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La espada Lobera brilla bajo la luz de Sevilla en el 775 aniversario de la Reconquista de la ciudad
La procesión de la Espada reúne en la Catedral y sus alrededores a una multitud de fieles, devotos y curiosos para contemplar en la calle las Tablas Alfonsíes y la Virgen de las Batallas
SAN FERNANDO, MODELO DE REY
Todos los datos de los actos del día de la Reconquista en la Catedral de Sevilla
El frío entraba a raudales por la Puerta de los Palos de la Catedral en esta mañana en la que se conmemoraban los 775 años de la Reconquista de Sevilla. Algún que otro canónigo tuvo que colocarse un jersey por las bajas temperaturas que hacía ... debajo de las bóvedas de la Seo hispalense. A las ocho y media de la mañana, se abría la urna de San Fernando, la cual estaba custodiada por 'Lobera', la espada que da nombre a la procesión más singular de la ciudad.
También, se hallaban junto al Santo Rey la Virgen de la Sede, titular de la Catedral; la de las Batallas, con su marfil característico brillando mientras pasaban los devotos; y las Tablas Alfonsíes, un relicario que perteneció al monarca castellano conocido popularmente como 'El Sabio'. Sí ha faltado a esta cita la Virgen de los Reyes pero era porque este 23 de noviembre está presidiendo el altar mayor de la Catedral y recordando el primitivo lugar en el que estuvo cuando San Fernando recibió las llaves de la ciudad por parte de Axafat. La talla fernandina ha regresado al espacio en el que estuvo por primera vez cuando la Seo dejó de ser la mezquita aljama y se reconvirtió en el cristianismo.
Desde que se abrió la urna para su veneración, los fieles formaron un cola que pasaba por delante de la tumba del cardenal Amigo Vallejo y en diversos momentos, alcanzaba la de Cristóbal Colón. Sobre las nueve y media de la mañana, la corporación municipal se formaba al lado de la capilla de la Virgen de la Antigua y los maceros se preparaban junto al personal del Consistorio. Dentro del coro, los canónigos cantaban los laudes bajo la mirada atenta de la Virgen de los Reyes.
Las campanas de la Giralda repicaban sin parar y el público tomaba asiento enfrente de la Capilla Real como si aquello fuera una carrera oficial improvisada a la espera de que pasara el cortejo que comenzaba con la Cruz Patriarcal y finalizaba con la Policía Local de gala.
El cortejo pasa por el recuperado Sagrario de la Catedral
Los rezos se sucedían y los vigilantes de seguridad cortaban la cola cuando los integrantes de la procesión comenzaron a pasar por delante de la reja de la Capilla Real. La hermandad de la Virgen de Valme, el Cabildo de Alfonso X El Sabio, la Casa de Castilla y León o la Orden de Caballeros de San Clemente cruzaban las naves catedralicias en dirección a la parroquia del Sagrario, donde esperaba el grupo 'Artefactum' cantando las Cantigas de Santa María mientras los diáconos incensaban las mencionadas Tablas Alfonsíes, la Virgen de las Batallas y la espada 'Lobera'. El músico Julio Vera o el restaurador Carlos Peñuela portaban las andas, las cuales tenían rosas rojas y blancas.
El alcalde porta la espada 'Lobera' transitando por las Gradas Altas de la Catedral
El alcalde recibía la reliquia de manos del deán de la Catedral y ante todo los canónigos en un día de celebración y con numerosos móviles en lo alto de las cabezas inmortalizando el momento para la historia de la ciudad. Una multitud de personas acompañaba el cortejo sorprendiendo a los integrantes porque señalaban que «otros años, la procesión ha sido más tranquila». La puerta de San Fernando que conecta la Catedral con el Sagrario estaba exornada con flores y al fondo, se veía el entierro de Cristo según Pedro Roldán.
La procesión salía de forma extraordinaria a la calle por los 775 años de la Reconquista desde la puerta lateral de la parroquia del Sagrario y recorría las Gradas Altas de la Catedral. Cuando 'Lobera' salía a la avenida de la Constitución y los turistas asiáticos se impresionaban antes las andas de la Virgen de las Batallas, Joaquín de la Peña, 'diputado mayor de gobierno' de la Seo para las procesiones que organiza el Cabildo Catedral, buscaba el hueco por el debía pasar el cortejo entre el cajón de obras que hay en torno a la Giralda y las columnas que protegen el recinto catedralicio.
El Deán de la Catedral, Francisco José Ortiz, entrega la espada 'Lobera' al alcalde
El sol brillaba en una mañana pura de noviembre y los oros de las Tablas Alfonsíes y de las coronas del Niño Jesús y de la Virgen de las Batallas brillaban una vez que giraban en la esquina de Alemanes con Cardenal Amigo Vallejo. Entre los múltiples detalles de esta procesión, han estado las capas pluviales de los canónigos, auténticos tesoros de la Catedral donde están bordados santos de la Iglesia; el pendón de la ciudad, portado por la concejal más joven de la corporación municipal, Blanca Gastalver, o la reliquia de San Clemente, el santo en cuya fecha se reconquistó la ciudad de Sevilla.
Se llegó a formar una bulla cuando el cortejo entró en la Catedral en dirección hacia el altar mayor para celebrar la eucaristía. Los concejales se sentaron en bancos justo delante del mayor retablo de las cristiandad mientras que las reliquias se depositaron en torno a los canónigos. El público caminaba por las naves cuando el órgano sonaba y algún que otro sacerdote ya abandonaba la Seo después de desvestirse en la Sacristía Mayor al lado de la Custodia de Arfe.
Terminaba así una mañana para la historia en la que se recordaba extraordinariamente una fecha que cambió el rumbo de la ciudad hace 775 años en el momento en el que San Fernando entraba en Sevilla y acababa el dominio musulmán tras más de cinco siglos.
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