Sevilla beatifica a 20 mártires perseguidos y asesinados por «su testimonio de Fe» en los años 30

Manuel González Serna y otros 19 beatos han ascendido a los altares después de un proceso de más de una década y que ha tenido como culmen esta celebración que ha reunido a otros obispos de otras diócesis como el de Canarias, José Mazuelos; el de Huelva y que fue también obispo auxiliar de Sevilla, Santiago Gómez Sierra; el de Córdoba, Demetrio Fernández. El único que ha faltado ha sido el arzobispo emérito Juan José Asenjo, con quien se inició este proceso. Sin embargo, el cardenal Semeraro ha agradecido su labor desarrollada en pro de esta de causa.

La procesión de entrada se ha desarrollado durante varios minutos debido a la cantidad de sacerdotes y diáconos participantes en la celebración. En total, 95 sacerdotes concelebrando. Prácticamente, toda la Archidiócesis estaba representada en esta celebración con un rito muy singular al comienzo de la eucaristía en el que el arzobispo de Sevilla acompañado del postulador de la causa pide que se proceda a la beatificación de los 20 mártires.

Luego, se han leído las circunstancias del martirio de Manuel González Serna y los 19 compañeros, así como la lectura de la carta apostólica firmada por el Papa Francisco. Tras esto, se ha producido la aclamación, la procesión con las reliquias e incensación de las mismas para después ser colocadas en una esquina del altar. Mientras tanto, se han descubierto tapices con la imagen de los nuevos beatos justo encima del Altar del Jubileo, se ha cantado el 'Gloria y honor a ti' de Lucien Deiss, se han sucedido los aplausos entre los asistentes y volvían a repicar las campanas de la Giralda.

La ceremonia ha continuado con el agradecimiento al Papa Francisco, se ha entregado la carta apostólica al postulador de la causa en Roma Alfonso Ramírez y el resto de la eucaristía. En su mensaje, monseñor José Ángel Saiz Meneses ha destacado que «el amor de Cristo ha transformado profundamente la historia, convirtiendo el suplicio de la Cruz en camino de redención y de perdón. La tortura que han padecido nuestros mártires se ha convertido en ocasión de un amor más grande, incluyendo el perdón a los enemigos».

Ha habido una gran cantidad de detalles en esta celebración porque la primera lectura ha sido pronunciada por José Leonardo Ruiz, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla y presidente de la Comisión Histórica de la causa; y la Oración de los Fieles ha sido realizada por Juan Bautista Quintero Cartes, canciller de la Diócesis de Huelva, y María del Monte Chacón, delegada episcopal para la Causa de los Santo en la Archidiócesis de Sevilla.

En su homilía, el cardenal Semeraro, ha apuntado que «la vida cristiana no es un paseo, sino una misión arriesgada. Aquí no hay nadie pagado para aplaudir, como en los espectáculos terrenales». También, ha comentado las distintas circunstancias que rodearon a los martirios del mencionado Manuel González Serna, el cual fue feligrés de la parroquia de Omnium Sanctorum y murió siendo párroco del templo de Constantina después de sufrir maltratos y vejaciones.

A la ceremonia, han acudido entre otras autoridades, el alcalde de Sevilla José Luis Sanz, numerosos miembros de las parroquias a las que pertenecieron los nuevos beatos y familiares de los mismos, los cuales estaban en las primeras filas del crucero de la Seo hispalense.

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Asimismo, ha recordado que «el mártir, al final de cuentas, no es simplemente alguien que sufre persecución, sino también alguien que, como Jesús en la cruz, es capaz de decir: «Padre, perdona»» y ha destacado que «las pruebas de la vida, en cambio, pueden ayudarnos a madurar y, teniendo en cuenta nuestra fragilidad, no vivir compitiendo con nuestras fuerzas, sino compartiendo nuestras debilidades. Nos ayudan a abrirnos a una comunión humana».