Rebelión en la unidad de elite de tráfico de la Policía Local de Sevilla

«Su principal queja es que no tienen el reconocimiento debido a pesar de que son los funcionarios especializados en la investigación de los accidentes y los que tienen la competencia para esclarecer las circunstancias de los siniestros», señala a este periódico Luis Vals, presidente del Sindicato Profesional de Policías Municipales (SPPME), quien subraya cómo son reubicados con frecuencia en otras tareas para cubrir los huecos que hay en otras unidades centrales de la plantilla.

El Gobierno municipal se ha centrado en mejorar la dotación de personal de los distritos, desatendiendo las necesidades de unidades que cubren toda la ciudad como ocurre con los especialistas en atestados o el equipo Diana que se encarga de la vigilancia de las mujeres víctimas de violencia machista. Los 38 efectivos del OGA no dan abasto con el trabajo diario hasta el punto que tal y como denuncia el sindicato, hay un millar de correos electrónicos sin responder. Un atasco de trabajo que está afectando al desarrollo de los atestados.

La voz de alerta sobre la precaria situación que atraviesa esta unidad la puso el fiscal delegado de Seguridad Vial, Luis Carlos Rodríguez León, en unas declaraciones realizadas a ABC a raíz de los accidentes que se estaban registrando en la Ronda Norte Urbana. El representante del Ministerio Público reveló que la falta de agentes en la OGA impedía contar con estos especialistas durante los fines de semana. Quiere decir que los siniestros que se producen los sábados y domingos los atienden inicialmente funcionarios de otros destinos como los policías de distrito y no es hasta el lunes cuando se inician las investigaciones de los especialistas. Una anomalía que está afectando a la calidad de unos informes policiales que luego son trasladados y examinados por la autoridad judicial.

Según detalla el SPPME, la OGA tiene 25 vacantes sin cubrir. «Pero no es sólo una cuestión de personal, es también de herramientas que se le dan a estos funcionarios que hasta hace poco han tenido que usar sus propios móviles para hacer fotos de los siniestros; o que carecen del programa informático necesario para la elaboración de croquis y están trabajando con una solución informática chapucera«, explica Vals.