Inmaculada Benito: «El turismo necesita una coordinación administrativa más amplia, una comunicación sectorial más eficiente»

La experta contó que en la CEOE pronto se dieron cuenta de que era necesario trabajar «en un turismo de valor añadido, del conocimiento que pasa de generación en generación, que aporta valor a nivel científico y educativo»; en definitiva, vieron que hacía falta añadir una capa más, impulsando el turismo del conocimiento. También destacó que, además del valor económico, también «es muy importante el conocimiento y el valor social». Por ello, subrayó que este tipo de turismo es multidimensional, ya que está muy ligado a la tecnología, a la sostenibilidad y a la seguridad, a la cultura, a la economía y la ciencia, al deporte y el ocio, al talento y la innovación. Además, incidió en que se trata de «un turismo resiliente, incluso en los peores momentos de movilidad cero se mantuvo, aunque fuera por otras vías, usando las videoconferencias, no dejó de tener actividad». Por este motivo, lo calificó como un turismo «en evolución permanente que transforma la economía de los lugares».

Con el objetivo de impulsar el turismo del conocimiento, Benito aseguró que desde la institución para la que trabaja vieron que tenían que poner el foco en qué valores diferenciales, «en cuál era la ruta a seguir, trabajando la colaboración público-privada», en vista de que «son las empresas las que saben qué pasan, la que tienen un conocimiento de mercado que deben transferir a la Administración Pública».

La especialista expuso los monstruos contra los que luchaba el turismo de conocimiento. Lamentó la falta de datos: «No hay metodología estandarizada que permita analizar el sector, de modo que no se puede analizar el valor del turismo MICE, que se rige por una alta complejidad». A esto no ayuda el hecho de que haya una gran cantidad de organismos públicos que tengan competencia en el sector turístico, «lo que hace que no siempre haya un hilo conductor en la estrategia que se desarrolla». Afirmó echar de menos «una coordinación administrativa más amplia, una comunicación sectorial más eficiente». «No hay una estrategia común, lo que hace perder fuerza», añadió, para reclamar «un plan nacional de turismo de conocimiento que permita vender España en el exterior como eje clave en este tipo de turismo».

Otro contra que evaluó fueron los costes: «Estamos en un momento de incertidumbre de inflación que es como la pasta de dientes: una vez que se abre es difícil recolocar. Esto afecta, no solo a los costes de las empresas, sino también a lo que va a pasar en los mercados emisores como Reino Unido y Alemania». Situó como otro de los retos que tenían por delante la desestacionalización, así como la falta conectividad: «Nos queda mucho trabajo por hacer, queda una sensibilización importante, por ello, es primordial el diálogo y la colaboración con las compañías ferroviarias […] También es necesario el impulso al desarrollo de un combustible más sostenible». En esta línea ejemplificó que ya se hizo una prueba con un avión que se alimentaba de combustible hecho a base de huesos de aceituna. «La industria necesita impulso, unir turismo con tecnología, investigación…», resumió Benito.

También explicó que para hacer frente a estos problemas era necesario servirse de la tecnología con la entrada de formato híbrido que ofrece más flexibilidad y agilidad a los grupos de trabajo. Además, recalcó que hay un «ambiente de optimismo», aunque también son necesarios los espacios de reflexión: «La incertidumbre obliga a una inteligencia colectiva, por eso, queremos medir, no para criticar, sino para construir, ver lo que las empresas hacen, diseñar un plan nacional, una estructura común. No queremos hacer planes estratégicos para que ocupen sitio en la estantería, sino hojas de ruta que permitan avanzar. Dejar legado para la posteridad, desarrollar inteligencia de mercado con grandes patrocinios». A esto agrega: «Es necesaria una gobernanza interregional para que haya un hilo conductor, que todo vaya en una misma dirección y, si no es así, que sea porque nos estamos complementando y no compitiendo».

Otra pieza crucial en este tablero de ajedrez es la diplomacia: «Hay que ver quiénes son nuestros aliados, ver cómo colaborar para traer determinados segmentos a España». En cuanto al ámbito de la educación, aseguró que no hay que limitarse «a cursos y más cursos, sino identificar cuáles son las competencias necesarias, apostar por los trabajadores que ya están en el sector, dar entrada a nuevos profesionales que salen de las facultades de turismo y hacer que otros sectores que puedan aportar se unan. Tenemos que construir entre todos este turismo del conocimiento».