Emasesa lanza una campaña para reducir el consumo de agua de 116 a 90 litros por persona y día

La escasez de lluvias ha reducido el volumen de agua embalsada , lo que supuso la activación del estado de prealerta por sequía el pasado mes de noviembre, situación que no se ha revertido a pesar de las intensas lluvias de diciembre. Actualmente, los embalses que abastecen a Sevilla y su área metropolitana se encuentran al 50% de su capacidad . En esta coyuntura, y según el Plan de Emergencia ante situaciones de sequía de Emasesa (PEM), es necesario rebajar el consumo un 2% en el volumen de la cuenca, porcentaje que aumentará si la tendencia a la baja continúa y se entra en alerta tras el verano.

El alcalde ha recordado que Sevilla y su área metropolitana se sitúan en una zona altamente vulnerable al cambio climático y, en especial, a los períodos de sequía , donde las previsiones científicas alertan de su aparición periódica y sistemática. De hecho, Sevilla fue la primera ciudad en España en declarar el Estado de Emergencia Climática . Por esta razón, Antonio Muñoz ha subrayado la necesidad de un esfuerzo común que se articulará en la firma de convenios con colectivos específicos y grupos de interés que amplifiquen las labores de concienciación y la puesta en marcha de talleres informativos en distritos, un intenso trabajo de educación ambiental en los ámbitos educativo y social y distintas acciones participativas que se irán articulando a lo largo de estos meses.

«Nuestras condiciones naturales nos sitúan ante el riesgo de sufrir temperaturas y fenómenos meteorológicos extremos , de ahí que debamos mantener un compromiso firme y contundente en la lucha contra el cambio climático, la reducción de emisiones y la descarbonización», ha dicho Muñoz. El alcalde también ha destacado la importancia del Observatorio del Agua para poder trasladar los protocolos a seguir en esta situación de escasez, así como enriquecer las propuestas de actuación y comunicación para llegar a toda la población.

El propio Plan Estratégico de Emasesa 2030, en el que trabajó el Observatorio del Agua, sitúa tres grandes retos en cuanto a la gestión de nuestros recursos hídricos ante el cambio climático: la gestión de periodos de sequía, el plan para hacer frente a lluvias extremas y puntuales y la urgencia de diversificar las fuentes de captación de agua . «Nos encontramos afrontando uno de estos escenarios: la gestión de un periodo largo de falta de lluvias . No estamos hoy en una situación alarmante, porque hay reservas para dos años y medio , pero sí en una situación preocupante. Y debemos empezar entre todos y todas a adoptar medidas dentro de nuestro ámbito de actuación y competencias», ha remarcado el alcalde de Sevilla y presidente de Emasesa.

Precisamente por el aprendizaje de las sequías de épocas pasadas, la más importante hace 20 años, el consumo de agua por habitante en Sevilla y su área metropolitano ha ido cayendo en las últimas décadas un 36%. «Pero no es suficiente. Debemos dar un paso más y reforzar la concienciación y sensibilización. Tenemos que evitar llegar al estado de alerta . Debemos sumar todos los sectores: empresas, negocios de hostelería, la administración, las instituciones y la ciudadanía en su conjunto», ha abundado Antonio Muñoz.

Tal y como ha reconocido Jaime Palop, el PEM ha supuesto una herramienta básica para que la empresa de aguas pudiera anticipar distintos escenarios y planificar una gestión más eficaz. Pero no es la única. Fruto de ese aprendizaje de anteriores episodios de escasez, Emasesa ha experimentado una profunda transformación y tiene en marcha varias iniciativas que persiguen un sistema de gestión resiliente ante situaciones de sequía.

Es el caso del programa para la mejora de la eficiencia en las infraestructuras, el plan de transformación digital y la implantación de la telelectura a través de contadores individuales digitales, que permitirá mejorar la detección y subsanación de fugas y usos fraudulentos, o un futuro plan de recuperación de aguas subterráneas, entre otros.

Bajo los lemas ‘Agua es vida’ y ‘Objetivo 90’ , esta campaña pretende reducir progresivamente el consumo de agua de los 116 litros actuales por persona y día a 90, gracias a un esfuerzo colectivo, que más allá de los usuarios, espera contar con la colaboración de todos los actores sociales, como es el caso de las entidades públicas, empresas, grandes consumidores, asociaciones de vecinos, comercios, hostelería, hoteles, entidades públicas y privadas o comunidad educativa, entre otros.