el rincón...
Marta Santamaría Gómez: «Tengo una deuda pendiente con el cine y Sevilla y no me voy a quedar con las ganas»
Nació en San Lorenzo, pero para encontrarse se fue a Los Ángeles a estudiar cine y para descubrir que lo que tanto buscaba lo guardaba el brazilian jazz. Acaba de dar un recital en Sevilla
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—Lo primero que aprendió a cantar fueron sevillanas. Pero en segundo de BUP ya se trataba con el jazz, ¿no?
—Así es. Había en clases compañeros que tenían la misma inquietud. Y comencé a escuchar a gente como Ella Fitzgerald, Carmen McRae, Duke ... Ellington, Charlie Bird, Joao Gilberto o Billie Holliday. Canela pura.
—¿Y cómo se salta del Pali a Vinicius de Moraes sin que el cuerpo se resienta?
—Dejándose seducir por la lengua portuguesa y la cadencia del samba, que ahonda más que el jazz en el corazón.
—Usted da la impresión de ser una persona eléctrica. Verá. Estudió en el Conservatorio danza clásica, quiso ser abogada, se fue a Los Ángeles a estudiar cine y acabó cantando samba y bossa nova. ¿Ha parado ya?
—(Risas) No he parado. En la vida estás obligada a ejercitar los dones que Dios te dio. Tengo una asignatura pendiente: comunicar lo importante de la vida a través del cine. Y no me voy a quedar con las ganas.
—El cine le fascinó desde pequeña. Creo que jugaba a reescribir los diálogos que le emocionaban.
—Sí, sí. Lo hice con 'Indiana Jones' y 'La guerra de las galaxias' o 'Sonrisas y Lágrimas'. Me divertía muchísimo.
—Esa fascinación por la imagen imagino que se multiplicaría cuando se unió sentimentalmente con un grande, Atín Aya.
—Con él descubrí la fotografía y el valor de la imagen, de la estética y del alma de personajes callejeros. Solía acompañarlo con mi cámara. Y era fascinante verlo cómo captaba lo que latía.
—Quiero entender que en Los Ángeles todo iba bien en la escuela de cine, pero usted no dejó de cantar ni bailar. De hecho, se unió a una banda de brasileros que tocaban con Sergio Mendez.
—Mi banda se llamaba Viagem y su director musical era el bajista y arreglista Antonio de Sant´Anna, con quien aprendí muchísimo y me hice profesional. Antonio también fue mi marido.
—¿Qué es el groove que usted encontró en la música brasileña?
—El groove de Brasil se llama samba. Pero es una cadencia o vibración que la música brasileña transmite que podría compararse al soul, aunque es profundamente brasileña con raíces africanas.
—Su último disco, 'Nascimento', lo produjo Gonzalo García Pelayo, otro apasionado del cine y la música. ¿Se entendieron bien dos personas con idénticas pasiones?
—Por supuesto. De hecho, el único disco de música brasileña que ha producido es el mío. Y lo grabamos en Sao Paulo, con músicos de mucho nivel. El masterizador, por ejemplo, había trabajado con Elis Regina y el pianista, Fernando Moraes, con Gal Costa.
—El disco se presentó en el espacio Santa Clara. Creo que usted preparó una feijoada para los asistentes…
—Con mis propias manos. Y fue servida caliente y traída por miembros de la asociación 'Sevilla negra'. Una feijoada es un potaje de frijoles negros con muchos tipos de carne que requiere una preparación de dos días. Es el plato típico de Brasil.
—Usted sigue cantando, pero no se olvida del cine. Creo que anda buscando recursos para abordar una película sobre la Sevilla del quinientos. ¿Me adelanta algo?
—Encantada. Ya tenemos nombre: 'Puerto y puerta de América'. Y es la historia de la hija de un indiano que llega por vez primera a Sevilla y es secuestrada por la Garduña. Es una película de aventuras y acción.
—¿En qué fase está la producción? Se lo digo de otra forma: ¿Hay dinero o se busca?
—Estamos en la preproducción. Y hay una productora interesada, AT1 Films, que gestiona Cristian Constantine. La dirigiría Luis Ortas Pau, a quien conocí mientras estudiaba en Los Ángeles como compañero de clase.
—¿Cuál es su papel en la película?
—Estoy escribiendo el guion con un colaborador, Ubaldo Rodríguez, y quiero reflejar una Sevilla multicultural y étnica, cuando fue referencia para el mundo entero.
—En España fue asistente personal de Nick Nolte en la película 'A puerta fría'. ¿Es tan duro como aparenta?
—Para nada. Es una persona muy sensible, con ganas de compartir sus experiencias y me llegó a decir, cuando me oía cantar, que le recordaba a Barbra Streisand, con la que hizo el Príncipe de las mareas.
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