8 de septiembre
Banderas
Los lectores de ABC opinan hoy sobre las pocas bandera españolas que ondean en la vuelta ciclista a España y que el desembarco de Alhucemas tuvo un gran impacto en las estrategias militares a nivel mundial
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Soy aficionado al ciclismo. Este año he seguido el Giro y también el Tour y llevo once días siguiendo la Vuelta. Me resulta muy curioso que en las etapas vistas hasta hoy el uso de la bandera de España sea casi nulo. Los aficionados ondean ... banderas palestinas, ikurriñas y esteladas a cientos, pero la española brilla por su falta, no aparece. ¿Qué pasa? Una exhaustiva politización del deporte. O quizá una falta de sentimiento de españolidad. Hemos comprado los españoles que ser español es ser «facha» o igual que para ser «progresista» hay que ser antiespañol. Igual deberíamos preguntar a un francés qué es Francia, a un italiano qué es Italia, o a un inglés qué es Gran Bretaña. Cuándo nos vamos a dar cuenta de que España es un gran país y, en consecuencia, el sentimiento de españolidad nos va a salir por las «orejas» y diremos con el corazón que España es el mejor país del mundo. Naciones hay muchas, pero como la mía ninguna.
¡Viva España!
Antonio Miquel Osorio. Sevilla
Un centenario sin celebración
Hace más de veinte años, no recuerdo si en el curso superior de Estado Mayor o en el Colegio Interejércitos de Defensa, en París, tras presentar el desembarco en Normandía, se me acercó un oficial del Army (Ejército de Tierra) estadounidense para comentarme, sabiendo mi nacionalidad y mi pasado legionario, que aunque el profesor francés no hubiera dicho nada tanto él como sus compañeros sabían que el modelo para los desembarcos anfibios de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo el de Normandía, y así fue estudiado por los Aliados, había sido el desembarco de Alhucemas, ocurrido el 8 de septiembre de 1925, al ser la primera operación militar conjunto-combinada, la primera de su tipo en la Historia, que involucró a fuerzas terrestres (con carros de combate), navales y aéreas de varios países (España y Francia) que logró establecer una cabeza de playa que posteriormente se expandió y permitió asegurar el control de la zona, a diferencia de otros desembarcos fallidos de la época, como el de Gallípoli. Ellos así lo habían estudiado en West Point, algo que se venía realizando desde los años 30.
Los antecedentes de este desembarco hay buscarlos en el Desastre de Annual, en 1921, a manos de los rifeños de Abd-el-Krim. Tras apasionados debates sobre la continuación o abandono del Protectorado, se llegó a la conclusión de la necesidad de una 'acción decisiva' para recuperar su control. El cambio de postura de Primo de Rivera, optando por una ofensiva, y de Francia, tras sucesivas derrotas, junto con la importancia estratégica de Alhucemas, centro del dispositivo rifeño y clave para el control de la zona, hicieron que esta bahía fuera la elegida como objetivo.
El desembarco de Alhucemas no sólo fue un hito militar para España, sino que tuvo un impacto significativo en la evolución de las estrategias militares a nivel mundial. Por eso no se explica que la ministra de Defensa haya prohibido celebrar los cien años del desembarco, seguramente por creer que se ofendería a Marruecos –que no existía como tal, aunque se benefició al sultanato (su predecesor)– o porque no se mencione la destacada actuación de Franco al frente de la Legión, aplicando una vez más la 'damnatio memoriae' latina (condena de la memoria).
Félix Eugenio G. Cortijo. Coronel de Infantería DEM (R)
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