Leí este verano en ABC que 'uno de cada tres perceptores del Ingreso Mínimo Vital en España es andaluz' y que la edad media de los beneficiarios es de 45 años, en plena madurez laboral. Dicen que faltan 22.000 albañiles en la construcción en ... Sevilla y que falta personal en la hostelería y hasta en las grandes superficies comerciales. Y dice la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal que «la probabilidad de trabajar se reduce un 12 por ciento entre los perceptores del Ingreso Mínimo Vital». Estos datos, en un contexto de alta deuda pública, precariedad salarial e insostenible voracidad fiscal revelan que algo falla. ¿Qué puede hacer poco atractivo trabajar cuando estás en una situación tan vulnerable?
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