La caridad va a la escuela

Se trata de un encuentro abierto (438 inscritos) a todos los agentes y voluntarios de la ONG de carácter social con mayor implantación sobre el terreno en la provincia: casi 2.700 personas que dedican su tiempo, su talento y sus recursos a tejer una red de solidaridad con los que más lo necesitan por toda la geografía de la archidiócesis.

El organismo oficial de la Iglesia católica que promueve, atiende y coordina la caridad en la archidiócesis atendió el año pasado a casi 15.000 familias que precisaron de una ayuda para salir adelante movilizando una nada desdeñable cifra de casi 13 millones de euros.

Pero los responsables de Cáritas diocesana quieren ir más allá de la acción meramente asistencial y así se plantea la Escuela de Otoño para formar a sus colaboradores y voluntarios en torno a un tema central sobre el que giran las ponencias y talleres que se ofrecen en un encuentro de un par de días.

Este año, el lema es «Somos oportunidad, somos esperanza», iluminado por una cita del Papa Francisco extraída de una catequesis de 2019 que es toda una declaración de intenciones: «Si queremos ser hombres y mujeres de esperanza, debemos ser pobres, pobres, no apegados a nada. Pobres. Y abiertos hacia la otra orilla. La esperanza es humilde, y es una virtud que se trabaja ─por decirlo así─ todos los días».

Hay un cuádruple interrogante que se plantean los responsables de Cáritas Sevilla con el encuentro que hoy clausuran: «¿Somos realmente generadores de la esperanza que surge del encuentro con Cristo? ¿Qué expresa realmente la esperanza cristiana? ¿Cómo podemos encarnar el don de la esperanza en nuestro quehacer diario de Cáritas? ¿Y cómo acompañar en clave de esperanza?»

A dar respuesta contribuyen las dos ponencias a cargo de Lola Arrieta ('Acompañar la esperanza') y Sebastián Mora ('Cáritas, un sueño de esperanza y fraternidad universal') y los quince talleres previstos en esta edición del encuentro formativo de inicio de curso que este año cumple su vigesimoséptima edición.

Los participantes tienen donde elegir para recibir la formación en grupos más reducidos. Hay talleres sobre la acogida y acompañamiento en clave esperanzadora; el voluntariado; la participación y corresponsabilidad de los agentes; los cuidados del cuidador; espiritualidad; trabajo comunitario; acompañamiento de personas solas, migrantes o sin hogar; población rural; dimensión universal de la caridad; el empleo y la economía como motor de transformación social; o la comunicación esperanzada para crear oportunidades. Incluso hay uno específico dirigido a sacerdotes, diáconos y seminaristas sobre el acompañamiento espiritual de los equipos de Cáritas. Todo en clave de esperanza, que es 'leit motiv' de este año.

En la presentación de la XXVII Escuela de Otoño, Cáritas diocesana aborda la cuestión de los objetivos que se marca con este multitudinario encuentro: «Es necesario volver la mirada del corazón hacia la solidaridad y la compasión que vive en nosotros para que sigamos comprometidos con un estilo de vida que transforme nuestro modelo de convivencia y lo haga más justo, solidario y fraterno. En nuestros corazones guardamos la certeza de que Dios sabe convertir, a través de cada voluntario, cada momento de fracaso o de flaqueza en una nueva oportunidad, en una nueva vida llena de esperanza».

Para el año en curso, el presupuesto de Cáritas hispalense alcanza los 6,6 millones de euros que provienen, en su mayor parte, de colectas y donaciones de carácter privado (4,5 millones). El dinero público que llega a la entidad se queda por debajo de 1,5 millones de euros, consecuencia de convenios de colaboración con administraciones públicas para proveer servicios sociales.