Viaje por España
El Hospital de la Caridad marcó a Rainer Maria Rilke en su visita a Sevilla
El poeta pasó un par de días en la capital hispalense en diciembre de 1912 y le impresionó el legado de Mañara
Andrés González-Barba
Hasta el momento se conocía la huella profunda que produjeron en Rainer Maria Rilke (1875-1926) dos ciudades que conoció de cerca: Toledo y Ronda. Sin embargo, en ese viaje ‘interior’ que el poeta realizó entre noviembre de 1912 y febrero de 1913 ... por España hubo también tiempo para que se conmoviera por el Hospital de la Santa Caridad y la figura de Miguel Mañara y que también se sintiera fascinado por los órganos de la Catedral.
Estas y otras muchas curiosidades las ha dado a conocer el escritor, jurista y académico correspondiente de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, Antonio Pau, quien ha pronunciado recientemente la conferencia ‘El viaje de Rilke a España’ en el Colegio Notarial de Andalucía .
Rilke llegó a Toledo el 2 de noviembre fascinado por la figura de El Greco. Tras su visita por aquella ciudad que tanto le marcó, y antes de recalar en Ronda, el poeta llegó a Sevilla un mes después. Aunque no se sabe dónde estuvo alojado, ya que no dejó constancia ninguna de ese dato en su correspondencia, Pau sostiene que el autor de ‘Sonetos a Orfeo’ debió de estar en la capital hispalense el 8 de diciembre de 1912, según lo que se desprende de sus cartas. «Creo que estuvo un par de días, probablemente el 7 y el 8 de diciembre» .
La estancia de Rilke en Sevilla fue exigua si se compara con el mes que permaneció en Toledo y los dos meses que estuvo en Ronda. Aun así, escribió las impresiones que le produjo su visita a la ciudad de la Giralda. A este respecto, el autor del libro ‘Vida de Rainer María Rilke: la belleza y el espanto’ (Trotta Editorial) asegura que « en sus escritos dejó constancia de cuando fue al Hospital de la Caridad , por lo que se sabe que le gustó mucho. Allí vio las camas de los enfermos». También le encantó el famoso soneto de Mañara que se encuentra en la fachada del patio principal del hospital, junto a la Sala de Contaduría. Ese soneto estaba incluido en la obra ‘Discurso de la Verdad’ (1672). «Del soneto —prosigue este experto— le gustaron especialmente los dos últimos versos que dicen: ‘Luego el vivir es una amarga muerte / luego el morir es una dulce vida’ . Para él eso era muy significativo porque tenía muy presente el más allá. Esos versos le gustaron mucho al relacionar el concepto de la vida con la muerte . Él estaba siempre en la contraprestación del mundo visible y el invisible, el interior y el exterior. Escribe a uno y otro lado de la muerte».
No había pensado en Sevilla
Comenta también Antonio Pau que a Rilke «le ocurría algo muy curioso, ya que si no había imaginado cómo era el lugar donde viajaba, no encuentra nada de interés. Él no había pensado en Sevilla. ‘No esperaba nada de Sevilla y nada me ha dado. No tenemos nada que reprocharnos’ , decía el poeta. Él encuentra lo que se había imaginado que había. De Sevilla no había pensado nada previamente».
Aparte del Hospital de la Caridad, el poeta checo visitó la Catedral, que le llamó mucho la atención por su «grandiosidad indescriptible» , subraya este escritor y jurista, que igualmente señala que le asombraron especialmente los órganos de la seo.
Además de este periplo sevillano, que fue muy corto pero intenso, Rainer Maria Rilke se sintió fascinado por Toledo. El autor de ‘El libro de las imágenes’ viajó a esa capital porque conocía dos grandes cuadros de El Greco : ‘Vista de Toledo’ y ‘Laocoonte’ . Estuvo allí desde el 2 de noviembre de 1912 y «se quedó deslumbrado por la silueta de la ciudad, pero no escribió casi nada, sólo un fragmento de un poema y de la séptima ‘Elegía de Duino’ », comenta este estudioso.
Después de su paso por Toledo, Córdoba y Sevilla, Rilke llegó a Ronda el 9 de diciembre de 1912, localidad que también conocía bien por la imagen de un libro de viajes por España de Joseph Israels . «La impresión que le causó Ronda fue tan profunda que escribió varios poemas y la llamada ‘Trilogía española’, que inicia la tercera etapa en la producción de Rilke, la cósmica (antes había pasado por la sentimental y la objetiva y quedaría la última, la oracular). Hasta entonces Rilke había hecho otro tipo de poemas, pero en Ronda levanta la cabeza y empieza a ver el universo . El libro más importante de esta etapa cósmica que comienza con esa ‘Trilogía española’ son ‘Poemas a la noche’», dice Antonio Pau. En Ronda estuvo hasta el 18 de febrero de 1913. Luego permaneció una semana en Madrid y ya abandonó España para irse a París. Fueron, pues, cuatro meses que cambiaron la vida del poeta.
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