La plaza de la Concordia, la zona cero de las obras en Sevilla

Los obreros llevan trabajando para la construcción del edificio hotelero desde la pasada primavera y cabe reseñar que el inmueble conservará su estructura y fachada, respetando su idea arquitectónica original en torno a sus dos patios interiores y tendrá una primera fase de las obras a labores de demolición interior y desescombro.

Los vecinos pueden ver cómo su fisonomía no ha cambiado, aunque sí se observa su 'esqueleto' tras lustros de abandono y con una lona que se remontaba a principios de la centuria con textos de Luis Cernuda que se colocaron con motivo del centenario de su nacimiento. Es decir, casi veinte años con esta tela en la que ya no se apreciaban las letras.

Las actuaciones comenzaron casi un año y medio después de la firma del acuerdo de compra por la empresa Hoteles Color Especial SL, filial de Baraka Holding 2020, adjudicataria del concurso público que realizó el Ayuntamiento de Sevilla, con la rehabilitación de este edificio como hotel de cinco estrellas, con 105 habitaciones en cinco plantas y terraza solarium con vistas a gran parte del centro histórico, algo que se repite en la terraza del edificio comercial de al lado del futuro alojamiento.

Además, y por el contrato estipulado, contará con una zona para coworking con entrada desde la calle Juan de Ávila y un espacio museístico reservado para la memoria histórica en lo que fueron los calabozos de la antigua comisaría.

La operación se cerró con unos ingresos de 10,5 millones de euros para la Gerencia de Urbanismo, de cara a compensar los más de 12 millones que tuvo que desembolsar la ciudad para hacerse con el edificio público. La empresa adjudicataria estimó en otros 12 millones la inversión en las obras que incluyen reformas en la plaza de la Concordia y su entorno.

Además, existe un proyecto aún no definido de peatonalización de este espacio que afectaría directamente al aparcamiento público que existe en la plaza de la Concordia, por lo que todavía no se sabe a ciencia cierta cómo se va a desarrollar el mismo con respecto al tráfico proveniente del barrio de San Vicente, de la calle Trajano o del Duque y la Campana. El mismo llegaría a afectar hasta las líneas de autobuses que llegan al entorno como son el 13 y 14 proveniente de Pino Montano o el 27 desde Sevilla Este.

Por otro lado, todas las personas que pasan estas semanas por la plaza de la Concordia sí advierten la enorme estructura metálica levantada sobre la iglesia de San Hermenegildo. En estos momentos, la cubierta de madera se ha desmontado al completo en toda su estructura mediante una grúa telescópica. También se han retirado previamente las tejas y las cubriciones, se ha quedado al aire y se adivina un zuncho perimetral de hormigón armado con varillas de acero inoxidable para garantizar la seguridad de la nueva estructura.

La dejadez había hecho mella en el antiguo templo y la afectación al mismo estaba provocando daños importantes a un conjunto patrimonial con yeserías de Herrera el Viejo.

Los tablazones se han trasladado a un taller para su restauración de cara a conservar la madera original siempre que sea posible. A pesar de ello, se insiste en que el problema radica en el estado de deterioro tan avanzado en algunos elementos que habrá que sustituirlos al completo, a los que se les impregnará un acabado de pintura en color más clara para su diferenciación con los originales, según las normativas internacionales de restauración.

Una vez que las maderas estén listas, se procederá a montarlas de nuevo. Tras estas tareas de reparación estructural, se cerrará la cubierta y se recolocarán las tejas características de este edificio que también formó parte del cuartel de San Hermenegildo, que se derribó a mediados de los años cincuenta para adecentar la actual plaza de la Concordia.

Por otro lado, se llevarán a cabo intervenciones en la cubierta plana y el lucernario. En la primera de ellas, situada en el cuerpo del edificio que da hacia la antigua comisaría de la Gavidia, su estado de conservación ha dado lugar a un gran número de filtraciones hacia el interior. Asimismo, ha sido hogar de las palomas durante lustros.

El lucernario o claraboya, por su parte, también está muy deteriorado, provocando que entre agua. Por lo tanto, se decidió que se sustituirá al completo. Para ello, se levantará toda la cubierta de esta zona y se ejecutará una nueva. Este elemento será de aluminio lacado en blanco y vidrio climalit para evitar su rotura y caída de personas. Asimismo, estará sellado para evitar la entrada de agua cuando se produzcan precipitaciones.

Por otra parte, la restauración de la fachada incluirá un nuevo cromatismo, mientras que las cornisas que rematan el cuerpo principal y el adosado han presentado grietas y desprendimientos desde hace años. Por eso, se colocaron redes en tres de las fachadas para evitar la caída de materiales hacia las calles Jesús del Gran Poder, Las Cortes y la plaza.

Se limpiará, saneará y reintegrará, y los volúmenes afectados y las grietas se rellenarán con inyecciones de cal hidráulica y mortero. Además, se trabajará en la portada de piedra caliza de la fachada más cercana al Duque donde hay suciedad acumulada y pequeños desprendimientos. La actuación será similar al descrito para las cornisas.

En cuanto a los paramentos que son la mayoría de ladrillo, en una intervención reciente se eliminaron todos los revestimientos desprendidos y se repasó la pintura plástica. Sin embargo, la fachada sigue presentando humedades, por lo que se picarán los enfoscados en mal estado para sellar las grietas. Las actuaciones durarán doce meses y afectarán al entorno en fechas importantes del calendario como son la Navidad y la Semana Santa.