«El Hospital de la Caridad fue el gran milagro de Miguel Mañara»

Con el objetivo de mostrar una visión de la historia, más apegada a la realidad, y también destacar los rasgos de la espiritualidad de Miguel Mañara que siguen teniendo actualidad, este sacerdote ha escrito esta breve biografía del que fuera hermano mayor de la Hermandad de la Santa Caridad .

«Su figura es muy actual , porque fue una persona que se comprometió y puso todo de su parte no sólo en la caridad hacia los menesterosos, sino que logró implicar también a las personas que, como él, eran nobles y que al amparo y al empuje de su ejemplo fueron detrás suya. Y ese fue el milagro de Mañara. Siempre pedimos milagros que son como muy extraordinarios, como las curaciones, pero no nos damos cuenta de que el gran milagro Mañara fue su labor, el Hospital de la Caridad , que sigue proyectando hoy una alargada influencia».

Esta semblanza, que ha editado el Instituto Mounier , se presentó ayer en la iglesia de San Jorge del Hospital de la Caridad, en un acto que estuvo presidido por el hermano mayor, Eduardo Ybarra , y que contó con la presentación de la americanista y miembro de la Real Academia de la Historia Enriqueta Vila y la asistencia del coordinador del Instituto Mounier para Andalucía, Luis Ferreiro .

Durante la presentación, este sacerdote explicó la génesis de esta biografía que hay que buscarla en el libro 'Murillo, con ojos nuevos' que, con motivo del IV aniversario de su nacimiento, dedicó en 2019 al pintor sevillano.

«Desde el Instituto Mounier me sugirieron la posibilidad de hacer una semblanza de Murillo, con una función más divulgativa. Esta institución publica biografías que dan a conocer a personas que defiendan el humanismo cristiano . Así que les propuse hacer un libro dedicado a una figura más desconocida, como Miguel Mañara, que me parecía más relevante, además, para esa finalidad. Presentarlo como modelo de vida, tanto si eres cristiano o, sin ser tan creyente, tienes valores humanos y de amor, caridad y solidaridad hacia los menesterosos».

El resultado es un libro que busca, sobre todo, mostrar la actualidad de Miguel Mañara y que «ofrece datos históricos que buscan dejar atrás una leyenda que ha tergiversado su figura y que ha ido en contra de su propio proceso de beatificación . En 1981 Juan Pablo II lo nombra venerable y lo pone en las puertas de la beatificación. Ahora falta un milagro y que la gente lo conozca bien y le tenga devoción».

De hecho, considera este sacerdote sevillano, la figura del que fuera hermano mayor de la Santa Caridad representa aquello que «pusieron en valor» el Concilio Vaticano II y, especialmente, Juan Pablo II que es la «secularidad, el papel de los laicos ».

Miguel Mañara, comenta en ese sentido, «nunca se vio en el camino de apartarse del mundo, pese a estar rodeado de órdenes religiosas , sino que fue como un contemplativo en medio del mundo, es decir, sino que vio qué podía hacer desde su posición de noble y caballero. Su labor con los pobres fue tan relevante como los sesenta conventos que había entonces en Sevilla . No se metió a religioso, porque su vocación no era esa, sino estar en el mundo y desde su formación, que era grande, tener esa preocupación por el servicio público ».

Otro de los aspectos que destaca Antonio Schlatter de este personaje histórico es que «él veía la imagen de Cristo en cada persona y no rechazaba a nadie, ni al más enfermo de los enfermos. Esa capacidad para ver la dignidad de cada persona y el tema de la verdad del hombre me recuerda al pensamiento de Benedicto XVI ».

Otro concepto que también señala este sacerdote en Mañara es la « misericordia y ver a los pobres como referencias existenciales», lo que enlaza, en su opinión, con el «magisterio del Papa Francisco . Lo que hacía Mañara no era filantropía, sino caridad por amor a Cristo. Se volcó con los pobres, pero también los acercó a los hermanos de la Caridad, pues quería que ellos tocaran también la carne enferma».

Junto a la actualidad de la obra de Miguel Mañara, Antonio Schlatter ha centrado su biografía en tres aspectos que considera esenciales de su vida. Para empezar, «su juventud, porque el mito de Don Juan la presenta como unos años muy licenciosos y una vida muy perdida, y eso no es verdad. Era una persona muy formada y un cristiano corriente de su tiempo, con una gran preocupación por el servicio público. De hecho, la profesora Enriqueta Vila, que ha estudiado mucho la vida de su progenitor Tomás Mañara , deja claro que Miguel tenía una gran formación».

El otro aspecto destacado que aborda de su biografía es la conversión , porque, frente a lo que afirma el mito de Don Juan, no supone un cambio radical en su vida, porque ni era tan malo antes ni su vida cambió radicalmente, sino que lo hizo poco a poco, por medio de su capacidad».

El tercer hito de su vida fue «el impulso que le dio a la hermandad, porque tenía una capacidad muy grande . Se preocupó no solo de los menesterosos, sino también de aquellas personas pudientes que sabía que se podían perder para Dios y a los que les hizo ver su responsabilidad . Así, logró ampliar el hospital con la enfermería, el hospicio, restauró la iglesia, creó hermandades filiales e hizo que la hermandad pasara de cien a quinientos hermanos». Un gran legado cuya huella se deja continúa hasta la actualidad.