Iglesia en Sevilla
El sínodo aterriza en las parroquias
El vicario para la Nueva Evangelización ha participado en Roma en un encuentro de párrocos por la sinodalidad
Óscar Díaz resalta el aprendizaje que supone participar del movimiento de escucha en la Iglesia
El párroco de la O era uno de los cuatro representantes de toda la Iglesia española en las comisiones de trabajos
Sevilla
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Iniciar sesiónEl párroco de la O y vicario episcopal para la Nueva Evangelización, Óscar Díaz Malaver, anda todavía a vueltas con el aterrizaje. No el de su reciente visita a Roma para participar en el encuentro internacional de Párrocos por el Sínodo del 28 ... de abril al 2 de mayo sino con el de la sinodalidad en las parroquias, conforme a lo que el Papa Francisco les exhortó a los doscientos curas (es la raíz etimológica de la palabra) que han participado en la reunión para responder la cuestión de «¿cómo ser una Iglesia local sinodal en misión?».
La reunión de 293 párrocos de 99 países buscaba trasladar la importancia que Francisco concede a la sinodalidad desde la estructura básica de la Iglesia, que es la parroquia: «El Papa ha hecho mucho hincapié en la importancia de los párrocos y eso ya era hora que en la Iglesia, por fin, se dijera: donde se vive la fe es en las parroquias».
Don Óscar tiene claras las conclusiones de ese 'cónclave': «Primero, que cuando uno sigue a Cristo, no importa el lugar, ni el país, ni la raza, ni las formas; y después, que hemos de vivir todos nuestro bautismo común como sujetos de evangelización, todos edificamos la Iglesia, cuando demasiadas veces, lo que buscamos es que nos edifiquen».
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La carta con que el Papa ha subrayado el fin del encuentro es esclarecedora al respecto: «Nunca llegaremos a ser Iglesia sinodal misionera si las comunidades parroquiales no hacen de la participación de todos los bautizados en la única misión de anunciar el Evangelio el rasgo característico de sus vidas. Si las parroquias no son sinodales y misioneras, tampoco lo será la Iglesia».
Los casi trescientos párrocos -cuatro españoles, de las diócesis de Zamora, Badajoz, Granada y Sevilla- han trabajado por grupos lingüísticos en extenuantes jornadas que se prolongaban hasta 16 horas para examinar realidades pastorales e iniciativas de escucha más cercanas al pueblo de Dios. Todas las aportaciones íntegras se hará llegar a la comisión redactora del 'instrumentum laboris' para la asamblea final del sínodo que se reunirá en otoño.
«Ha quedado de manifiesto que la sinodalidad no es una cualidad de la Iglesia, sino una nota constitutiva. No debemos preguntarnos tanto cómo hacerlo, sino el qué: ¿qué hemos de ser, qué es lo que hay que vivir en la parroquia? Vivir con sencillez, con humildad, con cercanía, escuchando, compartiendo, valorando, acogiéndonos y creando un clima de fraternidad donde ponemos las cosas importantes en el discernimiento del Espíritu».
De su experiencia personal, el vicario hispalense se queda con «la gracia» de participar en el discernimiento comunitario con párrocos de otros continentes mediante el «método de la conversación en el Espíritu» con el que se ha trabajado los cinco días en Roma. Él mismo presidió la primera de las eucaristías del encuentro, oficiada en español.
En la carta del Papa a los párrocos participantes en el encuentro internacional, los anima a convertirse en «misioneros de sinodalidad también con sus hermanos párrocos, animando la reflexión sobre la renovación del ministerio del párroco en clave sinodal y misionera». A este respecto, el padre Óscar se siente satisfecho de que el método empleado en la fase diocesana de las aportaciones sinodales, bajo su responsabilidad, haya calcado el implantado en Roma como ha tenido ocasión de comprobar.
El vicario para la Nueva Evangelización apunta algo que puede servir de contrapunto a determinada visión miope de la vida desde Sevilla: «A lo mejor tenemos más ornamentos y más ostentosidad que nadie, pero en cuanto a fe profunda y compromiso, estamos a la cola. Cuando nosotros hablamos de la Iglesia se apaga y se muere, se apaga y se muere en nuestra tierra, porque hay realidades en la que los párrocos no dan abasto de la cantidad de gente que va a la iglesia. Lo que nos enseña es que nuestra realidad no es la única ni nuestras formas no son únicas ni las mejores ni tenemos que desdeñar la fe de los humildes porque algunas veces pensamos que tienen menos fe que nosotros».
El Papa recibió a los párrocos llegados de todo el mundo y los animó a «no tener miedo y a centrarse en la cercanía, la escucha y el discernimiento».
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