XXIV Premio Joaquín Romero murube
Lola Pons: «Las palabras del andaluz están vivas en la realidad cotidiana»
La Catedrática de la Universidad de Sevilla ha logrado el XXIV Premio Joaquín Romero Murube por su artículo 'Un café y unas palabras sevillanas', publicado por ABC de Sevilla el 2 de diciembre de 2023
Lola Pons gana el XXIV Premio Joaquín Romero Murube
Este es el artículo ganador del Romero Murube
Sevilla
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Iniciar sesiónLa catedrática de Lengua Española, Lingüística y Teoría de la Literatura de la Universidad de Sevilla Lola Pons se ha mostrado este miércoles muy satisfecha tras enterarse de que había sido ganadora del XXIV Premio Joaquín Romero Murube de artículos periodísticos que ... organiza ABC de Sevilla con el patrocinio de CaixaBank. En concreto, el texto galardonado se titula 'Un café y unas palabras sevillanas' y fue publicado en ABC de Sevilla el pasado 2 de diciembre de 2023.
Dice la filóloga que «para mí es un honor enorme porque detrás de este premio hay una nómina de periodistas y de escritores a los que admiro. Me hermana con ellos el amor hacia Sevilla y ese intento por comprender la ciudad y la provincia». Igualmente asegura que este texto «es un homenaje abierto a esos filólogos y humanistas que me han precedido y que han demostrado el amor por el andaluz. Mi artículo quería ensalzar esa filología escondida que hay detrás de cualquier conversación entre personas de nuestra ciudad. De ahí que haya querido retratar esa Sevilla que se nos va lingüísticamente. Eso lo plasmo en palabras que entiendo y que oigo pero que ya no digo, como esos calentitos y calenterías, palabras que ya no tengo en mi diccionario activo, sino en el pasivo».
Esta catedrática de la Hispalense sostiene que algunos términos «son evidentes localismos, pero otros no». Como ejemplo pone la palabra regola, que aparece citada en el artículo. «No pertenece a nada folclorista, sino que es una palabra que tiene su origen en nuestro andaluz occidental. Hay que reclamar ese carácter local, pero no costumbrista, de las voces que usamos cotidianamente. Hay mucho léxico en nuestra área que nos hermana con los salmantinos, los asturianos, los cántabros, es decir, con aquellas poblaciones que están en la banda occidental de España».
Por otra parte, esta investigadora advierte de que «cuando se habla del léxico de una zona se puede caer en el tipismo, pero siempre pienso que es más lo que nos une que lo que nos diferencia. Esas palabras sevillanas que uso no impiden entenderme con alguien que vive al otro lado del Atlántico. Algunas palabras que menciono no son típicas del español europeo, pero sí del español de América. Son palabras que nos hermanan con nuestros antepasados caribeños que cruzaron el Atlántico».
Para Lola Pons, el valor de la lengua radica en que «no es algo puro», y añade que en el artículo «narro cómo esa lengua viva la tengo en mi cabeza, la oigo en las señoras con las que me cruzo en la calle o en las conversaciones con mis compañeros de facultad». «Para mí -prosigue- es emocionante ganar este premio habiendo mencionado en el artículo a la Universidad de Sevilla, ya que esta es donde me he formado y he aprendido a escribir científicamente sobre el andaluz. Rodrigo Fernández de Santaella fundó la Universidad integrando las humanidades con la teología, por eso es una institución con un gran aliento humanista y renacentista, pues Fernández de Santaella estuvo en Bolonia con Nebrija y ahí se empapó del espíritu del renacimiento».
En el artículo se menciona el término gandinga con una referencia a lo cofrade, pero también era una palabra que antaño se refería a la casquería, ya que «eran los despojos de las reses, usados para guisos que dignificaban las sobras de una carne que se sentía residual y de peor calidad», dice la filóloga en su texto. A este respecto, Pons asegura que le interesa la «enorme libertad con la que se maneja el léxico. Los apelativos muestran libertad y caradura. Eso entronca con la Sevilla que no tiene miedo de nombrar las cosas. Se usa un término de la casquería para un ámbito religioso y sagrado. Huyo mucho de calificar a los andaluces de una manera global. Hay una manera de afrontar el hecho lingüístico típicamente meridional con esa agudeza verbal en la narración».
Aparte de dedicarle el premio a sus padres, también Lola Pons tiene un recuerdo muy especial para Manuel Ariza Viguera, que fue su profesor de Dialectología y que falleció en 2013. «Él me descubrió la historia de la lengua española y fue mi director de tesis. Me enseñó mucho académicamente y también sobre la libertad académica. Manolo tenía esa frescura para ver las cosas y lo sabía transmitir en sus clases», concluye.
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