentido histórico poco común y un compromiso difícil de ignorar».

En ese sentido, destacó páginas «memorables» de novelas como 'Memorial del convento' o 'La balsa de piedra', en la que articula «la percepción del sentimiento iberista » y que mostraban a un «hombre cabal», «ejemplo de vigor moral» y «modelo de compromiso» .

Por su parte, Sáez presentó una brillante conferencia en la que unía por la vía del deseo la obra de este autor con 'El Quijote'. Titulada 'De Cervantes a Saramago: la literatura como acto de fe' , su disertación fue un análisis de 'El Quijote' , pero también de 'Los trabajos de Persiles y Sigismunda', para concluir que el motor que lleva a Alonso Quijano a Don Quijote no es otro que el deseo de ser otra persona.

Estos textos los comparó no sólo con las opiniones de los diarios del propio Saramago en torno a Cervantes y 'El Quijote', sino también con los heterónimos de Fernando   Pessoa , para suscribir la tesis del nobel portugués de que Quijano se transformó en caballero andante por propia voluntad para «desfacer entuertos», esto es, que se echó a andar para cambiar la realidad aparente, algo que este relaciona con una «inequívoca vocación ética» .

Esa vocación es la que enlaza a Saramago con Cervantes, en esa fe o ese deseo de intentar cambiar la realidad con «acciones concretas», algo en lo que Don Quijote termina fracasando, pero «con inquebrantable dignidad ».